Cada 28 de julio se recuerda el Día Mundial contra la Hepatitis, una fecha que tiene como fin concientizar acerca de los virus de las hepatitis, que causan inflamación en el hígado y pueden generar enfermedades hepáticas graves como el cáncer de hígado. Durante este día, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca la necesidad de acercar la atención a las hepatitis a los centros de atención primaria y a las comunidades para dar más acceso al tratamiento y atención, sea cual sea el tipo de hepatitis que se padezca.
Según la OMS, “la hepatitis es una inflamación del hígado que puede causar una serie de problemas de salud y puede ser mortal. Las cinco cepas principales del virus de la hepatitis son las de los tipos A, B, C, D, y E. Si bien todas ellas causan enfermedad hepática, se diferencias en aspectos importantes, sobre todo en los modos de transmisión, la gravedad de la enfermedad, la distribución geográfica y los métodos de prevención”.
El Dr. Marlon Rojas, gastroenterólogo de Equilibrium, explica que esta inflamación en el hígado puede ser provocada por diversos factores tales como el consumo de alcohol, acumulación de grasa en el hígado o enfermedades de tipo autoinmune.
Asimismo, explica que de estos cinco tipos de hepatitis, los tipos B y C crónicas son causas importantes de defunciones relacionadas con cirrosis hepática y cáncer de hígado. Los tipos A y E provocan solamente una infección aguda que en la mayoría de los casos se resuelve rápidamente. Por su parte la hepatitis D, podría agravar la hepatitis B crónica.
Síntomas, transmisión y tratamiento
Según Rojas, en cualquiera de los tipos de virus, cuando se da la infección, el síntoma inicial en la mayoría de pacientes es un malestar general. Eventualmente la persona puede tener fiebre, dolor abdominal y ya a partir de ahí aparece el síntoma más importante que es por el que la mayoría de pacientes consultan qué es la ictericia (coloración amarilla de la piel o de los ojos).
En el caso de la hepatitis A, es transmitida principalmente por epidemias locales, una vez que aparece un caso y este lo transmite a otras personas por contacto cercano o una mala higiene e inclusive por agua o alimentos contaminados por heces. Para prevenirla, se debe evitar el contacto con personas que tengan el virus así como mantener un adecuado lavado de manos. La vacunación para este tipo de virus es también la mejor forma de combatirla.
Las hepatitis B y C se transmiten por contacto con sangre o fluidos, relaciones sexuales, agujas contaminadas e incluso de una mujer embarazada al bebé. El especialista menciona que la hepatitis C si tiene tratamiento curativo con una eficacia cercana al 100%, mientras que en la hepatitis B la posibilidad que se cure con tratamiento está por debajo del 5%, por lo que el tratamiento está más enfocado en reducir la cantidad de virus en la sangre pero no en curarlo. Para este tipo de virus, también existe vacuna.
La importancia del diagnóstico temprano
Para detectar los virus de la hepatitis, el médico se basa en la historia clínica del paciente desde el inicio de los síntomas, luego se procede a realizar exámenes de laboratorio. El diagnóstico temprano es fundamental ya que el virus puede generar fibrosis en el hígado, que implica que el hígado se va llenando de cicatrices por la inflamación que genera el virus y puede ser el preámbulo para el desarrollo de cirrosis.
Según datos de la OMS, en el continente americano sólo en 18% de las personas con hepatitis B, la infección llega a diagnosticarse; de ellas, apenas 3% reciben tratamiento. Asimismo, sólo en 22% de las personas con hepatitis C crónica la infección llega a diagnosticarse; y de ellas, solo 18% reciben tratamiento.
En Costa Rica, la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, informa que del 2019 al 2022 se han confirmado 1026 casos de hepatitis B y 26 de hepatitis C.
OMS busca erradicación para 2030
Algunos tipos de hepatitis son prevenibles mediante vacunación. Un estudio de la OMS determinó que al 2030 se podrían prevenir unos 4,5 millones de defunciones prematuras en países de ingresos bajos y medianos, mediante vacunación, pruebas de diagnóstico, medicamentos y campañas de educación. La estrategia mundial de la OMS contra las hepatitis, aprobada por todos los Estados Miembros de la OMS, tiene por objetivo reducir en un 90% las nuevas infecciones por las hepatitis B y C, reducir en un 65% las defunciones por cirrosis y cáncer de hígado, diagnosticar al menos el 90% de los casos de hepatitis B y C y tratar al menos al 80% de las personas que reúne los requisitos.
Para lograr este objetivo, es fundamental la detección de los casos así como el tratamiento oportuno.
Si considera que podría haber estado expuesto a algunos de los virus de hepatitis o desea consultar acerca del estado de su hígado, puede consultar con los médicos de Equilibrium, a través del teléfono 2220-0363, al WhatsApp 8880 2931 o visitando su sitio web grupoequilibrium.com