Con 1,73 metros de altura, un cuerpo escultural y un hermoso rostro, Natasha era de las modelos de moda más cotizadas hace diez años. En ese entonces luchó contra la idea de que ser modelo era ir en bikini a los bares o salir con un traje escotado para promocionar una marca.
Ella sabía que otro tipo de modelaje era posible, uno donde se trabajara dignamente. Incluso, tuvo que convencer a su madre de ello, pues doña Patri fue la primera en oponerse. “Natasha modelo, casi me da un yeyo”, dice su mamá.
El esfuerzo de Natasha por cambiar la concepción fue dando frutos. Tanto que un día decidió bajarse de las pasarelas y, junto con la modelo Ekaterina S. Skliar, fundó la agencia de modelos Independent Model Management, mejor conocida como IMM.
Han pasado ocho años desde que empezaron con la idea –en ese entonces un poco loca– de establecer una organización que cuidara a las modelos, las tuviera al tanto de trabajos e impulsara su profesión. Hoy, Natasha es una reconocida agente de modelos que ha logrado exportar talento tico a las principales capitales de la moda. En estos casos, IMM trabaja como agencia madre y ubican a las chicas con talento en agencias de otros países para expandir sus horizontes y ofrecerles más oportunidades laborales.
En estos casos, Natasha pasa horas (muchas veces en la madrugada) mandando correos, analizando contratos, haciendo llamadas y cuidando a las chicas que están trabajando en el exterior, como una mamá. Esa pasión ahora la mezcla con su nueva responsabilidad, ser la mamá biológica de una pequeña de nueve meses que nació para hacer más feliz –y más paciente– a Natasha.
¿Cómo inició su carrera de modelo?
Empecé a los 17 años, mi primera pasarela fue para una tienda. A mi mamá no le hizo mucha gracia pero al final hice el trabajo, fue mi primer acercamiento al modelaje.
¿Cómo llegó a esa pasarela?
Estaba comprando y la dueña me preguntó si quería modelar. Yo le dije que sí, conversé con ella, luego volví a la tienda y me hicieron un fitting. Yo no era la típica modelo curvilínea que había en ese entonces; en Costa Rica, las modelos delgadas aún no estaban en tendencia.
¿Luego qué siguió?
N. Al 18 años conocí a varias personas de la industria de la moda, gente muy linda, que me empezó a recomendar para desfiles de moda que se hacían en Costa Rica. Así me fui introduciendo más en el modelaje, participé en el Fashion Week, en el desfile de la Universidad Creativa, salí en revista Perfil… luego vino toda la etapa de modelaje que viví por varios años.
¿Cómo pasó de modelo a empresaria?
No fue algo que busqué. Teníamos la visión de ser un grupo de chicas que trabajábamos juntas, sin embargo, se dio el paso de modelos a empresarias.
No fue fácil, porque nos tocó educar al mercado costarricense al nuevo sistema de contratar a una agencia que representa al modelo, antes las contrataciones se hacían de manera directa con el modelo y no se pagaba una comisión. La gente no estaba acostumbrada, fue difícil la primera etapa de dar a respetar a la agencia, al manager, al booker, los contratos. Todo fue sucediendo, nos asesoramos con abogados, contadores, etc., fue muy rápido y tuvimos que tirarnos a las canchas, como dicen.
¿Cómo se siente Natasha Fleming de haber dejado atrás su faceta de modelo para dedicarse a la agencia?
Fue una decisión que yo tomé. Yo pude haber seguido modelando, pero quise enfocarme en hacer este sueño realidad en Costa Rica. Quiero que otras mujeres logren lo que yo no hice por miedos u otras razones; que ellas tengan una agencia madre en Costa Rica, que alcancen sus sueños y puedan viajar.
Ya mi tiempo pasó. Modelé por varios años, en los cuales disfruté y conocí gente increíble que ahora son nuestros clientes. Ahora quiero hacer de Costa Rica una potencia en la industria de la moda.
¿Volvería a una pasarela?
Nunca hay que decir nunca aunque en este momento no lo tengo contemplado.
¿Cómo se ve en el futuro?
A mí siempre me ha gustado la idea de vivir en otro país. Afuera hay mucha exposición, muchas oportunidades, muchos clientes a los cuales me gustaría llegar. Quiero llegar a conocer gente de la industria como fotógrafos importantes, casas de moda… tener ese roce de poder ir a los desfiles. Tener una modelo desfilando para Victoria’s Secret pero también ser invitada al desfile. Mi sueño más grande es abrir una IMM en el exterior.
¿En alguna ciudad en particular?
Nueva York. Es mi ciudad favorita.
La agencia de modelaje
Independent Model Management es una de las agencias más reconocidas en el país. Natasha y Ekaterina han trabajado para establecer una industria que antes no existía y potenciar el talento de muchas jóvenes, principalmente mujeres y cada vez más hombres.
Ellas se aseguran de que se les pague lo justo y que los trabajos sean profesionales, de buena calidad y con buenas condiciones para sus modelos, ya sea dentro del país o fuera, en el caso de las profesionales que logren firman con una agencia internacional.
Natasha asegura que hace de todo, pero su pasión es colocar gente fuera de nuestras fronteras. Conversamos con ella sobre el crecimiento de IMM y la industria de la moda.
¿Cómo empezó la agencia IMM?
Inició en el 2010. En Costa Rica siempre han habido chicas muy lindas y todas éramos muy amigas, porque nos convertimos como una familia en los backstages. De hecho, Claudia Gallo (que se encuentra en Asia) y yo siempre nos decíamos que tenía que salir del país e irnos al otro lado del mundo. Como mi mamá estaba un poco quitada de que yo fuera modelo, a mí me dio miedo lanzarme. Claudia sí se fue y ha hecho sus trabajos.
Un grupo de modelos que estábamos acá nos organizamos porque sentíamos la necesidad de que alguien nos cuidara y nos avisara de trabajos, así decimos hacer un grupo que liderábamos Ekaterina y yo. Así fuimos formalizando el negocio.
¿Cómo fue creciendo la empresa?
Nosotras vacilamos que somos “soilas”, porque al inicio nos tocaba hacer de todo, desde hacer las facturas hasta írselas a dejar a los clientes, luego vimos que necesitábamos un mensajero. Primero trabajábamos desde la casa, luego nos reuníamos en la casa de Ekaterina y finalmente decidimos que necesitábamos un espacio. Ha sido muy bonito porque empezamos de cero, hasta tener lo que es ahora IMM.
¿Cuál es su función en IMM?
Hago de todo pero lo que más me apasiona es el placement que es colocar modelos en mercados internacionales. Actualmente, las chicas que están trabajando afuera, como Saray Scheidt y Adriana Mora, se han ido colocando de a poquitos. Empezamos con Juliana Herz en Chile, luego en Argentina y en Miami y ahora la representan 13 agencias alrededor del mundo.
Definitivamente esto es lo que me gusta, en varias ocasiones he viajado a Nueva York para conocer gente de la industria y en octubre estaré en París. Esa es mi labor: ser la directora del área de colocaciones y proyectar internacionalmente a los modelos.
¿Qué se busca en un modelo para poder colocarlo internacionalmente?
Todas las chicas quieren irse y mi sueño personal es que todas salgan, pero también hay que ser conscientes que la industria es muy exigente y no todas tienen el perfil para trabajar afuera. Hay muchos y muchas que son ideales para ser modelos locales pero para ubicarlos en agencias de otros países se necesita una buena estatura. Los mercados más fuertes como Londres, París, Milán y Nueva York exigen chicos y chicas altas, con un buen físico y buen rostro.
El otro aspecto importante es la personalidad. Hay mujeres que son altas y tienen muy buen físico pero una personalidad nula, entonces a las agencias y a los clientes no les gusta porque es alguien que va a pasar desapercibida. Hay que ser memorable.
¿Cuál es la diferencia entre una modelo comercial y una modelo de moda?
Las modelos comerciales venden belleza, mientras que las modelos de moda venden la ropa. Si son modelos comerciales deben tener un cutis bonito, el cabello, las uñas y los dientes muy cuidados, porque Juliana Herz, por ejemplo, vende cabello, dientes, rostro: se puede ver en una campaña de Target como en una de L’Oreal. Es una persona que tiene que cuidar su físico, ir al gimnasio, al salón de belleza... cuidar todos los detalles.
¿Cuáles riesgos hay en la industria de la moda?
El sector ha cambiado, antes había una mala imagen de que existían muchos excesos en la industria, y así fue durante la década de los 90, donde había mucho alcohol, sexo o droga. Sin embargo, ahora los modelos quieren trabajar y hacer dinero, y son mucho más centradas. Las modelos que están trabajando afuera tienen una meta y luchan para alcanzarla.
¿Cómo ha cambiado el panorama nacional?
Yo antes decía que era modelo y de una vez me relacionaban con las mujeres que hacían pasarelas en los bares, antes no era una impresión bonita como lo es ahora. Hoy en día una chica dice que es modelo de IMM y es motivo de orgullo, eso es lo que hemos querido ir creando.
¿Cómo hace para cuidar a las modelos que trabajan en el extranjero?
Trato de estar muy pendiente, a veces mas bien soy muy necia. Les paso preguntando sobre los trabajos que hacen, les pido que me manden fotos para ver cómo es el ambiente. Además, hay un contrato legal que los clientes deben cumplir y yo estoy pendiente de que así sea. A veces debo pelear para que a una modelo le vaya bien.
Como una mamá.
N. Sí, es una labor de mamá, debo apoyarlos emocional, sicológica y hasta físicamente. Por ejemplo, ahora una modelo que se fue a Los Ángeles, al llegar la agencia que la contrató me escribió porque la consideraron pasada de peso. Yo la vi bien cuando se fue, pero afuera la industria es muy dura. Así que tuve que negociar para contratar a un entrenador físico y darle apoyo emocional a la chica, quien ha mejorado mucho en estos meses.
¿Salir al mercado internacional es una puerta al éxito?
Trabajar afuera no es fácil. Detrás de una modelo hay miles de chicas que quieren lo mismo. El hecho de que se firme con una agencia internacional tampoco es una garantía de que vayan a hacer una gran carrera, hay que poner mucho empeño para tener trabajo, tener el dinero y tener opciones. No es de la noche a la mañana que caen las cosas. Aquí en Costa Rica puede ser una modelo muy conocida, pero afuera toca empezar de cero.
¿Qué tienen las modelos costarricenses?
Lo que tenemos bonito nosotras es lo multicultural, en Costa Rica hay muchas mezclas, hay chicas latinas de papás alemanes, parientes estadounidenses, etc. La diversidad llama la atención de las agencias. Sin embargo, no es fácil porque nuestro país nunca ha sido una potencia en la moda. No somos Brasil, Argentina ni México donde hay miles de tops models.
Entonces, ¿cómo podemos destacar como país?
Hasta hace poco las marcas se vuelven a vernos y en esto han influido las redes sociales, muchas agencias y clientes nos siguen. Por ejemplo, nosotras subimos una foto de una de nuestras nuevas modelos, Amelí, y una agencia en París nos escribió mostrando interés en ella. Amelí es nuestra nueva top, tiene apenas 15 años, y logramos colocarla en la red de agencias Elite. Esto es muy bueno porque está con las mejores, de ahí han salido muchas supermodelos.
Natasha y Alana
El 18 de noviembre del 2017 la vida de Natasha cambió para siempre, cambió para bien. Ese día, en el Hospital La Católica, nació su hija Alana Fleming Hibert. La “mamá” de modelos nacionales se convirtió en una verdadera madre. Alana llegó a los 31 años de Natasha, un momento que ella califica como perfecto, y le ha planteado nuevos retos y muchas alegrías a nuestra empresaria de portada.
¿Cómo recibió la noticia de llegada de su hija?
Siempre me han gustado muchos los niños, de hecho, hubo una etapa cuando estaba en el colegio, en que yo cuidaba bebés. Siempre he sido muy maternal. Estaba en Nueva York, quedé embarazada, y dos meses después cuando ya había regresado a Costa Rica fue que me di cuenta. Fue muy vacilón, yo empecé a sospechar pero nunca me dieron achaques ni molestias. Llegó en un muy buen momento, por mi edad ya me sentía preparada para ser mamá.
¿Qué ha cambiado en su vida?
Ha sido un cambio positivo en mi vida, he tenido que aprender a ser más paciente. Yo pasaba muy estresada y siempre corriendo por mi trabajo, ahora he tenido que calmarme. Los primeros meses es un cambio gigante, uno no duerme. Me gusta porque he tenido que ir al ritmo de ella y no al mío, yo siempre estaba corriendo y con Alana es poco a poco.
¿Cómo combina la maternidad con su trabajo en la agencia?
Estoy trabajando más desde la casa, paso 100% con mi bebé pero no descuido el trabajo. A veces espero a que ella esté dormida para poder hablar por teléfono y coordinar castings o llamar a agencias. Aprovecho que ella come a las 2 a. m. y que me tengo que levantar para llamar a las agencias que están en Europa y me queda bien por el cambio horario.
Nos costó un poco convencerla de salir en la portada de nuestra revista, ¿por qué lo pensó tanto?
Es que yo soy de muy bajo perfil, siempre me ha gustado tener mi vida en privado, soy como un libro cerrado. Sin embargo, Perfil ha sido como una casa para mí, con ustedes he hecho editoriales de moda y he salido en la portada junto a Ekaterina.
¿Será que Alana sigue sus pasos de modelo?
Quiero que ella se vaya formando por ella, pero si le gusta la industria genial. Yo feliz porque estaré encantada de manejar la carrera de ella y cuidarla en cada paso.
REFERENCIAS: Fotos Óscar Bravo / Maquillaje Luis González / Stylist Dalo Araya