El yoga como una alternativa para tonificar los músculos y ejercitarse, ha tomado un lugar importante en la oferta que hay en el país. Más allá de una actividad física, se trata de una filosofía que en conjunto con sus rutinas de poses esculturales y ejercicios de respiración, promete devolverle muchos beneficios en varios aspectos de la vida.
Esta milenaria disciplina nació en la India y es también una herramienta de búsqueda espiritual que ayuda a descubrir la esencia individual y deber en la vida.
Mientras la mente se calma y se enfoca con la práctica ininterrumpida, a través de la postura física y la respiración, se puede alcanzar un estado de total presencia en todas las áreas en las que se desarrolla la persona.
“Llegué al yoga atravesando una crisis personal que no me permitía ver con claridad una salida. Con el soporte de mis maestros, mucha voluntad y esfuerzo logré no solo mejorar mi estado de salud sino que además los caminos se fueron abriendo y comencé a sentir una plenitud que nunca antes había experimentado”, explicó Mariana Suárez, asidua practicante y maestra de la disciplina.
El yoga es una práctica física y mental que conduce a lo espiritual a través del control de las fluctuaciones de la mente. En sí misma no es una religión. Es una filosofía que a medida que se profundiza en la práctica física se puede adentrar más en sus ideales y con ello, lograr un cambio en el estilo de vida y percepción de los elementos alrededor.
Preceptos orientales a la mano
Si bien el yoga es una práctica oriental creada en sus condiciones particulares, se ha adaptado también como un estilo de vida en occidente.
Aunque las diferencias entre el mundo oriental con el occidental son a simple vista obvias y palpables, quien ejecuta yoga en este hemisferio puede recurrir a esta práctica espiritual, mental y física para adquirir los beneficios que promueve.
La espiritualidad y la alimentación son dos de ellos. Pueden presentarse como obstáculos en el día a día o en su lugar, como una forma de revelarse ante el orden habitual y tomar control de sí mismo frente a las presiones sociales y culturales.
Como por ejemplo se puede adoptar el consumir una alimentación saludable. Esta se basa en reducir la ingesta de productos animales y aumentar el consumo de frutas, verduras, grasas saludables y granos integrales.
A través de la práctica del yoga se trabaja también para reducir las emociones negativas que afectan al cuerpo como el estrés y la ansiedad.
En occidente se vive en una sociedad competitiva, de consumo y que se alimenta de cosas rápidas y volátiles. Además, las personas están consumidas en el estrés laboral, la ansiedad por el futuro y la depresión.
“Todo esto está haciendo que poco a poco la esencia del ser universal se esté perdiendo. Entonces, una práctica diaria y consciente nos conecta a esa esencia y hace más llevadero nuestro paso por esta vida”, aseguró Mariana.
Para adoptar el yoga como un estilo de vida, Suárez recomienda armarse de paciencia, perseverancia y disciplina de la mano de un buen maestro.
“Una buena guía y una gran apertura mental para darle la bienvenida a los cambios de estilo de vida que son inherentes a la práctica”, aseguró Mariana Suárez .
Fuente: Mariana Suárez, priyayogashala@gmail.com.