La Orquesta Filarmónica Nacional interpretará repertorio de las bandas AC/DC, Iron Maiden y Metallica en su concierto Rock Filarmónico. Este espectáculo se llevará a cabo este sábado 20 de julio en Parque Viva, en la Guácima de Alajuela.
La banda tocará temas icónicos del rock como Nothing Else Matters, Back in Black y The Trooper. Kurt Dyer, Manuel Barrantes, Pablo Bogarín, Juan Manuel Rodríguez y Josh Ramírez; serán los vocalistas que tendrán la tarea de cantar estos éxitos.
“Anteriormente, hicimos conciertos dedicados a cada una de las bandas. Quisimos hacer este para la celebración de nuestros 20 años, pero no nos dio tiempo de hacer todo lo que queríamos. Entonces, guardamos este especial, con arreglos hechos para la Orquesta Filarmónica. Para mí es un concierto inolvidable; una inyección de adrenalina y fuerza”, declaró Marvin Araya, director de la agrupación.
Araya conversó con La Nación sobre este concierto, el proceso de preparación, la complejidad de las canciones y hasta se animó, a manera de juego, a comparar estas tres bandas con compositores de música clásica.
—¿Cómo se logra combinar el rock y la música orquestal?
Cuando estás mezclando lo mejor de los dos mundos: lo mejor del rock pesado y la dulzura de los violines, chelos y violas, tenés que tener claro el concepto musical. Esto es algo que hemos logrado gracias al trabajo de tantos arreglistas. Si no pasa que el amante del rock siente que le estamos haciendo una versión que no le gusta.
—Antes de montar este show, ¿tenía alguna canción favorita de este repertorio?
En realidad yo no soy muy rockero. A mí me costó un tiempo entender que yo no hago música para mí; al principio yo quería inculcar mi gusto musical a la gente y luego me di cuenta de que nuestra labor es más importante: estimular que la gente vaya al teatro y escuche a nuestros artistas. Tuve que aprender, digerir, aceptar y ‘calladito más bonito’ cuando alguna no me gustaba tanto.
“Ahora vos te montás conmigo al carro y ando pegado AC/DC y toda esta música. Pero es que tengo que afinarme para llegar el sábado completamente metido en el personaje”
—¿Cuál es la canción más difícil?
Seventh Son of a Seventh Son. Esa pieza me sacó el sudor, tuve que hacerla dos veces, cosa que yo nunca hago, y fue más que todo para mí. Es de mucha concentración, gasto las neuronas que gastaría haciendo una pieza de Ígor Stravinski. Una desconcentración milimétrica y se te viene abajo la canción completa.
—Hagamos un juego mental, hipotético. ¿Con qué artistas de música orquestal compararía la energía que tienen cada una de estas bandas de rock?
Es una analogía simpática, no estoy comparando; para que después no me linchen (risas). Me da mucha sensación de que si tuviera a Johann Sebastian Bach estaría enamorado de Iron Maiden. Estoy casi seguro que Ígor Stravinski estaría vuelto loco con Metallica. AC/DC es una banda que algunos músicos clásicos, como al mismo Mozart, les hubiera interesado conocer. De lo que estoy seguro, es que ninguno haría regaetón.
“Las dos músicas te pueden dar la misma energía, lo que pasa es que la manera de expresarla es diferente. En un teatro podés aplaudir al final, gritar bravo y todo; pero con el rock, a mitad de la canción, usted se puede levantar y pegar brincos. En la música clásica son contadas las obras que te permiten esa euforia, por el tipo de ambiente”
—Conociendo el reto que tienen por delante, tanto por repertorio como por cantar junto a una orquesta, ¿cómo ha sido la experiencia con los vocalistas?
Estos cantantes son viejos conocidos, yo lo que hice fue como tirar el equipo de primera para cantar rock con la Filarmónica. Son maes que vos los oís en Jazz Café, y los maes que saben de rock dicen: ‘voy a ir’. Son los referentes e interpretan a la perfección la música de estas bandas. Yo no corro riesgos, ni me voy a poner a buscar si fulanito se la juega o no; yo voy a la segura.