La experiencia inicia cuando el transporte empieza a subir esa montaña en medio del bosque secundario de Savegre. Durante el trayecto, el visitante va conectando con el espíritu de aquel lugar que alberga al Imiloa Institute.
Este hospedaje es un hogar de bienestar donde la alimentación saludable, las lecciones de yoga y las experiencias de meditación son la combinación perfecta para sanar el espíritu.
“Cuando compramos la propiedad, la cual tiene un río, catarata, jungla, vistas al océano Pacífico, ya había tres casas que tienen casi 200 años de antigüedad; son estructuras provenientes de las islas de Java en Bali, Indonesia”, explica India Mayorga, cofundadora de Imiloa.
Ella, junto a sus dos socios, agregaron los Jungalos y los Geodesic Domos a la propiedad. Los primeros consisten en hospedajes privados, con baños insertos en medio de la jungla, –un santuario no oficial de perezosos–. Los domos, por su parte, están en el sendero de la jungla cerca del río, en armonía con la naturaleza, dada su geometría sagrada en diseño y el hecho de que no se cortó ni un solo árbol para su construcción.
Su fundación
Colectivamente, los tres cofundadores se encontraron uno con el otro y reconocieron que cada uno tenía una semilla de una visión, la cual tenía que ver con una reunión de una comunidad global.
“Compartíamos un deseo de crear un espacio, un instituto, para personas de todas las edades, todas las culturas y todo linaje en anticipación a un compartir de sabiduría durante los años, no solo por medio de las enseñanzas de los pueblos originarios, sino mediante la naturaleza en sí”, detalla India.
Con ella trabaja Jake Sasseville (cofundador), quien estaba viviendo en Hawái cuando se le dio la semilla de Imiloa (I’Mi’loa: palabra hawaiana que significa ‘creatividad por medio de la imaginación’).
Un anciano hawaiano nombró la semilla después de que Jake compartiera lo que estaba pensando en su casa privada: las personas llegaban y lo visitaban. Luego llegaban sus amigos y, después, los amigos de sus amigos; todos sabían que la puerta de esta casa en Kula, Hawaii, siempre permanecía sin seguro, abierta para el mundo. Esta era la visión.
Jake compartió esta semilla –un espacio donde el mundo vendría y se reuniría, para encontrarse a sí mismo– con Nadav Wilf (cofundador y CEO).
Nadav comenzó a buscar raíz, tras vivir años en comunidades nómadas y participando de festivales en el mundo. Las raíces se empezaron a establecer y así tomo marcha la primera acción de recaudar el capital para dar inicio.
Ambos dieron una oferta a lo que ahora se conoce como Imiloa en Costa Rica. Ninguno había manejado una operación de este tipo ni era especialista en el tema; por eso emprendieron una búsqueda global para encontrar al tercer componente de esta trifecta. Ahí fue cuando conocieron a una mujer indígena costarricense, India Mayorga, quien se encontraba trabajando en una agencia de publicidad en Toronto, Canadá. Ella ya estaba en planes de retornar a su tierra ancestral para sembrar algo nuevo.
¿Por qué Costa Rica?
Costa Rica siempre fue el destino de Imiloa. Para ese momento Nadav ya había viajado al país en varias ocasiones para surfear y era uno de sus destinos anuales de estadía.
Jake se enamoró por primera vez de Costa Rica cuando visitó el área del Caribe (Cahuita) cuando tenía 18 años, en 2004, y India Mayorga, una viajera de continentes y nativa e hija de este país, sabía que Costa Rica tenía algo grandioso para humanidad.
Por eso, hoy Imiloa se ubica a 12 minutos antes de llegar a playa Dominical, sobre la carretera internacional, entrando al pequeño pueblo de Hatillo, Savegre en Puntarenas.
Santuario de experiencias
Las amplias y accesibles instalaciones permiten que Imiloa sea el hogar de talleres, retiros, reuniones corporativas y bodas.
Allí convergen varios maestros, tanto ticos como internacionales, quienes imparten clases de cocina, meditación, sanación musical, emprendedurismo holístico y consciente, respiración, yoga, danza, física cuántica, plantas medicinales, entre muchos otros conocimientos.
En cuanto a la gastronomía, su restaurante es de los mejores de la zona, con uno de los chefs más destacados de Costa Rica: Pedro Padhu. Este maestro culinario les ha cocinado a personajes como la doctora de Dalai Lama, Pelma Kalsang, y al actor Gerard Butler, reconocido por su papel en la película 300, así como a músicos, artistas y sanadores espirituales.
En la cocina de Imiloa se trabaja con agricultores de productos orgánicos locales para crear una gastronomía fusión que brinda la energía necesarias para el funcionamiento óptimo del cuerpo. Más que comida, es energía orgánica a base de plantas.
Contacto
- Web: www.imiloainstitute.com
- Facebook: https://www.facebook.com/imiloainstitute
- Instagram: @imiloainstitute