Ser periodistas de cultura y entretenimiento nos da la oportunidad de atestiguar conciertos internacionales de gran nivel, como muchos de los que sucedieron este 2024 en Costa Rica. El equipo de cronistas de Viva, de La Nación, asistió a buena parte de los shows que se dieron este año en nuestro país y aquí les contamos cuáles fueron nuestros favoritos.
La oferta de conciertos en suelo tico este año estuvo cargada al máximo. Desde enero la agenda presentó a artistas de géneros tan variados como el regional mexicano, el rap, el rock, la salsa y las baladas románticas. Una oferta tan versátil como el público que asistió a los recitales.
Este tipo de cobertura es tan compleja como satisfactoria, ya que la mayoría de las veces escribimos contra el tiempo y en condiciones complicadas en estadios, anfiteatros y otros recintos, incuso bajo la lluvia. Sin embargo, es un esfuerzo que nuestros lectores agradecen y que sirve como registro histórico, tanto en textos como en imágenes, de los grandes momentos que, como audiencia, vivimos frente a los escenarios.
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Este 2024, los periodistas Juan Pablo Sanabria, Kimberly Herrera, Sofía Sánchez y esta servidora, con el apoyo de nuestro crítico de música, Arturo Pardo, recapitulamos cuáles fueron los conciertos que más disfrutamos.
Paul McCartney, Karol G y Luis Miguel, por Jessica Rojas
Si bien tenía algo de dudas sobre el concierto que Luis Miguel ofrecería en nuestro país en febrero de este año, todas quedaron disipadas cuando el Sol de México nos encandiló a las miles de personas que abarrotamos el Estadio Nacional para verlo como parte de su gira internacional.
Desde que puso un pie en el escenario, el mexicano nos dejó a todos atónitos con la potencia de su voz, esa que muchos esperábamos que no sonara como hace más de 20 años, pero que el artista nos demostró que sigue igual.
Luismi fue vigoroso y sensual. No habló mucho con el público durante el show, sino que se dedicó a cantar sus grandes éxitos y eso lo agradecimos. Me dejó impresionada y eso que ya lo había visto antes.
Para marzo llegaría otra gran sorpresa: Karol G. Dejando de lado que entre los dos conciertos que presentó la colombiana en el Estadio Nacional sumaron más de 90.000 personas, el show de la artista urbana fue de talla mundial.
La cafetera estuvo aquí con su gira Mañana será bonito y la verdad es que bonito la pasamos todos los que la vimos en escenario. El montaje del show fue espectacular, no hubo momento en que nos dejara de sorprender con inflables, luces, láseres, fuegos artificiales y mucho más.
Pero, sobretodo, ella. Karol G sabe a la perfección cómo conquistar a su público, cómo ser amena y sensual a la vez y entre canciones, una que otra lágrima y un agradecimiento constante a sus fans, se encargó de enamorarlos todavía más. ¡Qué gran artista es!
El concierto del año, para mí, fue el de Paul McCartney en el Estadio Nacional a inicios de noviembre. Fui privilegiada por tener una oportunidad casi que única en la vida de ver en vivo a una leyenda no solo del rock, sino de la música del mundo.
Curiosamente, Sir Paul, pese a su título de estrella internacional, no se quedó solo con el nombre, sino que demostró su calidad interpretativa con tremendo vigor. Tocó clásicos suyos, de The Beatles y de Wings, dándonos a los presentes un repertorio rico en variedad y en emociones.
McCartney fue atento y ameno con el público, y se le notó que gozó tanto del show como todos los que lo vimos. Su puesta en escena fue fantástica y no necesitó de grandes parafernalias para encantarnos a todos, aunque cuando los fuegos artificiales explotaron en To Live and Let Die, nuestros corazones resonaron. Todavía se me eriza la piel cuando recuerdo ese momento.
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Karol G y Carlos Rivera, por Kimberly Salazar
Karol G, sin duda alguna, dio el mejor concierto de este 2024 en Costa Rica. Fue un espectáculo que lo tuvo todo, más allá del repertorio. La cantante colombiana puso la vara muy alta de los conciertos en el país y definitivamente Mañana será bonito fue una gira memorable.
Las luces, los láser, la escenografía, las pantallas y hasta los bailarines se complementaron con ella de principio a fin y fue espectacular. Pero quizá lo más valioso de la cantante colombiana es la conexión tan cercana y cálida que tiene con su público. A excepción de muchos artistas, quienes hacen shows solo por hacerlos, ella supo qué decirle a los fans, escuchaba lo que le gritaban y les contestaba, leyó lo que le escribieron en las decenas de carteles, brindó con ellos y bajó del escenario a saludar.
Carlos Rivera incluyó a Costa Rica en la exclusiva gira que hizo por sus 20 años de carrera y fue una gran decisión, porque nos permitió presenciar un espectáculo de tres horas y más de 40 canciones.
El mexicano no dejó ningún éxito por fuera. Además, me parece que tiene una muy buena química con el público: subió a algunas fans al escenario, les contó historias, los escuchó y en múltiples ocasiones resaltaba su gusto por el país. Esta constante interacción hizo que el show fuera bastante ameno.
Los Temerarios, Wos y Él Mató a un Policía Motorizado, por Juan Pablo Sanabria
No hace falta ser el fanático más acérrimo de Los Temerarios para darse cuenta que su concierto en Costa Rica (en mayo) fue uno de los mejores del año. Los hermanos mexicanos Adolfo y Gustavo Ángel Alba se presentaron por primera vez en el país luego de casi cinco décadas de carrera. El público del Centro de Eventos Pedregal vivió a flor de piel aquella velada que, como dice el éxito de la banda, fue “la última noche”, pues formó parte de su gira de retiro.
Fue impresionante presenciar una noche en la que cada canción era un éxito que los presentes se sabían de cabo a rabo. Los Temerarios no fallaron una e hicieron que los miles de espectadores tuvieran catarsis de felicidad, amores y cabangas. Prueba irrefutable de esto fue la procesión de gente que salió de Pedregal totalmente rendida, ebria de entrega (y, todo sea dicho, también de guaro).
A Wos lo conocía de su etapa como freestyler y tenía noción de que hace años dejó ese mundo para emprender una carrera musical innovadora y variada. Sabía que incursionó en mezclar rock, rap y otros géneros; pero, sinceramente, su propuesta nunca terminó de cautivarme. Esto no lo consigno para bajarle el piso; al contrario, creo que pone más en valor lo impresionante que me pareció su concierto en Parque Viva en noviembre.
El argentino dio un espectáculo digno de cualquier grupo de rock de los 90 y 2000. Su banda fue excelsa y él, un derroche de energía y conexión que no necesitó endulzar el oído de la gente con “Los amo”, “¡Hola, San José!” y todo el repertorio de labia del que tiran muchos. A pie de tarima una multitud de jóvenes se consumió entre gritos, brincos y sudor. Yo, desde la zona de prensa, no pude ni quise desenchufarme del espectáculo que fue como estar inmerso en un video de MTV.
Al concierto de Él Mató a un Policía Motorizado en diciembre asistí de “civil” y quizá eso influyó en poder disfrutarlo más. Sin embargo, no había manera de que no amara escuchar en vivo a la banda argentina, dueña de canciones que me fascinan. Peppers Club probablemente no sea el lugar más cómodo, pero escuchar en vivo a Él Mató a un Policía Motorizado sería una experiencia memorable hasta hincado en arroz.
Santiago Motorizado y sus compañeros se habían presentado gratuitamente en el FIA 2017 (ocasión que me duele en el alma haberme perdido) y volvieron en una noche en la que recorrieron hasta el último de sus éxitos. Fue un concierto cálido, para vivirlo enamorado y salir con la sonrisa cosida en el alma. Por eso, una vez terminado, mi corazón corrió a enmarcarlo y colgarlo para siempre en la pared de mi memoria.
Karol G, Paul McCartney y Young Miko, por Sofía Sánchez
El primer concierto que pasó por mi mente al pensar en “el mejor del año” fue el de Karol G. Debo admitir que antes de este espectáculo no sabía mucho sobre La Bichota, más allá de algunos de sus éxitos, como Amargura. Incluso me sentía escéptica ante su popularidad. Pero, como dice el dicho, no hay que cantar los pajaritos antes de nacer; su show me dejó sin palabras.
Salí del concierto transformada, al punto de que la artista terminó siendo una de las más escuchadas en mi Spotify Wrapped. Su presencia en el escenario y su manera genuina de interactuar con el público me conquistaron. Hay mucho debate sobre la profundidad de sus líricas y estilo musical, pero su personalidad arrastra a cualquiera. Quedó más que demostrado con su doble llenazo en el Estadio Nacional.
El segundo puesto lo disputan Young Miko y Paul McCartney, pero empezaré con Young Miko para mantener el ritmo del reguetón. La puertorriqueña ofreció un espectáculo en Parque Viva que, aunque duró apenas una hora y media, demostró por qué es tan querida en Costa Rica.
Nuevamente, salí del recinto con ganas de escuchar más de su música. Hasta canciones como Tamagotchi y MADRE se colaron en mis playlists sin darme cuenta. Young Miko cautiva al público simplemente siendo auténtica, al ofrecer una presentación tanto electrizante como emotiva de principio a fin.
Para cerrar, tuve el privilegio de ver al legendario Paul McCartney. Fue su segunda vez en el país, pero la primera –y probablemente única– que pude asistir a uno de sus conciertos. Bendita sea aquella noche de noviembre en la que el Beatle tomó el escenario y ofreció un espectáculo de talla mundial.
Escuchar al británico durante casi tres horas fue un sueño hecho realidad. No tengo dudas de que incluso quienes no son fanáticos del rock habrían disfrutado de su presencia. Como si fuera una clase magistral, tocó múltiples instrumentos y logró conectar con cualquiera que cruzara su mirada. En este caso, se llevó el corazón de cada alma en el Estadio Nacional. Sin lugar a dudas, fue un momento histórico que será difícil de olvidar.
Paul McCartney, Rubén Blades con Éditus y Mon Laferte, por Arturo Pardo
El show de Mon Laferte en abril, fue uno de esos conciertos que uno sabe que se quedará registrado con precisión en la retina. Ofreció una historia visual atractiva, auténtica y única. Los elementos visuales estuvieron a la altura de la propuesta musical de la artista chilena-mexicana. Destacaron su voz, su sensibilidad para interpretar cada tema, los versátiles bailarines y los detallados arreglos instrumentales.
Destacó por ser un show multisensorial y cargado de sorpresas. Ya al día siguiente daban ganas de revivir el concierto.
Paul McCartney, la figura viva más emblemática del rock ofreció un espectáculo sensible, enérgico e históricamente relevante. Sir Paul se mantiene vigente como intérprete de sus propias maravillas musicales. Su trabajo se potencia por la calidad de la banda que lo respalda durante un show extenso con un guion preciso y entretenido.
Fue un privilegio ser parte del público coreando el “na-na-na” en Hey Jude, o haciendo un silencio compartido en la emotiva Blackbird. Si ya había admiración por la genialidad del inglés, ser testigo de su show a estas alturas de su vida, creó mayor respeto.
Las entradas para ver el concierto de Rubén Blades con Éditus y Boca Livre se agotaron en dos días, con justa razón. El show gozó de precisión musical, intimidad y la narrativa siempre afable del cantautor panameño. La alineación fue de lujo, pues además del canalero, los costarricenses de Éditus Ensamble y los brasileños de Boca Livre compartieron sus dotes y le dieron una nueva vida a piezas de un cancionero legendario.
Ojalá nuestro país pueda revivir este espectáculo más adelante. Merece la pena que más gente disfrute de estas colaboraciones privilegiadas tan memorables.