De cómo una tica construyó una empresa de bienes raíces que hoy cuenta con el respaldo de Forbes

Que lo diga Luxury Living, una empresa de bienes raíces de renombre en Costa Rica, que no solo destaca por sus propiedades exclusivas, sino también por el ambiente cálido y familiar que se respira en cada transacción. La historia de cómo esta familia ha logrado construirse un lugar privilegiado en este mercado de lujo es un testimonio del poder de los lazos familiares en el mundo de los negocios.

Esta historia comienza con una familia costarricense que, impulsada por su pasión y visión, logró construir esta empresa. Se trata de la familia liderada por doña Yalile Alpízar y su hija Andrea Guillen, quienes encabezan esta agencia boutique de bienes raíces que ha obtenido el prestigio de representar a Forbes en Costa Rica a través de la línea Forbes Global Properties.

Un gran reto asumido con la misma sangre

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Este enfoque humano no solo ha ganado la confianza de sus clientes, sino que también ha roto el halo de impersonalidad que a menudo se asocia con las empresas de bienes raíces de lujo.

Desde el inicio, a comienzos de los 90, doña Yalile sabía que tenía en frente un toro complejo de domar como es el mundo de bienes raíces, pero sabía que al final del día más allá de los números debía encontrar el aspecto humano detrás de esto.

De hecho, había una analogía que fácilmente le apareció en su cabeza para emprender ese reto: recordar que ella era la décima de una familia de 13 hermanos, en donde todo en la casa se debía asumir con la rigurosidad y la astucia que implica administrar una empresa.

“Estar en una casa de tantas personas hace que nosotras pensemos en cómo podemos mejorar la experiencia de quienes buscan un hogar”. Con estas palabras, Doña Yalile, fundadora de Luxury Living Costa Rica, rememora los inicios de la empresa (que en 1990 nació bajo el nombre de Luxury Estates).

Para la fundadora, cada propiedad representa más que un simple bien raíz; es el escenario de sueños, emociones y momentos inolvidables para las familias que buscan un lugar donde sentirse en confianza y seguridad.

Doña Yalile suele decir que “en cada casa, hay un universo de posibilidades esperando ser descubiertos por aquellos que buscan el sentimiento de un hogar verdadero”. Su visión trasciende las simples transacciones inmobiliarias; ella entiende que cada venta significa un paso hacia la realización de sueños y la construcción de memorias familiares.

Ella realizó estudios de Sociología en la Universidad de Costa Rica (UCR) y, en sus tempranos veintes, ingresó a trabajar en Visión Mundial. En este empleo estuvo cerca de 10 años y tanto sus estudios como su trabajo coincidían en un mismo norte: pensar en seres humanos y no en cifras y números.

En los inicios de Luxury Living, doña Yalile combinó su visión empresarial con su papel como madre y esposa. Ella ya estaba casada con Roberto Guillén, actual vicerrector de administración en la UCR, y ya tenía a su hija mayor Andrea, quien estaba empezando en el kinder.

Fue en este contexto que surgió una oportunidad inesperada. Una conversación casual con la madre de una compañera de Andrea en el kinder, quien era corredora de bienes raíces, reveló un talento oculto en doña Yalile. La sugerencia de ayudar en el negocio inmobiliario desencadenó un proceso de descubrimiento propio y de las posibilidades que ofrecía el mundo de los bienes raíces.

“Me di cuenta que me interesaba ese mundo y quería tener mi propia empresa”, rememora doña Yalile.

Este episodio marcó el comienzo de una trayectoria empresarial notable para ella. Descubrir su habilidad para el negocio inmobiliario y reconocer que podía prosperar en este campo fueron los primeros pasos.

Al entrar al negocio de bienes raíces siempre tuvo presente que la verdadera esencia está en comprender las necesidades y deseos de las personas que buscan un lugar para vivir.

La dupla perfecta

Andrea, la hija mayor de doña Yalile, no puede recordar la fecha exacta en que se vio inmersa en Luxury Living. Para ella, desde los seis años, sus recuerdos están llenos de imágenes de su madre dedicada al negocio. Desde pequeña, Andrea se sintió intrigada y fascinada por el trabajo de su madre.

“Desde que tengo memoria, he visto a mi madre dar lo mejor de sí en esta empresa. Es como si el negocio estuviera tejido en nuestra familia desde siempre”, cuenta Andrea, quien estudió Salud Ambiental.

Su participación temprana en el mundo de Luxury Living le proporcionó una perspectiva única sobre el negocio y la pasión que su madre dedicaba a cada detalle.

Con el tiempo, Andrea se convirtió en una parte integral del equipo, aportando su energía, entusiasmo y visión fresca a la empresa familiar. “Son ideas que hemos ido cruzando juntas, con muchas ganas, con la experiencia de mi mamá y con la visión de las cosas que veo por mi cuenta. ¡Es muy lindo!”, explica Andrea.

Después de años de dedicación y trabajo arduo, doña Yalile y su hija Andrea, junto con sus hermanos y una red de una docena de colaboradores, han cocinado un proyecto que hoy cuenta con el espaldarazo de Forbes.

Respaldada por la reputación de Forbes como una de las marcas de medios más confiables y respetadas a nivel mundial, ofrece una colección de propiedades codiciadas y acceso directo a expertos que las representan. Solo basta decir que esta red cuenta con una audiencia digital de más de 140 millones de personas para poner en perspectiva su relevancia.

En ese marco, madre e hija han asistido a conferencias internacionales, explorado las calles de Beverly Hills y Palm Beach, y visitado las casas más lujosas del mundo. Estas experiencias les ha brindado una visión única del mercado de bienes raíces de lujo y les ha permitido comparar la calidad y la sofisticación de las propiedades en Costa Rica con las del primer mundo.

“Costa Rica tiene toda la arquitectura equiparable para cumplir los sueños más sofisticados. Estamos en un momento emocionante donde podemos ofrecer a nuestros clientes no solo propiedades de primer nivel, sino también un estilo de vida exclusivo y único en un entorno natural incomparable”, finaliza Andrea.