El trayecto es desafiante. Nadie dijo que sería sencillo cruzar todo Guanacaste hasta rozar la frontera con Nicaragua. Casi cinco horas de recorrido desde San José, 277 kilómetros superados y la promesa de explorar la esencia playera de La Cruz.
Cuando solo se miran cabezas de ganado en el horizonte y la carretera parece interminable, es inevitable preguntarse si vale la pena 'tremenda' manejada. Recién saqué mi carro del taller y el destino elegido es tan lejano como misterioso.
Me pregunto si playa Rajada será tan hermosa como predican los aventureros que se cautivaron con la arena blanca de la playa, tan limpia como desolada.
GOPlaya.cr exploró el cantón de La Cruz, en una gira que nos llevó a cuatro playas desconocidas para la mayoría, el rostro más escondido de Guanacaste.
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Quizás fue el tiempo lo que me permitió darme cuenta de que es justamente la mezcla entre aventura y misterio lo que vuelve atractivo este lugar, aún poco visitado y mucho menos desarrollado que zonas como Tamarindo, El Coco o Nosara.
Es más bien recóndito; con enormes terrenos, sin grandes edificaciones, y un entorno que se asemeja más a un pueblo encantador y sencillo, de los que ya escasean.
Puede que el reto sea explorar un cantón que todavía pasa desapercibido para muchos, pero que resguarda playas hermosas. En esta ocasión la misión es visitar Rajada y Rajadita, recónditos y afamados spots que no paran de enamorar.
Aquí todavía parece que el tiempo camina lento. La brisa refresca, pero no pega tan fuerte. Según la época del año, el viento puede ser un compañero incómodo.
De todos modos, a Rajada le protege una montaña que permite que el viento se sienta menos que en otros lugares de la zona. En playa Copal (a 10 minutos), por ejemplo, la sensación es totalmente distinta.
Decenas de extranjeros visitan playa Rajada para practicar el 'kite surfing', un deporte extremo que consiste en movilizarse por el mar con la ayuda de un cometa que es impulsado por el viento. En los alrededores de esta playa hay academias que ofrecen clases.
Muy cerca de allí hay otra playa similar. Se llama ‘Papaturros’ y solo pasamos a conocerla, muy rápido. No queríamos perdernos el ‘plato fuerte’ del paseo y, en definitiva, las mejores playas de la zona.
Ya de camino a Rajada, hay un pequeño poblado en el que se aprecia un mini súper, dos pequeños hoteles y una calle que lleva hacia un condominio. Es como un 'pequeño barrio' ubicado a 25 minutos del centro de La Cruz.
Es larga y hermosa, tal como la soñé; la arena es blanca y el mar cristalino. El oleaje puede aumentar de acuerdo a la época, pero en verano las olas son mínimas.
Decenas de árboles rodean la playa de costado a costado y ofrecen sombra. Un islote se aprecia a lo lejos, una 'decoración' adicional para una playa encantadora.
Los locales dicen que, de vez en cuando, se mira a lo lejos la cola de una ballena jorobada junto a su cría.
El agua es menos cálida que en el resto de Guanacaste. Esto no es excusa para las familias y los niños que disfrutan del mar, nadan tranquilos cerca de la orilla y sonríen con el buen clima que les regaló el día.
A la par de Rajada se esconde Rajadita. No es sencillo conocer este destino, al que solo se puede llegar cuando la marea baja en Rajada.
¿Por qué? Básicamente deberá caminar hasta el extremo izquierdo de Rajada, en donde se encontrará unas rocas que tapan el paso.
Es bueno que lleve consigo unas tenis para que supere estas piedras, le espera un recorrido de alrededor de 15 minutos (es algo incómodo, no le miento).
Al superar el obstáculo, se encontrará la playa. Es pequeña, hermosa, limpia y además tiene su propio sello, pues un hermoso islote se 'estaciona' justo al frente.
El mar es mucho más cristalino que en su playa vecina y el oleaje apenas perceptible.
La Cruz posee su propia magia, un encanto especial con tintes de salvaje y relevador, como si todavía existiera mucho por descubrir.