¿Es usted de esos a quienes la tarjeta de crédito los vuelve a ver con ojos de resentimiento cada vez que se anuncia un nuevo concierto internacional en Costa Rica? ¿Entra en conflicto cuando en un mismo mes se le ‘juntan’ dos o más de sus artistas favoritos en la agenda de espectáculos y tiene que pasar por la pena de ‘sacrificar’ a alguno? Estas no son solo simples percepciones, sino la realidad que vive el mercado de espectáculos musicales masivos en nuestro país.
Costa Rica, que por mucho tiempo debió resignarse a ver pasar de lejos las grandes giras de conciertos, es hoy un hervidero de música en vivo, con shows de artistas foráneos prácticamente todas las semanas. Los números no mienten: pasamos de 38 recitales internacionales en el 2016, a 121 en el 2023 (y este 2024 ya sumamos 108... y contando).
En esta explosión de conciertos desde luego que tuvo mucho que ver la pandemia de la covid-19, del 2020. Antes de que nos tuviéramos que quedar en casa y todos los eventos masivos fueran suspendidos, la cantidad de espectáculos foráneos que se realizaban en suelo tico promediaba unos 60 al año.
Hoy es común que en redes sociales se hable sobre la abundante oferta de conciertos que está a disposición de los costarricenses, en los más variados géneros musicales. Sin embargo, no había certeza de los números detrás de ese sentir, por lo que nos dimos a la tarea de analizar la pauta de los shows extranjeros en suelo tico y comprobamos que, después de la emergencia sanitaria, los escenarios y tarimas han visto un crecimiento de la actividad muy por encima de la media que se manejaba antes del coronavirus.
El estudio está basado en los permisos de preventa de entradas autorizados por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) desde el 2016 hasta el 2024. Los datos fueron extraídos de los documentos públicos que dicha cartera disponibles en su página web. Cabe aclarar que la información corresponde exclusivamente a las producciones internacionales que solicitaron un permiso de preventa de tiquetes, por lo que no se contemplaron conciertos organizados por artistas nacionales, ni tampoco shows foráneos gratuitos, de pequeño formato o con declaratoria de interés cultural, los cuales no requieren permisos del MEIC.
Vale también aclarar que los datos corresponde a permisos emitidos cada año, lo cual no necesariamente significa que se realizó la misma cantidad de espectáculos en ese período. Esto pues, por ejemplo, las preventas para shows que se harán en el primer semestre inician muchas veces desde el año anterior.
Para este reportaje se analizaron datos de recintos como estadios, teatros, anfiteatros, centros de convenciones y salas de eventos.
También se usó la información para determinar no solo el gusto del público costarricense por ciertos géneros musicales, sino también cuáles son los artistas que más han visitado el país, y los recintos más utilizados.
El terrible 2020: La pandemia y las cancelaciones
Durante enero y febrero de 2020, todo apuntaba a que ese año ofrecería una amplia gama de espectáculos musicales en Costa Rica; sin embargo, la pandemia llegó en marzo y acabó con todo. Previo a ese corte abrupto, el mercado de conciertos internacionales en nuestro país marcaba una tendencia al crecimiento constante.
En el 2016, año en que empieza el archivo del MEIC sobre autorizaciones de preventa de entradas, esa cartera emitió 38 de esos permisos. Para el 2017 el número aumentó a 59 y en el 2018 se tramitaron 60. En el 2019, año previo a la pandemia, la cantidad de solicitudes para shows internacionales fue de 59.
En el MEIC ya se habían tramitado los permisos de preventa de entradas para 48 espectáculos internacionales previstos para efectuarse en el 2020. Los eventos de enero y febrero se realizaron sin problemas, pero a inicios de marzo las noticias sobre el coronavirus empezaban a acaparar la agenda de noticias. Finalmente la mortal enfermedad llegó a Costa Rica y nos afectó a todos.
El Festival Picnic 2020, que se celebró en Pedregal el 29 de febrero, presentó a Karol G (en su primera visita a suelo tico), Mau y Ricky, Manuel Turizo, Piso 21, Beenie Man, Cultura Profética y Justin Quiles. Aquella estampa de gente conglomerada no se repetiría por mucho tiempo, pues pocas semanas después las autoridades sanitarias ordenarían que todos nos mantuviéramos en nuestras casas hasta nuevo aviso.
Otro show que efectuó al filo fue el Juntitas Tour, que reunió en el escenario de Parque Viva a Yuri, Natalia Jiménez y Pandora, el 15 de febrero. Y ni qué decir de la gran presentación que ofrecieron los Backstreet Boys, el 28 de febrero en el mismo recinto.
Pero todo cambió el 9 de marzo. Ese día, el gobierno anunció las medidas para evitar el contagio de la nueva enfermedad y se informó que los espectáculos públicos, como conciertos, partidos de fútbol, turnos y demás eventos que se realizarían en las siguientes tres semanas, serían cancelados.
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Para ese momento, ya estaban confirmados shows de Rhapsody (14 de marzo), Guns N’ Roses (18 de marzo) y Amon Amarth (19 de marzo). Después de ese lapso, las noticias de cancelaciones de conciertos siguieron cayendo como dominó, incluyendo presentaciones frustradas para Deicide, Soda Stereo, Il Divo, Yanni, Jorge Drexler, Cuarteto de Nos, Alejandro Sanz, Kiss, Carlos Rivera, Mónica Naranjo, Ana Gabriel y Jesús Adrián Romero, entre muchos otros.
Las medidas sanitarias afectaron de manera directa y contundente a la industria del entretenimiento. Trabajadores de áreas como producción, alimentación, transporte, hospedaje, sonido, músicos y otros sufrieron una baja del 100% en su trabajo. Mientras tanto, los costarricenses tuvimos que acostumbrarnos a otras formas de entretenimiento desde nuestras casas.
Hubo que esperar un año exacto para que un artista internacional diera un show masivo en Costa Rica. El regreso a los escenarios fue nada más y nada menos que con dos conciertos de la banda británica Coldplay en marzo de 2021. Además de ser un acto que no había visitado nuestro país antes, la expectativa fue enorme ante la posibilidad de asistir a un concierto en plena pandemia, compartir espacio con miles de personas, con el miedo al contagio y de cantar con la mascarilla puesta.
Las noches del viernes 18 y sábado 19 de marzo del 2021, Chris Martin y compañía reunieron en el Estadio Nacional a cerca de 80.000 personas, según los datos que brindó la producción en ese momento.
Todo salió bien, al menos en cuanto a la organización: el uso de mascarilla era obligatorio, todos los asistentes debían presentar su esquema de vacunación contra la covid-19 al día, y las entradas se vendieron en burbujas sociales.
Aún así, en el 2021 la agenda de conciertos internacionales bajó drásticamente, y no era para menos: debido a las restricciones para evitar el contagio del coronavirus, los productores no tenían claro cuándo podrían comenzar a realizar los espectáculos, por lo que solo se autorizaron 10 eventos. De esos, solo los de Coldplay y el de la Sonora Santanera en el Centro de Convenciones se realizaron en 2021, en tanto que el de Alejandro Sanz se canceló.
El resto de las autorizaciones correspondieron a actividades previstas para el 2022: Raphael, Jorge Drexler, Maroon 5 y Álvaro Torres.
2022 y 2023: La recuperación
Con la población vacunada y luz verde para volver a producir, los empresarios llenaron el 2022 con 83 conciertos internacionales en Costa Rica. Hubo de todo y para todos los gustos, con una eufórica y variada oferta de eventos de música latina, pop, reggae, regional mexicano, reguetón, rock y romántica, siendo estos últimos los más populares del año.
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El fenómeno ranchero estuvo en auge ese año. Christian Nodal dio tres conciertos en nuestro país (uno en San Carlos y dos en el Estadio Nacional). Además, regresaron Los Ángeles Azules, quienes se presentaron en Parque Viva y en Liberia; Los Tigres del Norte hicieron lo mismo en Liberia y Pedregal; también vino Alejandro Fernández, Jessi Uribe cantó en el Estadio Nacional, y Calibre 50 tocó en Pococí.
Estos eventos también marcaron otra tendencia que se dio en 2022: llevar más espectáculos internacionales fuera del Gran Área Metropolitana, especialmente a Liberia, San Carlos y Pococí.
Para el 2023, la situación llegó a un extremo inédito: en el MEIC se autorizaron 121 actividades musicales masivas con artistas extranjeros.
La cantidad de conciertos reflejó la recuperación de la industria, la cual fue generando más empleo, no solo para los empresarios, sino también para los trabajadores del sector en otras áreas especializadas, como montaje, sonido, luces, seguridad, alimentación, hospedaje y transporte, entre otras.
Sin embargo, la gran oferta del 2023 pareciera que ahora está pasando factura.
¡Explosión de conciertos en Costa Rica!
Un estudio de La Nación sobre los permisos autorizados por el MEIC de 2016 a julio de 2024 reflejó el aumento de la cantidad de conciertos internacionales que se realizan en nuestro país.
FUENTE: Ministerio de Economía, Industria y Comercio || Elaborado por Jessica Rojas y Kimberlyn Zamora / LA NACIÓN.
2024: Saturación, cancelaciones y cambios
Llegamos al año actual. Hasta el momento, el MEIC ha autorizado 108 eventos, y el número podría aumentar, ya que estamos apenas en agosto.
La abundante oferta de conciertos internacionales, que el año pasado se consideró algo positivo, ha provocado en el 2024 algunos inconvenientes, tanto para los productores como para los propios espectáculos. Se han dado cancelaciones, y de varios los shows vieron afectada la venta de entradas, lo que ha resultado en una baja afluencia de público.
En cuanto a géneros, este año también ha sido dominado por el rock y el metal, con un impresionante total de 39 shows autorizados, muchos de ellos a cargo de la productora Blackline, que suele trabajar aforos más pequeños en el Club Peppers.
Entre los grandes nombres del rock que aún quedan en agenda en el 2024, al cierre de esta nota, destacan los veteranos Paul McCartney y Smashing Pumpkins, quienes regresarán a Costa Rica con sus respectivos conciertos para el mes de noviembre.
La tendencia de espectáculos de música romántica, reguetón/urbano y regional mexicano ha seguido siendo popular entre el público y en los planes de las productoras.
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Este año ya han pasado por aquí Alejandro Fernández, Bronco y Los Tigres del Norte, representando el género de botas y sombrero.
Karol G llenó dos noches seguidas el Estadio Nacional, y ya están programadas las presentaciones de Feid (Ferxxo), Wos, Tiago PZK y Young Miko.
En lo romántico, en el 2024 hemos disfrutado de recitales de Pimpinela, Yuri, Yuridia, Luis Miguel, Laura Pausini y Kany García. Aún falta por ver a Gian Marco, Pablo López y Carlos Rivera. En tanto, el ámbito tropical también están agendados Aventura con Romeo Santos, y Gilberto Santa Rosa.
Ante esta amplia oferta de shows, las economías de los hogares consideran muchos factores, especialmente cuando son los menores de edad los interesados en asistir al recital, pues usualmente eso implica que un adulto deba acompañarles, lo que aumenta el costo familiar.
Otro aspecto que ha influido este año es lo coincidencia, en un período corto de tiempo, de conciertos que apelan a una misma audiencia. Así lo evidenció la reprogramación del recital de Gilberto Santa Rosa, que estaba pactado originalmente para el mismo día que el de Aventura.
Paul McCartney y Smashing Pumpkins se presentarán con solo 11 días de diferencia entre ellos, siendo que el ex-Beatle y la banda alternativa se traslapan en la demográfica que convocan.
Incluso el rap en español ha puesto a sus seguidores en aprietos, ante la seguidilla de espectáculos dirigidos especialmente a una audiencia muy joven y que depende económicamente de sus padres. Este año ya se presentaron en el país Trueno, Kodigo y Cacha, y aún faltan los shows de Wos y Tiago PZK.
Los productores analizan el fenómeno post-pandemia en los conciertos en Costa Rica
El buen momento que vivieron las producciones de conciertos en el 2023, con la gran cantidad de espectáculos pactados y realizados, fue positivo para las empresas involucradas, significando la recuperación económica tras las fuertes pérdidas sufridas durante los años de pandemia (2020-2022).
Sin embargo, en el 2024 ya se habla de sobreoferta, al punto que los recintos disponibles para la realización de estos espectáculos han llenado sus agendas, lo que ha obligado a trasladar montajes a sedes que habían dejado de ser habituales, como el Palacio de los Deportes, en Heredia.
“Había una necesidad social de regresar a este tipo de eventos. En 2023, la demanda y la oferta iban de la mano; se podía hacer cualquier espectáculo que iba a tener buena aceptación porque, además de la afinidad con los artistas, existía la necesidad de entretenimiento”, explicó Juan José Rojas, productor de la empresa BLieve.
Rojas analizó que en el regreso a los conciertos también se observó un comportamiento inusual: incluso si el artista principal no era tan popular o conocido, pero tenía una o dos canciones en las listas de popularidad, el público compraba boletos por el deseo de volver a experimentar un show en vivo. “El comportamiento post-pandémico inmediato fue beneficioso para el mercado en todas las áreas”, agregó.
Otro factor crucial para la producción es que los artistas internacionales retomaron sus giras tras dos años sin presentaciones, lo que abrió una gran cantidad de propuestas para traer al país. No solo había posibilidad de reprogramar los conciertos que se cancelaron por la emergencia sanitaria, sino que también surgieron nuevas opciones en el menú.
Rojas destacó un ejemplo llamativo sobre lo bueno que fue el 2023: el mexicano Carlos Rivera, quien iba a presentarse en 2020, tuvo que cancelar su concierto un mes antes debido a la pandemia. Para ese evento se habían vendido alrededor de 8.000 entradas, y el show estaba al máximo de su capacidad. Sin embargo, en el 2023, cuando se reprogramó el espectáculo en el mismo recinto, el Estadio Nacional, la respuesta del público fue aún más positiva, con la venta de 16.000 boletos.
Ernesto Arceyut, de Arceyut Producciones, y Cristian Arce, de Blackline Productions y Blackline Entertainment, coinciden con Rojas en su análisis.
Arceyut destacó que el 2023 fue un buen año porque las personas, tras salir del confinamiento, buscaban entretenimiento, y muchos tuvieron la oportunidad de ahorrar dinero durante la pandemia. La asistencia a todos los eventos fue muy exitosa, algo que se mantuvo hasta principios de 2024, recordó Arceyut.
¿Por qué algunos espectáculos de inicio de este año fueron exitosos pero a otros más recientes no les ha ido tan bien? Según la teoría de Arceyut, los shows de los primeros meses, como los de Luis Miguel, Karol G, o el Urban Fest, tuvieron buena acogida porque las entradas comenzaron a venderse a finales del 2023.
Por su parte, Arce explicó que la naturaleza humana llevó a un comportamiento natural: salir a buscar entretenimiento tan pronto como fue posible. “Era algo normal, incluso explorar otras maneras de disfrutar”, señaló. Justamente a ese tipo de público apuesta Blackline, no solo porque su fuerte es el rock y el metal, sino porque también dedican esfuerzos a espectáculos de géneros derivados de estos dos grandes, trayendo al país artistas que se presentan muy poco, para un público más de nicho y reducido.
¿Rockeros o románticos?
Otro resultado de este estudio fue medir la predilección de los géneros musicales por parte del público nacional.
Los ticos valoran tanto la música romántica y la balada en español como el rock y el metal. Claro está que los asistentes a un concierto de Alejandro Sanz no son los mismos que acuden a ver a Carcass, pero en general los espectáculos de estos géneros son los que más se han producido en suelo tico.
En el 2016 el rock y la música romántica dominaron la pauta con ocho y 11 shows en el año, respectivamente. Además de la balada en español, ese año también se disfrutaron de grandes artistas del rock como Iron Maiden, Metallica, Guns N’ Roses y Maroon 5.
La tendencia se repitió en el 2017 con 17 conciertos de rock y 16 de música romántica. Pero ese año también destacó el pop con 14 presentaciones a cargo de artistas como Ariana Grande, Ed Sheeran, Bruno Mars y Justin Bieber.
El fenómeno de la música regional mexicana comenzó a reventar en el 2018 con shows de Los Ángeles Azules y Alejandro Fernández, pero el pop latino fue el gran ganador durante ese año con 14 conciertos con artistas como Morat, Manuel Medrano y Ha*Ash, entre otros.
En cuanto al rock, el 2018 fue un año épico para los conciertos en nuestro país, ya que, por primera vez en la historia, se presentó Roger Waters en un recordado espectáculo en el Estadio Nacional. A la lista se sumaron The Killers, Therion, Cannibal Corpse y Rhapsody. También quedó marcado como el año de la primera visita de Bad Bunny a nuestro país.
El dominio del rock y lo romántico se mantuvo en el 2019. Sin embargo, ese fue también el año de una nueva y llamativa ola: los espectáculos en los que el público se vistió con botas y sombreros vaqueros para escuchar a sus referentes del regional mexicano gracias a Christian Nodal, el trío Los Panchos, Los Ángeles Azules y Paquita la del Barrio.
Después de la pandemia, en el 2022, la preferencia de conciertos en Costa Rica fue dominada por el rock y las baladas, pero cabe destacar que el regional mexicano les siguió de cerca.
Para el 2023 el regional mexicano, el rock y las baladas lideraron en número de shows frente a otros géneros como el reguetón y la música latina. Además de Los Ángeles Azules y Nodal, junto con otros nuevos exponentes como Edén Muñoz, Grupo Firme, Grupo Frontera, y más legendarios como Bronco y Banda MS.
Además, dos de los grandes conciertos de rock en la historia del país se realizaron entre octubre y diciembre, con los regresos de Red Hot Chili Peppers y Roger Waters. Lo urbano también tuvo una buena representación con artistas como Feid, Anuel AA y Manuel Turizo.
Además, la compañía ha evolucionado de manera orgánica hacia la realización de eventos que se alejan del metal, respondiendo también a una necesidad del público y de los artistas. Así ha sido responsables de traer a Costa Rica a Eros Ramazzotti, Pimpinela y Mon Laferte, en sus más recientes conciertos en suelo tico.
El 2024: El año de la competencia, pero también de la baja en ventas
Los tres productores consultados están de acuerdo en que la sobreoferta en el 2024 ha resultado en una baja en la venta de entradas y un aumento en la competencia entre las empresas para producir sus shows.
“El buen 2023 generó una especie de nube en personas que no son productores tradicionales, quienes creyeron que el negocio era muy prometedor y se aventuraron a entrar, sin considerar que el comportamiento del mercado es altamente volátil y riesgoso”, manifestó Arceyut.
El empresario destacó que la producción de eventos masivos depende de muchas circunstancias que afectan su desempeño. “Este año hay un incremento sustancial de eventos, repetición de artistas y todo eso influye negativamente”, afirmó.
Juan José Rojas también comentó sobre este tema. “Supongamos que hay 20 empresas productoras de conciertos internacionales y cada una planea hacer cinco shows al año. Estamos hablando de uno cada dos meses, lo que se traduce en 100 espectáculos para un mercado tan pequeño como el de Costa Rica”, aseveró.
La disponibilidad de los recintos también es un tema crucial. Para coordinar las presentaciones, no solo se deben ajustar a las agendas de las giras de los artistas, sino también a la disponibilidad de los lugares para el montaje. En Costa Rica, los espacios para eventos de gran formato son reducidos, por lo que muchos productores han optado por lugares de menor aforo.
Otro aspecto relevante es la economía. En un hogar puede haber diferentes gustos musicales, y los conciertos afectan directamente el presupuesto. Esto lleva a decisiones del público sobre a cuál evento asistir, lo que puede resultar en una baja en las ventas y posibles cancelaciones o reprogramaciones, afectando la credibilidad e imagen de las productoras.
“Me encontré con un metalero que siempre asiste a nuestros conciertos, pero que fue a ver a Pimpinela con su mamá y decidió no ir a otro de los nuestros debido a ese gasto”, recordó Arce, de Blackline.
“Esto nos afecta mucho porque si los eventos no se venden bien, se ven vacíos, lo que genera una percepción negativa. Las cancelaciones también dañan la imagen de la industria en general. Además, es posible que algunos productores se retiren o reconsideren su participación en el mercado”, añadió Arceyut.
Rojas agregó que las reprogramaciones y cancelaciones generan incertidumbre en el mercado, y que el público se vuelve más cauteloso al invertir, prefiriendo no comprometer su dinero para eventos futuros o para otros conciertos.
Arceyut, Rojas y Arce coinciden en que la oferta está saturada y que esto está afectando la respuesta del público. Esto podría influir en una reducción en la producción de conciertos para el 2025, considerando no solo la inversión económica en las entradas, sino también la imagen de la industria en términos de repetición de artistas, saturación de géneros similares, escasez de recintos adecuados y el impacto de cancelaciones o reprogramaciones.
Costa Rica se convirtió en los últimos tiempos en una parada estratégica para las giras de los artistas internacionales. Su ubicación en el mapa permite no solo ser un punto de enlace para las producciones que viajan al norte o el sur de Latinoamérica, sino que el contar con recintos modernos como el Estadio Nacional y Parque Viva le da facilidades por encima del resto de Centroamérica; más bien el público de otros países del istmo se desplaza a suelo tico.
En tanto, mientras el mercado de eventos masivos sigue encumbrado en lo que algunos llaman bonanza, otros saturación y algunos sobreoferta (depende de a quién se le pregunte), el panorama de los conciertos internacionales para lo que resta del 2024 e incluso el 2025 no variará significativamente, en caso de confirmarse todas las versiones que circulan sobre estrellas de la música que tendrían a Costa Rica en sus planes de visitas a corto plazo. Ya veremos.