La dinámica de la maternidad ha cambiado en todos los sentidos. Años atrás, las mujeres solían tener sus hijos a los 20 años; sin embargo, en la actualidad, para muchas ocurre 20 años después, sí, a los 40, comienza la maternidad para una buena cantidad de mujeres.
Esta tendencia representa un cambio significativo en la dinámica de la maternidad en la sociedad actual y plantea desafíos y oportunidades para la salud materna y la crianza.
¿A qué se debe este fenómeno? Según la socióloga Gabriela Alfaro, uno de los factores que ha influido en esta tendencia es la emancipación de las mujeres en la sociedad moderna. Con el aumento de oportunidades educativas y profesionales, muchas mujeres han decidido posponer la maternidad para enfocarse en su carrera y otros aspectos de su vida personal antes de convertirse en madres.
Además, el acceso a la tecnología reproductiva ha abierto nuevas posibilidades para aquellas que enfrentan dificultades para concebir de forma natural. La fecundación in vitro (FIV) y otras técnicas de reproducción asistida han permitido que muchas mujeres mayores de 40 años cumplan su deseo de ser madres biológicas.
No obstante, según el ginecólogo y obstetra Henry Villalobos, este fenómeno también plantea ciertos desafíos. Los embarazos tardíos están asociados con un mayor riesgo de complicaciones médicas tanto para la madre como para el bebé. A medida que una mujer envejece, la posibilidad de problemas como hipertensión, diabetes gestacional y parto prematuro aumenta significativamente. Por otro lado, los bebés nacidos de madres mayores pueden enfrentar un mayor riesgo de anomalías cromosómicas y otras condiciones genéticas.
“Es fundamental que las mujeres que consideran un embarazo después de los 40 años estén bien informadas sobre los riesgos y consulten con especialistas en medicina materna para recibir un seguimiento adecuado. El cuidado prenatal y las revisiones médicas regulares son esenciales para garantizar un embarazo saludable y reducir al mínimo las complicaciones”, agregó el Dr. Henry Villalobos.
Cuidados especiales
Teniendo en consideración que el embarazo después de los 40 años puede requerir cuidados especiales debido a los riesgos adicionales asociados con la edad materna avanzada, aquí algunas recomendaciones que ofrece el especialista:
- Seguimiento médico regular: El cuidado prenatal debe ser más frecuente y riguroso. Se pueden necesitar visitas médicas más regulares para controlar la presión arterial, el azúcar en la sangre, el peso y el crecimiento del bebé.
- Suplementos prenatales: Las mamás después de 40 años pueden necesitar suplementos prenatales adicionales para garantizar que estén recibiendo todas las vitaminas y minerales necesarios para su salud y la del bebé. El ácido fólico, por ejemplo, es esencial para prevenir defectos del tubo neural en el bebé.
- Evaluación genética y pruebas prenatales: Dado que el riesgo de anomalías cromosómicas aumenta con la edad materna, algunas mujeres pueden optar por someterse a pruebas genéticas y de detección prenatal para evaluar el riesgo de ciertas condiciones en el bebé.
- Control del aumento de peso: Es importante mantener un aumento de peso saludable durante el embarazo para reducir el riesgo de complicaciones como la diabetes gestacional y la hipertensión. Una dieta equilibrada y ejercicio moderado bajo la supervisión médica pueden ser beneficiosos.
“A pesar de que los embarazos después de los 40 han aumentado, la ciencia mantiene la evidencia de que sigue siendo más riesgoso tanto para la madre como para el bebé”, aseguró el Dr. Henry Villalobos.
“Es importante que la mujer esté atenta a posibles cambios, por ejemplo, dolores de cabeza repentinos, ardor o incomodidad al orinar, retención de líquido, cansancio extremo o aumentos o bajonazos de presión arterial”, dijo el ginecólogo Henry Villalobos.
¿Maternidad tardía?
Creer que la maternidad llegó más tarde de lo esperado parece ser relativo. Algunas de las motivaciones por las que las mujeres toman esta decisión tienen un sustento de peso:
Estabilidad emocional y económica: Después de los 40 años, muchas mujeres han alcanzado una mayor estabilidad emocional y económica en sus vidas. Esto puede proporcionar un ambiente más seguro y favorable para la crianza de los hijos, ya que es más probable que cuenten con recursos financieros y una red de apoyo sólida.
Madurez: La experiencia de vida y la madurez emocional pueden ser ventajas significativas para las mujeres que se convierten en madres a esta edad. Estas características pueden ayudarles a enfrentar los desafíos de la crianza con una mayor perspectiva y paciencia, así como una mayor capacidad para tomar decisiones informadas sobre la salud y el bienestar de sus hijos.
Carrera profesional establecida: Al posponer la maternidad, muchas mujeres tienen la oportunidad de establecer sus carreras profesionales y alcanzar sus metas personales antes de dedicarse a la crianza a tiempo completo. Esto puede brindarles una sensación de satisfacción y realización personal, lo que, a su vez, puede tener un impacto positivo en su rol como madre.
Toma de decisiones informadas: Con la edad, las mujeres tienden a ser más informadas sobre su salud y el cuidado prenatal. Tienden a ser más proactivas en el seguimiento médico, adoptar hábitos de vida saludables y recibir el asesoramiento adecuado para garantizar un embarazo más seguro.
Fuente: Socióloga Gabriela Alfaro.