Le dicen “gringa” pero es de los Países Bajos, aquel país pequeñito que conocemos como Holanda y relacionamos con tulipanes, molinos de viento y pintores. Maite Hontelé es alta, rubia, sonriente y hoy lleva una enagua de flores, zapatos turquesa y una trompeta en la mano. Esta intérprete europea tiene una gran pasión que la ha catapultado a escenarios internacionales: la música salsa. Luego de estudiar música en su país de origen se aventuró a exportar su ritmo a Latinoamérica y halló en Colombia un nicho y un nuevo hogar. En Medellín encontró el amor, tanto por los ritmos latinos como por su esposo quien ahora es su cómplice musical. Su éxito ha sido tanto que en el 2014, su disco Déjame Así fue nominado para un Grammy Latino en la categoría de Mejor Álbum de Salsa. De visita en Costa Rica, conversó con Perfil sobre su experiencia y nuevos proyectos.
P: ¿Cómo se interesó en la música?
M: En mi familia siempre escuchábamos todo tipo de música. Por la mañana escuchábamos Bach y Mozart y por la tarde un poquito de jazz y música popular. Mi papá era coleccionista de salsa y son cubano. Cuando yo nací ya había una colección grande de música tropical, que para holandeses es algo muy extraño, pero mi papá tenía un vecino de Aruba que ponía ese tipo de música.Él me transmitió su amor por la música latina. Después, cuando tenía 9 años, me dieron una trompeta en la banda del pueblo. Yo no escogí la trompeta, me la dieron porque ocupaban una trompetista, pensé que con esa trompeta no solo podía tocar la música marcial, sino también la salsa.
P: ¿Entonces así empezó a tocar ritmos latinos?
M: A los 14 años empecé en un grupito de salsa porque me enteré de que en Utrecht había un taller de salsa y yo quería con todo el corazón tocar esa música. Fui a tocar con ellos y recuerdo que en el primer ensayo tocamos música de La Fania All Star, de Celia Cruz y otros. ¡Yo era feliz! De ahí surgió también la idea de ser músico profesional.
Entonces estudié en un conservatorio de música en Rotterdam. Durante esos años además de la carrera formal, llevé otra carrera: la calle. Desde los 17 ya me ganaba mi dinero tocando con grupos de latinos en Holanda. Hasta las seis de la mañana en orquestas de solo hombres y en discotecas muy dudosas… mi mamá no sabía en donde tocaba y ¡mejor! Eso me dio mucha experiencia, incluso físicamente, porque tocar la trompeta es un ejercicio fuerte.
P: Ha tocado con grandes de la salsa. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
M: Pues por ejemplo, a los 8 o 9 años escuchaba la música de la Sonora Ponceña de Puerto Rico, uno de mis grupos favoritos de salsa. Yo pensé, y me acuerdo claramente de ese pensamiento, ¡ojalá algún día pueda tocar con ellos… o ensayar! Era un sueño pero lejano, como una fantasía. Hace más o menos dos o tres años toqué con ellos en Medellín como invitada. Cuando estaba allí pensé, ¿cómo es posible que una niña de nueve años, de Holanda, llegue a tocar con su grupo favorito? ¡Qué pasó ahí! Es algo muy bonito porque prueba que en la vida todo es posible y que aunque tengas ideas muy raras, como una holandesa que quiere tocar salsa, puedes llegar muy lejos y cumplir sueños. ¡Hay que perseguir los sueños aunque suenen muy locos!
Y bueno, en los últimos años como me he desarrollado como solista y líder de mi proyecto, he llamado la atención de artistas grandes de la salsa. El vínculo más grande fue con Óscar de León que me invitó a ir de gira con él en Europa y luego grabó conmigo la pieza Perdón. Su apoyo catapultó mi carrera. He tenido mucha suerte con eso, artistas grandes me han ayudado.Otra suerte es que mi esposo actual es compositor y trabaja en mi casa productora, Merlín Producciones y tenemos un equipo increíble. Él, Juancho Valencia, compone los temas, en Merlín los grabamos y se producen mis giras. Tenemos un equipo sensacional.
P: Entonces ¿se enamoró de la música pero también en la música?
M: ¡Sí! Así fue exactamente, muy lindo. En el 2008 yo había tocado en Holanda mucho, pero estaba un poquito aburrida con el instrumento, porque había estudiado mucho y como que sentía que no había valido la pena. Entonces pensé que o me dedicaba a otra cosa o grababa mi propio proyecto. Así fue. Mis últimos ahorros los metí al primer disco que era un homenaje a la música colombiana, porque en varias giras me había enamorado del público colombiano. Entonces decidí tocar más en Latinoamérica y sobre todo en Colombia. Fui a Colombia a promocionar ese álbum y me enamoré de Juancho Valencia. Eso fue muy rápido. En marzo fue la gira y en agosto ya estaba viviendo en Medellín, un cambio de vida total. Cultura nueva, banda propia y enfocada en mi proyecto. Después de seis años y 4 álbumes, puedo decir que funcionó.
P: Además fue nominada al Grammy en el 2014, ¿se lo imaginaba?
M: ¡Nunca, nunca! Recuerdo muy bien que el día que me llamaron, yo estaba acostada. Era muy temprano, a las 7:30 de la mañana, ¡una hora a la que un músico normal todavía está durmiendo! Me llamaron a la casa muchas veces, porque mi celular estaba apagado y era Juancho. Me dijo: Maité, siéntate, porque no vas a creer lo que pasó. Y me dijo que estaba nominada al Grammy en la categoría de salsa, de Mejor Álbum de Salsa. Es una categoría muy importante donde solamente hay cinco nominados y el año pasado estaba Marc Anthony, Tito Nieves, Mario Ortiz, Aymee Nuviola... y yo! Fui la primera holandesa en ganar una nominación así… ¡nunca lo imaginé!
P: ¿Cuál música es su favorita?
M: Soy muy salsera, pero también me gustan otras cosas. Para mí lo más importante de la música es que me llegue al corazón. Suena muy cliché, pero finalmente lo que me gusta es lo que me conmueve. Algo bonito que tiene la salsa es que amplifica las emociones. Eso es algo que me hace la música y es fabuloso. Creo que como artista es importante tener esa conexión con la música.
La trompeta finalmente es mi voz y lograr esa conexión con el público es lo que hace la magia. ¡Por eso quiero volver a Costa Rica con mi banda completa!
P: ¿Y cuál proyecto sigue?
M: Pues después de eso todos los ojos están dirigidos hacia nosotros y a lo que sigue. El nuevo disco se llama “Te Voy a Querer”. El primer sencillo se llama “Me da Igual” y el 15 de julio es el lanzamiento mundial de todo el disco. Es un disco muy variado, con once temas que van desde salsa dura hasta son cubano, e incluso pasando por un merengue con los músicos de Juan Luis Guerra. Tiene participación de Alain Pérez que es un cubano que fue director de la banda de Celia Cruz y muchos invitados de lujo. El grueso del disco fue grabado con mis músicos de Medellín y son casi todas composiciones inéditas.
P: ¿Dirigir ha sido un reto?
M: Realmente nunca supe en qué me iba a meter. Ser líder significa no sólo estar dirigiendo la banda y animando al público en el escenario, pero también sentir toda la responsabilidad del proyecto. Esto sí es una cosa que nunca me imaginé que iba a ser así. A veces me saca todo el estrés, pero a veces casi no aguanto. Todo llega a mí, es muy bonito pero agotador.