¿Por qué no escuchamos más a Rozalén? Además del cuestionamiento, la pregunta también es una especie de invitación. Tras haberla visto en vivo en el Teatro Auditorio Nacional, del Museo de los Niños, quedé motivado a tener a la española más presente en mis reproducciones.
Quizá aprecié más a la artista en vivo de lo que la había apreciado al reproducir sus canciones digitalmente. En directo, su talento vocal queda patente. Tiene un rango amplio, una proyección impresionante y adecúa muy eficazmente la intención de su canto, según la emoción que busca compartir. A veces canta con dulzura y, en otros momentos, suena más como una cantaora con un timbre carrasposo y desgarrador.
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Adicionalmente a su interpretación, destaca su manera de desplegar transparencia y honestidad, tanto en sus canciones como durante sus intervenciones entre temas.
El diálogo que construyó con su audiencia tica fue clave para el disfrute de la noche. La artista se confesó, se mostró vulnerable, se rio y se permitió llorar. Todo eso provocó una reacción que contribuyó a crear una escena de cercanía y distendimiento.
Fue agradable ver a la artista en un formato digamos que minimalista, con dos guitarras, un piano y su inseparable intérprete de la lengua de señas. Era todo lo que necesitaba.
Solamente hubo unas cuantas secuencias, mientras que uno de los dos guitarristas se encargó de reforzar la percusión con un pedal electrónico de bombo. El resultado, desde lo musical, fue pulcro. Las adaptaciones acústicas contribuyeron para sacarle el jugo a la sensibilidad de temas como Girasoles, Sácame la pena o Te cuidaré de lejos.
Dentro de la selección de canciones melancólicas, la de mayor impacto fue Todo lo que amaste, que es como una carta de despedida paternal.
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En el otro lado del espectro, también salió de maravilla el entusiasmo inevitable que se consigue con varias de sus composiciones alegres. Tres días en Cartagena (original con Carlos Vives) o la motivante La cara más amable del mundo también fueron platillos para deleitarse.
Hacen falta dedos de las manos para contar los momentos agradables y las canciones conmovedoras de la noche. Se haría corto un listado con todas las líneas tan bien pensadas de su lírica profundamente inteligente y bien trabajada.
En lugar de hacer ese repaso, insistiré en mi invitación a prestarle más atención a Rozalén, que, sin duda, el día en que vuelva al país, vamos a desear haber tenido su música desde antes en nuestra vida.
El concierto de Rozalén en Costa Rica
LA ARTISTA: Rozalén
LUGAR: Teatro Auditorio Nacional
FECHA: 1. ° de octubre
ORGANIZACIÓN: Interamericana de Producciones