Un vino orgánico es aquel que se produce con uvas orgánicas, cuya cosecha está libre de fertilizantes o pesticidas químicos, e incluso se utiliza maquinaria mecánica para control de malezas. De esta manera, tanto el suelo como la uva y el viñedo están libres de contaminación.
“Por ejemplo, si existe una plaga, en vez de utilizar un químico insecticida, se incluyen ciertos insectos o animales que naturalmente puedan crear un equilibrio en el viñedo”, explica Angie Rojas, ejecutiva de la marca Cono Sur, un viñedo chileno con bebidas certificadas orgánicas.
El vino orgánico comparte muchos de los beneficios del vino tradicional. Sin embargo, al no tener agentes químicos, pesticidas y productos GMO (organismos genéticamente modificados), es más natural y amigable con el medio ambiente.
“En una cosecha orgánica, la planta o vid está obligada a lograr balance natural y mantener la sanidad de su racimo”, agrega Matías Ríos, enólogo de Viñas Cono Sur.
La producción de uvas orgánicas mantiene y protege el lugar donde está la plantación. Genera un ecosistema más sano y más diverso, a la vez que es más amigable con las personas que trabajan en el viñedo. Adicionalmente, una producción es aún más sostenible si emplea energías renovables en sus plantas y minimiza el consumo de agua. Tras un proceso así, queda la satisfacción de que se está conservando un suelo limpio para el disfrute de las nuevas generaciones.
¿Varía el sabor?... ¿y el precio?
Entre un vino orgánico y uno elaborado de la manera industrial tradicional, no se puede afirmar que haya mejor o menor calidad solo por degustación. Sin embargo, según la experiencia del enólogo Matías Ríos, “con los vinos orgánicos de Cono Sur hemos logrado obtener bebidas con un potencial más alto, más concentrados, más expresivos”, aseveró.
En cuanto al precio sí hay diferencia, aunque es variable según cuál sea el punto de comparación. En términos generales, producir un vino orgánico hoy en día puede ser más costoso porque se requiere más mano de obra en el viñedo, más acciones mecánicas y un control más natural de plagas.
Este producto puede tener un valor hasta de un 35% más alto que el vino tradicional, y dadas las tendencias contemporáneas hacia lo orgánico, se espera que la demanda vaya creciendo poco a poco con el tiempo.
Sin embargo, esa brecha de costos se puede disminuir con mayor eficiencia, uso de tecnología, estudios biológicos y la experiencia de los productores. No obstante, no hay precio caro cuando se trata de cuidar el planeta en el que vivimos.
De Chile para el mundo
Orgánico de Cono Sur es un vino que busca brindar al consumidor el beneficio de la pureza de la naturaleza junto al beneficio de vivir en equilibrio con el medio ambiente.
Cono Sur es el nombre de una viña que nace en 1993, y que desde su concepción ha estado comprometida con el desarrollo sustentable, creyendo que la producción de vinos de alta calidad puede ir de la mano con el cuidado del medio ambiente, sus colaboradores y la comunidad.
Además de cumplir con las características de un producto orgánico, este viñedo se ha formado respetando los principios sustentables y orgánicos. Se consideran flores, pasto, insectos y aves junto a los ciclos de la naturaleza para mantener un equilibrio total en la producción.
Algunas de las certificaciones que avalan su cuidado por el medio ambiente son:
- Carbon Neutral Delivery: Se compensa todo el CO2 emitido en todos los procesos de transporte de los productos (desde la bodega, hasta el consumidor final).
- B Corp: Certificación que avala a Cono Sur como una empresa que busca balancear el beneficio económico con un propósito positivo para el entorno.
- Ecocert (Orgánica).
- Vegana, entre otras.