Desde el primer momento en que llega la noticia de un embarazo, llegan muchas emociones nuevas. Se siente un amor intenso y profundo muy diferente al que se ha sentido en otros momentos: mucha alegría, felicidad, ganas de proteger y cuidar al nuevo hijo o hija.
Sin embargo, no se puede negar que llegan otros sentimientos muy diferentes: ansiedad, estrés y miedo o temor a que algo malo le suceda. También puede aparecer un gran cansancio y fatiga, naturales de la rutina durante el día y la noche.
La Dra. Gloriana Arias, psicóloga, explica que es fundamental reconocer cuando las emociones presentes se han prolongado de manera que la nueva mamá desarrolle una depresión postparto o algún tipo de trastorno emocional que pueda poner en riesgo su vida o la del bebé.
Actividades sociales
La especialista explica que la vida social también experimenta grandes cambios, ya que el tiempo disponible para salir con amigos y familiares disminuye. “También puede suceder que el círculo de amistades empiece a cambiar, en especial cuando hay amigos que no tienen hijos y no logran comprender las nuevas responsabilidades o limitaciones que se tiene como mamá”.
Vida familiar
Las relaciones con mamá, papá, hermanos, tías o primos se tendrán que adaptar a un nuevo rol. “En la mayoría de las ocasiones la familia extensa como abuelos, tíos(as) y otros familiares se hacen presentes no solo para conocer al bebé sino con la intención de acompañar a la nueva mamá y cuidar al bebé en caso de necesitarlo. El acompañamiento de familiares y amigos en esta etapa es fundamental, siempre respetando el rol, reglas y necesidades tanto de mamá como del bebé”, advierte la Dra. Arias.
Vida en pareja
“Si hay una pareja, él tendrá que adaptarse al nuevo rol. Tras el aumento en las responsabilidades, las tareas dentro de casa pueden requerir de ajustes, y un mayor involucramiento de la pareja no caerá mal”, aconseja.
Además, Gloriana explica que la pareja tendrá nuevos desafíos relacionados con el bienestar y necesidades del bebé. Es de suma importancia mantener una comunicación efectiva, donde contemplemos tanto el rol de padres, necesidades de nuestro bebé pero también de nuestras necesidades como pareja.
Autoestima
Sin duda, llegan los cambios positivos y negativos. “Estos van a depender de los recursos internos con los que se cuente, así como en el contexto en que la nueva mamá esté. Algunas mujeres pueden sentirse muy felices y realizadas con su nueva etapa de mamás, logrando además establecer una conexión emocional con su bebé. Mientras que para otras mujeres puede resultar más difícil a nivel emocional adaptarse a los cambios, dependiendo del momento y condiciones en que se convierte en mamá, así como si cuenta con los recursos emocionales y económicos y acompañamiento de su pareja o familiares”.
Otro aspecto que puede afectar la autoestima en una mujer cuando se convierte en mamá, es el cambio físico que sufre su cuerpo.
Cuando todos estos cambios afectan mucho la calidad de vida de una mujer, el primer paso es reconocer que es válido sentirse triste, asustada, estresada. Hablar con la pareja, familiares y/o amigos sobre las emociones que está sintiendo en esta nueva etapa es sanador.
“Asegurarse de tener espacios de descanso, autocuidado e identificar y/o reconectar con actividades que disfrute. Reconocer que hay momentos en donde no podemos hacer las cosas solas y necesitamos asistencia o delegar tareas a pareja, familiares y amigos”.
“Algunas mamás se comparan con otras, o son criticadas por las decisiones que toma en relación al cuidado del bebé. Estos son factores que pueden afectar el autoestima”.
— Gloriana Arias, psicóloga.
Etapas de la maternidad
La llegada de la maternidad significa un cambio importante en el resto de la vida, pasando por un periodo de adaptación al nuevo rol; los cambios de la nueva dinámica de pareja y familiar; hasta adaptar al ámbito laboral para que fluya con la maternidad.
La ansiedad, depresión y frustración no son exclusivas de los primeros meses de maternidad. Pueden llegar durante la niñez o adolescencia del hijo o hija.
“Cada etapa del desarrollo del hijo puede representar nuevos desafíos. Sin embargo, se debe reconocer cuándo se convierte en una situación que afecta de manera significativa las emociones. Es importante estar atentas si hay dificultades de conectar emocionalmente tanto con el bebé, como con las personas cercanas. Recordemos que la validación de nuestras emociones y considerando que hay momentos en los que necesitamos pedir ayuda ya sea a un ser amado o de confianza e incluso a nivel profesional”, insiste la psicóloga.
¿Cómo conciliar la maternidad con la vida de la mujer?
- Priorizar las necesidades, partiendo de cuidarse a sí mismas primero.
- Darse tiempo de descanso es indispensable.
- Dedicar tiempo en actividades que generen placer.
- Buscar una red de apoyo: pareja, familia, amigos, grupos, terapeuta entre otros.
Busque ayuda profesional si...
- Persisten sentimientos de tristeza, desesperanza, soledad.
- Siente angustia y ansiedad.
- Reconoce señales de sobreprotección.
- Ante fatiga extrema, enojo frecuente, dificultad para vincularse con el/la hija.
- Pensamientos que pongan en riesgo la vida de la madre.
Fuente:
Dra. Gloriana Arias Mesén
Teléfono: 8323-8812