Bienestar

Tumores en los ojos: cómo detectarlos

La salud visual es igual de importante, conozca como cuidarlos y descartar problemas y enfermedades a futuro.

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El cáncer, antiguo y temido enemigo de la humanidad que no respeta edad ni género, puede presentarse en cualquier lugar del cuerpo humano: el ojo y sus tejidos vecinos, como los párpados y la órbita, no son la excepción.

En los países del trópico, por presentar una mayor exposición a la radiación UV, tenemos una incidencia mayor en cáncer de piel, y este se puede presentar en la delicada zona de los párpados.

Lo paradójico de estos tumores es que están a la vista del paciente y su familia, pero muchas veces pasan desapercibidos. Suele aparecer como una lesión que no desaparece en el borde de los párpados, de aspecto perlado y coloración roja violácea. Su presentación es aparentemente inofensiva y al no ser dolorosa, no le hemos dedicado la debida atención.

Hay otras lesiones localizadas en el ojo o en la órbita que pueden ser silentes mucho tiempo, hasta que la persona evidencia su presencia y, por lo general, ya es demasiado tarde.

En la órbita, el espacio donde se alberga el ojo, dos de sus signos más frecuentes de tumoración son la proptosis o el ojo salido y la ptosis o párpado caído, que pueden estar enmascarando un tumor de glándula lagrimal, una leucemia o linfoma, entre otras anomalías.

Estas lesiones se pueden presentar en el exterior del globo ocular, en su superficie o conjuntiva, o en su interior y localizarse en coroides, úvea o retina. Estos tumores pueden ser benignos o malignos, pero son los médicos especialistas en oftalmología los profesionales de la salud que están en la capacidad de evaluar estas lesiones y realizar un tratamiento.

(Vea también: Sol, playa y cuidados para los ojos)

En todas las edades es necesario identificar las siguientes señales, que obligan a consultar de inmediato.

  • Pérdida súbita de visión por un ojo.
  • Masa en párpados con dolor o sin él.
  • Percepción de que el ojo se está saliendo.
  • Presencia de un ojo más cerrado.
  • Desviaciones de uno o ambos ojos.
  • Cambios de color.
  • Irritaciones frecuentes.

Fuentes: Carlos Alberto Calle Vásquez, médico cirujano oftalmólogo, oncología ocular y orbitaria; Sociedad Colombiana de oftalmología; Asociación Panamericana de Oftalmología; Asociación Panamericana de Oncología Ocular y Sociedad Internacional de Oncología Ocular.

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