Una oferta musical de 21 piezas engalanó la noche del 14 de octubre en el Teatro Nacional. En una ocasión privilegiada, Costa Rica recibió la primera de cinco fechas de una minigira en la que Rubén Blades se reencontró con Éditus Ensamble y los brasileños de Boca Livre.
Como un colectivo de estrellas, interpretaron temas de los álbumes Tiempos (1999), Mundo (2002) y Pasieros (2022), en los que el panameño ya había trabajado con ambas agrupaciones.
Los músicos –15 en total– no fueron escoltas ni acompañantes del panameño; en cambio, fueron sus pares, sus compañeros y colegas. El frontman se lo hizo saber a la audiencia, aunque era algo que quedaba claro, pues el repertorio incluyó también material propio de Éditus y Boca Livre.
En setiembre del 2023, Blades había visitado nuestro país, ofreciendo un concierto de lujo en el Estadio Nacional. Aquella vez, manifestó su deseo de, eventualmente, reencontrarse con los ticos, con quienes había grabado dos álbumes décadas atrás. En el momento parecía un anhelo imaginado, pero poco más de un año después se convirtió en realidad, y qué manera de hacerlo.
Las ejecuciones fueron celebraciones continuas de un reencuentro que tardó 22 años en ocurrir. No hubo un tema que sobrara. Del álbum Mundo –como dicta su nombre— hubo muestras de esa paleta variopinta de diferentes propuestas del orbe. Primogenio, por ejemplo, que mezcla la influencia arábiga con el sabor tropical, o Sebastián, que a ratos parece balada y, de repente, muta a una salsa.
De piezas del disco Tiempos también hubo momentos sublimes, como Día a día, donde brillaron el violín de Ricardo Ramírez, la guitarra de Edín Solís y el saxofón de Lalo Rojas, en solos insignes. El piano de Walter Flores también tuvo otros momentos para sobresalir.
En el tema Tiempos, se lució la tríada percusiva de Tapado Vargas, Ramsés Araya y Carlomagno Araya, junto al bajo preciso de Marco Navarro.
Sicarios, de ese mismo álbum, nos recordó que Costa Rica tiene un vínculo más fuerte que nunca con la narración del tema. La letra –lamentablemente– ya no nos retrata un escenario ajeno a nuestras fronteras.
Del repertorio de Blades otras piezas se escucharon con aires frescos. Del disco Pasieros, Boca Livre aportó lo suyo para darle pasaporte brasileño a Adán García y Pedro Navaja, entre otros, siempre con delicados arreglos vocales. El resultado aleja levemente las composiciones de la salsa característica, convirtiéndolas en nuevas formas de apreciar el cancionero del señor Rubén.
Dime, Consideración, Amor y control, así como Parao, también fueron parte de la velada.
El artista, que se mostró siempre afable, destacó la presencia de los brasileños y los costarricenses en tarima. Hizo énfasis en que, aprovechando la calidad interpretativa, el montaje de cada canción ameritaba un tratamiento diferente.
Gracias a eso, en el ensamble se conjugaron múltiples colores, enriqueciendo los abundantes detalles del repertorio.
Así como la lírica sesuda del cancionero ameritó atención, de la misma manera, la riqueza rítmica y los recorridos melódicos de las composiciones también exigieron interés profundo. Quienes asistimos fuimos testigos de un reencuentro musical soñado.
EL CONCIERTO
ARTISTA: Rubén Blades, Éditus Ensamble y Boca Livre
FECHA: 14 de octubre
LUGAR: Teatro Nacional