La idea de que un chorro de agua fría caiga por su cabeza y recorra su espalda, no es la escena favorita para quienes prefieren la calidez de una ducha caliente. Sin embargo, el agua fría ofrece ventajas a la salud que hacen que valga la pena pasar por ese frío momento, al que posteriormente se llega a acostumbrar.
Y es que las duchas frías no son nuevas, desde la antigüedad se usaban como remedio para tratar distintos padecimientos. Incluso, en los países nórdicos, es común sumergirse en agujeros de lagos congelados.
Los deportistas también son de los grupos que aprovechan sus beneficios, sobre todo para aportar energía, mejorar la circulación y recuperarse posterior a un esfuerzo físico importante.
Según la médico general Astrid Retana, para tomarlas con gusto, lo prudente es empezar con agua caliente y luego bajar la temperatura poco a poco para permitir que el cuerpo tenga tiempo de aclimatarse adecuadamente. “Las inmersiones de agua fría no requieren de tiempos muy largos, sino que bastaría con unos 15 o 30 segundos a 15ºC para recibir sus beneficios”, agregó la especialista.
¿Pero cuáles son estos beneficios por los que vale la pena esos segundos de escalofrío?
Mejora la circulación
Es uno de los más conocidos. Muchas personas lo hacen para disminuir la sensación de piernas cansadas. Se recomienda sobre todo cuando se quiere desinflamar la piel cuando hay una hinchazón o una zona enrojecida, esto produce un aumento de la temperatura y un aumento de la vascularización, que cuando se produce el contacto con el frío tiende a disminuir y a constreñir los vasos permitiendo disminuir la inflamación.
Una investigación, dada a conocer en el International Journal of Sports Medicine, demostró que la inmersión en agua fría (10ºC idealmente en deportistas) tras la práctica de actividad física, mejora la circulación y recupera los músculos. Esto se debe a que ante el frío se reduce el movimiento de la sangre sobre la piel, y el organismo para contrarrestarlo aumenta el flujo sanguíneo.
Aliado contra el estrés
El agua fría sobre los receptores de la piel más superficiales activan numerosas señales nerviosas que pretenden alertar al cerebro sobre el cambio de temperatura, generando dopamina y noradrenalina, hormonas del estrés. Estas sustancias químicas naturales provocan una activación física y mental similar a la toma de varios cafés.
Otro de los beneficios encontrados del agua fría fue que aplicado en la cara y el cuello cambiaba los marcadores electroencefalográficos de personas mayores, lo que podría ayudar a mejorar la función cognitiva en este grupo. Así lo reveló un ensayo clínico de la Universidad Médica de Hannover (Alemania).
Potenciador del sistema inmunitario
Un estudio, publicado en la revista PLOS ONE, encontró que darse una ducha fría o dedicarle al menos 30 segundos, podría mejorar el sistema inmune, concretamente los que siguieron este hábito redujeron un 29% su absentismo laboral por enfermedades. Además, hubo otros participantes del estudio que tomaron estas duchas durante 60 y 90 segundos y que tuvieron los mismos resultados, lo que demuestra que no hace falta pasar demasiado tiempo en agua fría, y con 30 segundos sería suficiente.
Otra investigación, dada a conocer en el European Journal of Applied Physiology and Occupational Physiology, analizó cómo interfería la inmersión en agua fría. Los resultados indicaron que hacerlo tres veces a la semana aumentaba la tasa metabólica debido a los escalofríos producidos por el frío, y las concentraciones sanguíneas elevadas de catecolaminas activaron levemente el sistema inmunológico.
Reduce los síntomas de la depresión
Se sabe que la exposición al frío activa el sistema nervioso simpático y aumenta el nivel sanguíneo de beta-endorfina y noradrenalina y también aumenta la liberación sináptica de noradrenalina en el cerebro. Todo esto podría ayudar a reducir los síntomas de la depresión.
“Debido a la alta densidad de receptores de frío en la piel, se espera que una ducha fría envíe una cantidad abrumadora de impulsos eléctricos desde las terminaciones nerviosas periféricas al cerebro, lo que podría resultar en un efecto antidepresivo”, explica Nikolai A. Shevchuk, autor del estudio que ha dado con esta asociación.
La exposición al agua fría activa el sistema nervioso y aumenta la liberación de noradrenalina en el cerebro, componentes que responden ante el peligro percibido, por lo que genera la sensación de permanecer alerta, al menos por unos minutos.
Contraindicaciones
Además de los beneficios anteriormente mencionados, también existen riesgos derivados de las duchas con agua a bajas temperaturas.
Para empezar, no hay que olvidar que al igual que el calor, el frío expuesto en la piel puede llegar a quemarla, por tanto, hay que tener cuidado con abusar de las duchas frías y hacerlo siempre de manera segura.
Además, hay algunas enfermedades que empeoran cuando se está expuesto al frío, como puede ser pacientes con vasculitis por enfermedades del tejido conectivo, por ejemplo, lupus.
Tampoco se recomienda cuando hay presencia de virus como el de la gripe ya que puede empeorar algunos síntomas.
Cabe recordar que las duchas frías no curan ninguna condición de salud, ni reemplazan ningún tratamiento médico.