La glándula tiroides controla la energía y el metabolismo del cuerpo. Especialistas en endocrinología recalcan la importancia de hacer chequeos de prevención y atender cualquier síntoma de una patología que afecta a muchas personas, incluso sin saberlo.
Aunque muchos lo ignoran, el estrés y la ansiedad podrían ser síntomas de que algo no andaba bien con nuestra tirodes. Preste atención a este tipo de patologías y no las pase por alto.
“Debido a que los síntomas están presentes en otros padecimientos, el diagnóstico suele confundirse con depresión, obesidad o menopausia. Por esta razón, es indispensable asistir de forma regular al médico o bien optar por la telemedicina en esta época de pandemia”, menciona el doctor Alejandro Salvatierra, gerente médico de Merck.
Estudios indican que 1.6 millones de personas de 110 países, incluyendo Costa Rica, están en riesgo de padecer de la glándula tiroides. Su prevalencia suele ser más común en mujeres que en hombres.
De acuerdo con especialistas, una de cada 10 personas tiene un problema tiroideo. Datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) revelan que la cantidad de egresos hospitalarios en el país, durante el 2019, fue de 5.046.
La tiroides es una pequeña glándula, con forma de mariposa, que se encuentra en la parte frontal inferior del cuello, es decir, debajo de la laringe. El trabajo de la tiroides es producir hormonas tiroideas que ayudan al cuerpo a controlar la temperatura, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la velocidad a la que los alimentos se convierten en energía (metabolismo).
Cuando la tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas para el funcionamiento adecuado del cuerpo, se produce la enfermedad llamada hipotiroidismo. Por lo general, tiene como causa una enfermedad autoinmune, es decir, un autoataque del sistema inmunitario contra la glándula tiroides. Como resultado, el organismo se pone lento y no actúa con normalidad.
Según Salvatierra, los pacientes con alteraciones tiroideas como hipotiroidismo no forman parte del grupo de riesgo para la infección de COVID-19, a pesar de que la causa del trastorno tiroideo pueda ser de origen autoinmune.
El tratamiento de la tiroides no debe modificarse en caso de contagio de COVID-19. Se recomienda el uso de sus dosis habituales de medicación y actualizar los controles de laboratorio, de acuerdo con las orientaciones de su endocrinólogo.
Es importante que aquellos pacientes que requieran hospitalización a causa del COVID-19 comuniquen al equipo médico que están bajo tratamiento para la tiroides.
Alimentación
Salvatierra comenta que para prevenir los problemas en la tiroides, principalmente el hipotiroidismo, el más común, es esencial adoptar una alimentación rica en nutrientes, lo que facilita su buen funcionamiento.
Consumir alimentos con yodo es una gran ayuda para mantener su función estable, ya que esta estimula la producción de tiroxina.
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Entre los alimentos ricos en yodo se encuentran: huevos, acelga, calabaza, semillas de sésamo, mariscos, almejas, mejillones, atún, salmón, champiñones y sal fortificada con yodo.
Para las personas con problemas de la tiroides, se aconseja el consumo de aquellos alimentos que aportan vitaminas y carbohidratos: así lo afirma un estudio publicado por la Revista Cubana de Endocrinología.
Entre los alimentos ricos en vitaminas están los frutos cítricos, los cereales, los granos y las semillas.
Causas y síntomas
Entre las causas de la enfermedad se pueden mencionar tratamientos con radiación, antecedentes familiares de problemas tiroideos, diabetes tipo 1 o vitíligo.
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Los síntomas del hipotiroidismo pueden ser diversos. Los más comunes son:
- Fatiga y debilidad
- Aumento de peso o mayor dificultad para perder peso (aunque se coma de manera razonable y se practique ejercicio)
- Cabello grueso y seco, pérdida de cabello
- Piel seca, áspera y pálida
- Intolerancia al frío
- Calambres y dolores musculares frecuentes
- Estreñimiento
- Depresión e irritabilidad
- Pérdida de memoria
- Ciclos menstruales anormales
- Disminución de la libido