Ingredientes
200 g de albaricoques secos y picados
½ taza de vino blanco
4 pechugas grandes deshuesadas, partidas a la mitad y abiertas
2 cucharadas de mostaza
1 cucharadita de ajo
1 cucharadita de curry
1 cucharadita de sal
½ cucharadita de pimienta
Aceite y margarina para freír
1 taza de cebolla picada
60 g de margarina
1 lata de leche de coco
3 hojas de laurel
1 cucharada de ralladura de jengibre fresco
1 cucharadita de sazón completa
2 tazas de caldo de pollo
1 cucharada de azúcar moreno
Sal y pimienta al gusto
Preparación
Para la compota:
En un tazón, mezcle el vino y los albaricoques y deje reposar unos minutos.
En una ollita, cocine esta mezcla hasta formar una compota y retire.
Para las pechugas:
Sobre una tabla, maje las pechugas para extenderlas y con una brocha, condimente con la mostaza, el ajo, el curry, la sal y la pimienta.
Coloque una cucharadita de la compota sobre la pechuga, arrolle muy bien y con un palillo de dientes o pincho pequeño de madera, sostenga la carne.
En un sartén con margarina y aceite mezclados, sofría las pechugas con el cierre hacia abajo, hasta que se doren.
Retírelas y colóquelas en un refractario.
Para la salsa de coco:
En el mismo sartén en el que se frieron las pechugas, coloque margarina y cristalice las cebollas.
Añada el caldo de pollo, la leche de coco, la sazón completa, la ralladura de jengibre, el laurel, el azúcar moreno y salpimiente al gusto.
Agregue un poco de la compota de albaricoques anteriormente preparada.
Cuando esta mezcla hierva, coloque las pechugas y hierva a fuego bajo, hasta que el pollo se suavice.
Para servir:
Coloque sobre un refractario grande, decore con perejil fresco y disfrute.