Durante la época navideña, la ilusión y el anhelo de compartir múltiples tradiciones en familias, hace que grandes y chicos se unan para vivir con alegría esas tradiciones populares que se han transmitido desde mucho tiempo atrás, pero también es momento para alegrarnos con la llegada de nuevas actividades que poco a poco vamos adoptando.
Una de ellas y que ha venido a generar gran entusiasmo en los chicos de la casa, es el famoso espectáculo ‘The Elf on the Shelf®️’, que cada día más familias eligen para poner en práctica en sus casas.
“Elf on the shelf” o “Elfo en el estante” es un tradición navideña para los más pequeños del hogar, un juego inspirado en el libro “The Elf on the Shelf: A Christmas Tradition”, de las autoras estadounidenses Carol V. Aebersold y Chanda Abell.
Según la tradición, cada Navidad estos duendecillos exploradores ayudan a Santa a registrar el comportamiento de los niños y preparando los regalos, la idea es que los padres escondan a los elfos por toda la casa días antes de Navidad, para que estos jueguen a buscarlos y cuiden su comportamiento.
Los pequeños y traviesos elfos vestidos de rojo y blanco, son adoptados por las familias y permanecen ahí hasta el día de Navidad, es decir, antes del 25 de diciembre, día en que Santa Claus reparte los regalos a todos los niños.
Otra dinámica consisten en que cada mañana, el Duende regresa con su familia y se esconde en un nuevo lugar, esperando que alguien lo descubra. A los niños les encanta despertar por las mañanas y correr por toda la casa buscando al Elfo.
Es decir, ellos actúan como “ojos” de Papá Noel, colocándose durante el día en un lugar particular de la casa, y yendo por las noches al Polo Norte, para darle el “reporte” de cómo se están portando los niños.
El toque divertido de esta tradición navideña es que cada día este duendecillo aparece en un lugar distinto en la casa y los niños deberán buscarle cada mañana para ver sus ocurrencias del día.
¿En dónde se esconden los elfos?
Una pregunta típica entre los padres es dónde esconder los elfos, ya que aunque es común colocarlos dentro del armario o debajo de la cama, existen lugares poco comunes que motivarán a los niños a seguir el juego.
Por ejemplo, esconder los elfos en el refri o nevera, en el baúl de juguetes, entre algunas plantas o en la cocina, ayudará a que los pequeños busquen con mayor atención en casa.
Esta tradición es cada vez más común durante la época navideña entre las familias, y usted, ¿ya adoptó a su elfo?