Octubre es el mes donde recordamos la importancia de tomar medidas de prevención contra el cáncer de mama, como el auto examen y revisiones periódicas para detectarlo a tiempo. Pero, dentro de estas medidas, no podemos dejar de lado una de las maneras más sencillas de cuidarnos, como lo es la alimentación.
La nutricionista Melania Cevo, de consultas nutrición, explica que “el balance siempre ha sido la base para tener un cuerpo saludable, ya sea para prevenir el cáncer o para ayudar en su tratamiento. Es importantísimo mantener un peso ideal según el tipo de cuerpo de cada mujer y esto se consigue equilibrando las cantidades de proteínas, carbohidratos, frutas, verduras, y los suplementos que se vayan a utilizar”.
Cuando ya el cáncer de mama se presenta, comer de manera balanceada colabora con el proceso de tratamiento, ya que los nutrientes ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, tener mayor energía y a disminuir los efectos secundarios de los medicamentos prescritos.
Hay cosas que no se pueden controlar, sin embargo, sí podemos escoger lo que le damos a nuestro organismo diariamente. Por esta razón, Consultas Nutrición expone diversas opciones para escoger como aliadas y otras que se deberían evitar, para prevenir y al mismo tiempo, para ayudar a una mejor recuperación.
Reduzca el consumo de embutidos y carnes rojas.
Las carnes rojas y embutidos deberían ser consumidos de manera ocasional, y al hacerlo acompañarlos de vitamina C, con el fin de bajar los efectos de los componentes que se le agregan al producto para mejorar su conservación. Busque sustituirla por carnes blancas, ayudarán a mejorar la digestión.
No al consumo de alcohol
Intente consumirlo para ocasiones especiales, se ha demostrado que un consumo de 60g al día aproximadamente aumenta en un 40% el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Evite las grasas saturadas
La ingesta de estas puede ayudar no sólo a empeorar un pronóstico desfavorable, sino que se asocia a otras enfermedades peligrosas para las personas. Cevo recomienda consumir fuentes de grasa que venga de los pescados azules, el salmón, aceites y nueces.
Vitamina A y en antioxidantes
Una manera de mantener la buena salud es consumiendo frutas y vegetales con alto contenido de vitaminas, minerales y antioxidantes. Prefiera aquellos de colores naranja, amarillo, y verdes. También puede encontrar una buena fuente de vitaminas en el huevo, la leche descremada e hígado.
Alimentos de origen vegetal
La soya, manzanas, cebollas, tomates crudos, limón, ajo, la coliflor, la cebada, se han asociado con una menor incidencia de casos malignos. Los fitoestrógenos también se encuentran presentes en las leguminosas (frijoles, garbanzos y lentejas), los cereales integrales, los guisantes y la soya, la soya, y la papa.
Busque proteínas de buena calidad
El consumo de ellas ayudará a al sistema inmune a mantenerse fuerte, contribuirá a la regeneración de tejidos corporales, por lo tanto, disminuirá el riesgo de contraer infecciones. Consuma carnes blancas, rojas magras, proteína vegetal, huevos y lácteos bajos en grasa.
El aceite de oliva crudo como aliado
El uso de este producto sin cocinarlo tiene componentes que ayudan a disminuir la actividad tumoral en el cuerpo, diversos estudios lo han comprobado.
La especialista aconseja preferir siempre los alimentos integrales, evitar el azúcar y las harinas refinados. Mantenga una hidratación adecuada, esto le ayudará a mejorar la condición de la salud. Para más información consulte a un especialista en nutrición, esta persona le guiará según su realidad y necesidades.
Fuente: Marianela Cevo, nutricionista de Consultas Nutrición (teléfonos 7209-7626 / 8387-9685 / 8837-5398).