Uno de los principales compromisos que tiene el TEC como institución es ser responsable con el medio ambiente. Por ello, y en relación con la meta que tiene el país de cumplir la descarbonización para el 2050, la universidad realizó una serie de estudios y acciones para recibir la certificación de carbono neutralidad.
Dicho reconocimiento fue otorgado en noviembre del año pasado, a la sede de Cartago, lo que convierte al TEC en la primera universidad pública en tener este título. La certificación fue dada por la Asociación Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (INTECO).
En este momento está en proceso la verificación del Campus Tecnológico Local de San José, y posteriormente seguirá el Campus Tecnológico Local de San Carlos.
El plazo de la certificación es por tres años; es decir, del 30 de octubre de 2018 al 30 de octubre de 2021, y está sujeta a revisión cada año.
Para alcanzar el objetivo, el TEC realizó un inventario de emisiones, lo cual significa un conteo de los gases producidos por las actividades relacionadas con la institución. Este proceso se hizo con una gestión de procedimientos, registros y formularios para asegurar la trazabilidad de la información.
Estos datos permitieron plantear una serie de acciones para mitigar el 50% de los gases y el otro 50%, que sea removido por todas las áreas verdes del campus (que abarcan el 70% de todo el terreno).
El TEC produce, al año, 1.076 toneladas equivalentes a dióxido de carbono. De esto, 555 toneladas se recuperan por la suma total de áreas verdes en el campus, es decir, todo lo que ha sido sembrado para reforestación, plantaciones nuevas, así como otras zonas boscosas.
Alina Rodríguez, coordinadora de la Unidad Institucional de Gestión Ambiental y Seguridad Laboral, asegura que el principal reto de este proceso fue lograr la trazabilidad de los datos y la gestión por medio de la unión de diferentes departamentos.
“Se pudo lograr gracias a esa colaboración de tantos departamentos y escuelas, como la Unidad de Transportes, el Departamento de Mantenimiento, la Escuela de Ingeniería Forestal, el Departamento de Aprovisionamiento, de Contabilidad, así como diferentes escuelas”, señala.
Acciones concretas
En cuanto al tema de electricidad, se instalaron paneles solares; mientras que en todas las aulas y edificios administrativos se optó por iluminación eficiente (LED y luminarias T5 y T8) y techos UPVC (esto permite que ingrese menos radiación solar y se evita el uso del aire acondicionado); en este mismo sentido, se sustituyeron los equipos de ventilación artificial por naturales, tanto en aulas como en oficinas.
“En la misma línea, este semestre, el TEC estará finalizando la construcción de una granja solar, constituida por 1.200 paneles solares, los cuales producirán, aproximadamente, el 35% del total de la electricidad que consume la universidad (Campus Central)”, agregó la Coordinadora.
Para los residuos sólidos, se trabajó en la meta de convertirse en la primera universidad libre del plástico de un solo uso. Para lograr el objetivo, se prohibió la compra, comercialización y uso de pajillas, removedores para café, envases para batidos, cápsulas para comida, bolsas plásticas, vajillas desechables, tapas para vasos, cubiertos y botellas, incluyendo productos hechos de estereofón.
Otra medida fue eliminar los basureros de todas las aulas y se instalaron más de 90 baterías de separación de residuos en todo el campus.
En el caso de la flotilla vehicular, se realizó una renovación y la universidad adquirió 10 vehículos híbridos y tres camiones eléctricos. Además, se capacitó a los choferes sobre cómo realizar una conducción eficiente.
“También se dio una directriz para que los viajes institucionales fueran compartidos. Por ejemplo para ir a las sedes de San Carlos o Limón, ahora solo se puede ir en viajes establecidos. Tal es el caso de San Carlos, donde la microbús solo va los lunes”, explicó la gestora ambiental de la Universidad, Raquel Mejías.