El cáncer de útero es el tercero más frecuente entre las mujeres de Latinoamérica y el caribe, cifra que aplica también para Costa Rica. La buena noticia es que se puede prevenir.
Cada año, más de 56.000 mujeres son diagnosticadas con cáncer cervicouterino en America Latina y el Caribe y más de 28.000 pierden la vida, número que asciende a 72.000 y 34.000 respectivamente si se incluye a Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, existen herramientas de prevención y tratamientos que salvan vidas.
El cáncer cervicouterino es prevenible a través de la vacunación contra el VPH, el uso del condón, el tamizaje y el tratamiento de las lesiones precancerígenas.
Lo primero que debe entenderse es ¿qué es el VPH? Resulta que son un grupo de virus relacionados entre sí. Son aproximadamente 200 tipos, cerca de 40 de ellos afectan a los genitales. Existen 13 tipos que tienen la capacidad de generar cáncer y otros pueden causar verrugas en diferentes partes del cuerpo. Es decir, que existen dos categorías de VPH: de bajo riesgo y de alto riesgo.
Los de alto riesgo puede causar varios tipos de cáncer: cuello uterino –que es el más común– de ano, algunos tipos de cáncer oral y de garganta, vulva, vagina y pene.
Pese a que se suele hablar poco de ellas, resulta que las propagaciones por VPH son las infecciones de transmisión sexual más comunes.
“Cualquier persona que ha sido activa sexualmente puede contraer el VPH, ya que no es necesaria la penetración para contagiarse, solo el contacto en las zonas genitales puede producir la infección. Generalmente, se contagian con VPH poco después de ser sexualmente activos por primera vez”, aclara Ileana Quirós, médico del Comité Técnico del Cáncer de la Gerencia Médica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Esta infección es eliminada en el transcurso de los dos años por el sistema inmune por lo que más del 80% de las personas estarán libres de esta infección en ese tiempo.
El cáncer del cuello del útero es uno de los cánceres más frecuentes de los órganos reproductivos de las mujeres entre los 30 y 45 años en Costa Rica, sin embargo con pruebas sencillas realizadas con regularidad y seguimiento es totalmente prevenible.
¿Tener el virus es sinónimo de cáncer?
No necesariamente tener el virus quiere decir que se va a desarrollar cáncer, solo un número muy pequeño de mujeres infectadas con este virus presentan cáncer de cuello uterino.
Para que un cáncer se desarrolle deben pasar tres etapas: la infección del virus del papiloma, la presencia de una lesión no tratada y, en una tercera etapa, con el paso de los años, esas lesiones crean un tumor. En ninguna de esas etapas hay síntomas por lo que esta enfermedad es silenciosa y solo puede detectarse por medio de un examen médico.
Quirós explicó que la causa principal y necesaria del cáncer de cérvix es la infección persistente del Virus del Papiloma Humano (VPH ) de alto riesgo (los más comunes el 16 y 18).
Para que esta infección se vuelva persistente y se desarrollen lesiones son necesarios se reúnan factores como el fumado, el no uso de protección sexual con condón en todas y cada una de las relaciones sexuales, tener más de cuatro hijos, estar en algún tratamiento que baje la capacidad inmune del cuerpo, tener infección por VIH, no hacerse citologías por más de cinco años, entre otros.
Datos de la CCSS afirman que el tratamiento preventivo de este mal ha disminuido su incidencia en un 54% desde 1989, con base en datos del Registro Nacional de Tumores.
En la actualidad Costa Rica es el segundo país latinoamericano con el índice más bajo de mortalidad por cáncer de cuello uterino, le sigue Chile.
¿Cómo se previene?
La baja en la incidencia, afirman los expertos, responde entre otras medidas al compromiso de las mismas mujeres en realizarse de forma frecuente el Papanicolaou, medio para detectar la enfermedad de forma temprana.
Este examen identifica escamaciones, inflamaciones, infecciones y otros problemas que, con el tiempo, podrían llegar a convertirse en lesiones precancerígenas que sin tratamiento tienen posibilidad de convertirse en cáncer.
Según la encuesta de hogares del 2016, el 85% de las mujeres adultas se han hecho el examen alguna vez en su vida.
Por otro lado, el uso correcto de los preservativos de látex en los contactos de sexo anal, vaginal u oral reduce en gran parte, aunque no elimina completamente el riesgo de contraer y contagiar el VPH. Así mismo, reduce las probabilidades de adquirir otras infecciones de transmisión sexual comunes como clamidya y trichomonas que pueden hacer persistente la infección por VPH.
La forma más confiable de evitar la infección es la vacuna, la cual protege contra varios tipos de VPH de alto riesgo, incluyendo algunos de los que pueden causar verrugas.
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El sistema de salud de nuestro país aplica la vacuna a niñas de 10 años para protegerlas contra el VPH tipos 6, 11, 16 y 18, que previene dos virus de alto riesgo para cáncer más comunes (16 y 18) y contra los más comunes que producen verrugas.
El ginecólogo Carlos Valverde aclara que el método de prevención de vacunación puede ser empleado en cualquier mujer, incluso hasta los 50 años.
Sin embargo, datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aseguran que la taza de cobertura de la dosis no llega al 70% de las mujeres entre 30 y 49 años.
En nuestro país se diagnostican cada año 30 casos por cada 100 mil mujeres, y se producen seis muertes al año por cada 100 mil mujeres.
¡Nueva oportunidad!
Este año, la Caja incorporó la prueba molecular para detectar VPH de alto riesgo en el tamizaje en las Áreas de Salud. Se trata de un examen que se realiza en conjunto con la citología para las mujeres entre 30 a 64 años, quienes están en mayor riesgo de desarrollar un cáncer.
Según Leandra Abarca, encargada de inmunizaciones de la CCSS, con el nuevo análisis, las mujeres cuyo examen le arroje negativo tendrán un 100% de seguridad de no tener la infección, y además, baja probabilidad de desarrollar alguna lesión. Mientras quienes tengan un resultado positivo en la prueba contarán con una atención aún más ágil con el fin de reducir la posibilidad de desarrollar un cáncer.
Esta intervención está iniciando en Guanacaste y se irá extendiendo progresivamente a todo el país.
Fuentes: Carlos Valdemar Támara, Centro Genecológico Valdelamar (tel.: 2551-8033). Merck Sharp & Dohme Corp (www.msd.co.cr). Caja Costarricense de Seguro Social.