El deseo sexual es hoy el dolor de cabeza de nosotros, los sexólogos. Su falta es común en EEUU, donde las mujeres lo padecen más que los hombres (43% frente a 31%). Un bajo nivel de deseo está asociado a poca frecuencia en las relaciones, baja excitación, menos orgasmos y serios problemas en la pareja.
Ya que los hombres no juegan con su frecuente actividad sexual y toman la falta de deseo de la mujer como rechazo y abandono, hay distancia emocional y a veces física en la pareja, y surgen los conflictos.
Los grandes sexólogos andaban perdidos. Aunque Helen Kaplan es la primera que habla de deseo, no logra aclarar bien el tema. Aparece Basson, y cambia el enfoque dado a la sexualidad femenina: su respuesta sexual es más compleja, insistiendo en que su deseo y excitación no se parecen en “nada” al de los hombres.
Surgen grandes cambios a lo que dijeron los padres de la sexología Masters y Johnson, quienes descubrieron que la respuesta sexual humana (en ambos sexos) comenzaba con excitación, meseta, orgasmo, relajación y, en el caso del hombre, periodo refractario.
A esto agrega “el deseo” la brillante Helen Kaplan, quien descubre y destaca que a ellos se les olvidó el deseo. Así ella habla de deseo, excitación, orgasmo, etc. Y el famoso deseo complica la situación, ya que sabemos muy poco sobre ello.
Basson nos dice que la respuesta sexual masculina es totalmente diferente a la femenina. Ella destaca que la sexualidad femenina comienza con intimidad y hay varios pasos antes de llegar a la excitación. Señala que las mujeres participan en la actividad sexual por diversas razones, incluyendo un deseo de cercanía emocional. Pero, el deseo sexual es un factor frecuente para las mujeres en las relaciones donde se sienten escuchadas, amadas, cuidadas, donde hay una verdadera intimidad y puedo ser “yo estando contigo”.
Las mujeres premenopáusicas y perimenopáusicas, según estudios, tienen problemas con el deseo sexual (alrededor del 40%, de mediana edad, reportó que nunca o rara vez sentían deseo sexual). Muchas variables influyen en la respuesta sexual humana, tales como la relación, la importancia que se da a las relaciones sexuales, las actitudes hacia el envejecimiento y la sequedad vaginal, etcétera.
La respuesta sexual es un proceso complejo y puede ser fácilmente alterada en diversos de la vida reproductiva (pre- y post-parto, peri y postmenopausia), lo que explica la alta prevalencia de disfunción sexual en la población general de mujeres.
Gracias a Dios, hoy existen las hormonas bioidénticas, que pueden devolver el deseo sexual, ayudar con la resequedad vaginal, los calores, el mal humor, la falta de energía, y muchas cosas más, devolviéndonos a la vida y a la salud. Esto es poco, el deseo es más que testosterona y estrógeno, se basa, sobre todo, en la relación de pareja.