Modificar algunos de sus hábitos diarios pueden hacer del Planeta un lugar mejor para vivir, con cada vez menos contaminación. Rechazar el uso de pajillas, llevar sus bolsas reutilizables al supermercado, cerrar el tubo de agua mientras se lava los dientes, son cosas sencillas que marcan una diferencia. Conozca más maneras de ayudar el mundo y ser una mejor ciudadana.
Piense en su medio de transporte
Los vehículos son la fuente más grande de contaminación atmosférica global. Utilizan una tercera parte del petróleo mundial, por lo cual, cómo usted viaja marca una diferencia en su huella de carbono.
- Cambie su carro por un automóvil más pequeño, menos contaminante y más eficiente en el uso de combustible.
- Intente dejar el carro en casa al menos un día a la semana.
- Organícese con sus vecinos o compañeros de trabajo para compartir el automóvil. Cada vehículo compartido está reemplazando a cinco carros privados en las calles.
- Atrévase a desempolvar su bicicleta. Este es el segundo medio de transporte más verde después de trasladarse a pie, y además cada vez goza de más impulso a nivel mundial.

En muchas ocasiones, el aire que está dentro de nuestros hogares es más contaminado que el aire exterior. Esto tiene que ver con los productos de limpieza que utilizamos.
El 80% del contacto de las personas con los pesticidas ocurre cuando están dentro de su casa. La mayoría de productos de limpieza que ofrece el mercado no son buenos ni para el medio ambiente ni para los seres humanos.
Los productos no ecológicos contienen agentes derivados del petróleo que no se biodegradan fácilmente o que se pueden formar en compuestos peligrosos al descomponerse.
Se pueden comprar muchos productos de limpieza eficaces y elaborados con conciencia ambiental, pero es posible que usted ya tenga opciones aún más ecológicas en la alacena de su casa.
Vinagre blanco: Disuélvalo en agua para hacer un producto de limpieza para las superficies y el vidrio, o úselo puro para destapar la duchas y los lavamanos. El olor desaparece.
Jugo de limón: Exprímalo puro sobre las superficies y las tablas de cortar para eliminar la grasa y lograr un efecto blanqueador.
Sal: Úsela para lavar los platos y raspar restos endurecidos.
Especies: Hierva a fuego lento especies secas (canela, jengibre, cardamono, anís, clavos de olor) o tajadas de limón y naranja para aromatizar su casa.
Bicarbonato de sodio: Mézclelo con vinagre blanco hasta obtener una pasta con la cual podrá limpiar los baños. También puede regar un poco de bicarbonato de sodio sobre las alfombras, dejar un par de horas y luego pasar la aspiradora, para eliminar impurezas y malos olores.
Cultive una planta: Muchas plantas caseras de hojas anchas neutralizan las toxinas en el aire.
Vapor: Esta es una forma natural de limpiar, eliminar bacterias y quitar malos olores, sin tener que usar productos químicos.
¿Qué productos evitar?
Líquidos de limpieza: Si contienen éter de glicol o fragancia añadida de cítrico o pino, crean condiciones tóxicas en el aire en ambientes cerrados.
Ambientadores: Pueden generar diarrea e infecciones en los oídos, sobre todo en niños pequeños.
Ingredientes con cloro: Productos como blanqueadores tienen procesos de manufactura que son mortales. El cloro reacciona con materiales orgánicos para crear compuestos peligrosos para el medio ambiente.
Plaguicidas: Ya sea para el hogar, el jardín o las mascotas, es muy probable que contenga pesticidas ("-cida" significa que mata).
Productos antimicrobios: No limpian mejor que el agua y el jabón, y pueden contener hasta 275 pesticidas.
Aerosoles: Lanzan toxinas al medio ambiente que suelen irritar las vías respiratorias.
Plástico: Disminuya el uso del plástico, prefiera envases de vidrio, cartón o tela. Existen numerosos tipos y formas de contaminación por plástico. La polución por plástico puede afectar de forma negativa a los terrenos, cursos de agua, océanos y la salud de los seres vivos.
Estereofón: Este material no es biodegradable y su proceso de descomposición dura más de un siglo. Además, la espuma de poliestireno (o estereofón) es mortal para la fauna marina. Al ser liviano, fácilmente sale a flote. Los peces y las tortugas lo confunden con alimento y lo comen.
¡No sea plástica!
El plástico es un material que el planeta no puede digerir y tarda hasta 1.000 años en descomponerse. Hay islas de plástico nadando en nuestros océanos, 20% son desechos de los barcos y un 80% se originan en la tierra y llegan a los mares a través de las cuencas hidrográficas.
Simples cambios en sus hábitos pueden reducir el impacto que tiene material en el medio ambiente.
Evite las bolsas de plástico. Lleve sus propias bolsas reutilizables cuando vaya de compras.
No tome agua embotellada. Ingiera del tubo (use un filtro si lo prefiere o si duda si el agua del grifo es óptima). Cuando salga lleve una botella rellenable de acero inoxidable o de vidrio.
No use pajillas. En los restaurantes pida que le pongan la bebida sin pajilla. Otra opción son las pajillas reutilizables de acero o de cristal que usted puede llevar en su bolso, o las pajillas de bambú o cartón.
Evite los envases de plástico. Compre al por mayor para evitar tener 20 tarritos de una misma cosa y elija vidrio o metal cuando tenga la opción.
No use plástico para almacenar o calentar comida. Prefiera los recipientes de vidrio que además no le aportarán sustancias ajenas a su comida y por ende es más saludable.
Prefiera los chupones de vidrio. Su bebé probablemente ya ha nacido cargado de productos tóxicos que recibió de la madre. Ayúdele a limpiar su pequeño organismo reduciendo su exposición al plástico.
Evita los juguetes de plástico, especialmente los blandos y de fuerte olor. Prefiera juguetes de madera o los hechos por ustedes mismos con materiales reciclados como cartón. Además, no caigan en la tentación de comprar demasiados juguetes, el niño solo utiliza uno a la vez.
Dígale adiós a las maquinillas de afeitar desechables. Use una maquinilla de afeitar o depilar eléctrica o bien de metal con cuchillas sustituibles.
Evite los vasos, platos y cubiertos de plástico en fiestas o eventos (suponemos que no los usa en casa).
Si compra comida o bebidas para llevar pida que no se la den en plástico o lleve sus propios recipientes.
Evite los productos de limpieza en plástico. Puede usar opciones de limpieza naturales como el bicarbonato, vinagre, jabón, sal, etc.
Comida ecológica sobre su mesa
Somos lo que comemos. La fundación Greenpeace estima que su cuerpo puede contener hasta 200 productos químicos sintéticos, muchos de ellos provienen de los alimentos.
Buena parte de la comida puede estar contaminada con agroquímicos, pesticidas o fertilizantes. Para contrarrestarlo, usted puede consumir alimentos orgánicos certificados, evitar los alimentos procesados y escoger productos frescos, locales y de la estación.
Otra alternativa es cultivar sus propias hortalizas. Un par de macetas pueden dar una sorprendente cantidad de productos alimenticios como lechugas, orégano, tomates cherry, albahaca, etc.
El vidrio: un aliado
El vidrio permite conservar los alimentos y mantenerlos libres de agentes externos perjudiciales, posibilita su transporte y almacenamiento, y representa una alternativa real para aquellos productos naturales y ecológicos que pueden conservar sus atributos gracias a que el vidrio es lo más parecido al envase ideal.
Además de los atributos mencionados, el vidrio tiene una cualidad que lo convierte en uno de los envases más ecológicos: es 100% reciclable y evita, mediante el reciclado, el aumento de los residuos sólidos en calles, alcantarillas, ríos y mares.
El reciclaje de envases de vidrio es respetuoso con el ambiente y conlleva una serie de beneficios ambientales y socioeconómicos. Se conoce que por cada tonelada de vidrio reciclado, se ahorran 1.200 kg de materia prima, 130 kg de combustible y se disminuye una tonelada de residuos.
Guía para clasificar los residuos
No todo lo que se desecha en las casas es basura, las familias son responsables de separar los desechos para promover su adecuado tratamiento y reciclaje.
Además, las comunidades deben organizarse para exigir a la municipalidad que cumpla con la Ley para la Gestión Integral de Residuos, la cual advierte en el artículo 8 que los municipios son los responsables de gestionar los residuos en su cantón.
El inciso D de ese artículo afirma que deben "garantizar que en su territorio se provea del servicio de recolección de residuos en forma selectiva, accesible, periódica y eficiente para todos los habitantes".
Una manera de hacerlo es tener contenedores para: papel y cartón, desechos electrónicos, plastico, vidrio, Tetra Pack y para material orgánico.
Sin embargo, tampoco es requisito tener un montón de basureros. Otra alternativa es poner uno de material para reciclar y otro para desechos. Los centros de acopio suelen hacer la clasificación de los materiales.
Una recomendación es enjuagar los recipientes para eliminar los restos de comida, y así evitar que se hagan plagas o se produzcan malos olores. Recuerde que el papel o el cartón no se deben mojar, así que es mejor echarlos en un recipiente aparte.
Una vez que tenga su material de reciclaje, lo puede llevar a centros de acopio, no lo deseche con la basura común para evitar que el municipio lo revuelva y se desaproveche el esfuerzo que ustedes han hecho de seleccionar el material reciclable.
La huella ecológica
La huella ecológica mide cuánta tierra y agua utilizamos para producir todos los recursos que consumimos y para absorber los desechos que generamos. Para ello, se utiliza una unidad de medida que relaciona cantidades de superficie de suelo (hectáreas) con población (país, pueblo, familia o individuo). El resultado se expresa en hectáreas de suelo necesarias para toda la población o para cada persona.
Calcule su huella ecológica: En internet encontrará varias calculadoras para determinar su huella de carbono o puede buscar las aplicaciones disponibles para teléfonos inteligentes y tablets.
Consecuencias en nuestra salud
Un medio ambiente contaminado es capaz de matar organismos, incluyendo al ser humano. Muestra de ello es la extinción de las especies que van sufriendo las consecuencias del cambio en el entorno.
La contaminación causa muchas enfermedades y estas dependen de su origen, sin embargo, generalmente son enfermedades de los ojos y del aparato respiratorio como la bronquitis, el asma y el enfisema pulmonar.
Por ejemplo, la polución con ozono puede producir enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares, inflamaciones de garganta, dolor de pecho y congestión nasal.
Si bien, las personas hemos tenido gran capacidad de adaptarnos a un entorno poco limpio, la contaminación ya cobra vidas. El agua sucia causa aproximadamente 14.000 muertes por día, la mayoría debido a la afectación del agua potable con aguas negras no tratadas en países en vías de desarrollo.
Los números alarman: un estimado de 700 millones de hindúes no tienen acceso a un sanitario adecuado, 1.000 niños hindúes mueren de enfermedades diarreicas todos los días. Alrededor de 500 millones de chinos carecen de acceso al agua potable.
En cuanto a la polución en el aire, la situación es similar. Unas 656.000 personas mueren prematuramente cada año en China por la contaminación del aire. En India, la contaminación del aire se cree causa 527.700 muertes cada año. Estudios han estimado en cerca de 50.000 muertes en Estados Unidos por contaminación del aire.
La gente mayor de edad está más expuesta a enfermedades inducidas por la contaminación del aire. Aquellos con trastornos cardíacos o pulmonares están bajo mayor riesgo.
Otro problema que ha desarrollado afectaciones en la salud humana son los derrames de petróleo, estos pueden causar irritación de piel y erupciones cutáneas.
Asimismo, la contaminación acústica induce sordera, hipertensión arterial, estrés, y trastorno del sueño.El envenenamiento por mercurio ha sido asociado al trastornos del desarrollo en niños y síntomas neurológicos.
El plomo y otros metales pesados se ha visto que generan problemas neurológicos. Las sustancias químicas y la radiactividad pueden causar cáncer y también inducir mutaciones genéticas que provocan enfermedades congénitas.
Se ha probado recientemente que la contaminación puede reducir la fertilidad tanto en hombres como mujeres. En hombres reduce la calidad del semen y puede producir esterilidad. En las mujeres menores a 40 años puede provocar una menopausia precoz debido a una reducción radical de su reserva ovárica.
¿Por qué hay que cambiar?
El planeta que habitamos recibe muchas presiones de la agricultura insostenible, la pesca indiscriminada, la minería y otras actividades humanas que contribuyen a la degradación de los hábitats, la sobreexplotación, el cambio climático y la contaminación. Se cree que para el año 2020, este rumbo nos lleve a que las especies vivas hayan disminuido un 67%.
Nuestro clima ha cambiado a mayor velocidad, los océanos se han acidificado y han desaparecido paisajes bioclimáticos enteros. Esta tendencia plantea que la Tierra es cada vez menos hospitalaria con la sociedad.
Los afectados no son solo los animales silvestres ni las plantas, cada vez más las personas vamos siendo víctimas de nuestras propias acciones e incluso ponemos en riesgo las fuentes de alimento y agua.
El estilo de vida consumista, buscando riqueza infinita en un planeta con recursos finitos, está llevándonos a la ruina.
Este no es solo un tema de las grandes empresas o los políticos, también nos incumbe en las malas decisiones que tomamos en casa; por ejemplo, utilizar el carro para el al supermercado que queda a los 200 metros en lugar de ir a pie, utilizar vajilla desechable en casa para no tener que lavar platos, comprar ropa nueva cada temporada, acumular aparatos electrónicos o desechar los anteriores aunque funcionen solo porque no son el último modelo. Este estilo de vida es insostenible.
Tales comportamientos han provocado el cambio climático, es decir, un aumento de ciertas sustancias (conocidas como gases del efecto invernadero) que hacen que la Tierra esté más caliente dando como resultado un clima extremo, calentamiento de lagos, ríos y mares, alteraciones en la flora y fauna, y mayor riesgo de extinción de especies.
Para detener la destrucción y estabilizar los gases del efecto invernadero urgen un cambio de toda la humanidad, sin embargo, esos cambios inician en casa. Modificar el estilo de vida y los patrones de consumo pueden reducir las emisiones.
Marco Lambertini, director general del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF Internacional), asegura que este es el momento preciso para unirse al cambio y debemos estar motivadas por la oportunidad de construir un futuro armónico con el planeta.
"Estamos entrando a una nueva época de la historia de la Tierra, el Antropoceno. Una época en la que los seres humanos, más que las fuerzas naturales, son la causa principal del cambio planetario. Pero nosotros también podemos redefinir nuestra relación con el planeta, pasar de una relación derrochadora, insostenible y depredadora a una en que las personas y la naturaleza puedan coexistir en armonía", escribe Lambertini en el informe Planeta Vivo 2016.
Fuentes: Nydia Rodríguez, fundación Terranostra (tel.: 2105-0017), Eduardo Ordoñez, vocero del Grupo Vidriero Centroamericano VICAL (tel.: 2550-3200), libro El cuidado ecológico del bebé de Susannah Marriott, sitio web www.greenpeace.org, sitio web www.panda.org.