Solo durante el primer semestre de este año, 171 personas resultaron víctimas de armas de fuego, de acuerdo con un informe del Ministerio de Seguridad Pública.
El estudio detalla que entre los afectados hay nueve menores de entre los 7 y los 17 años de edad.
En caso de mantenerse la tendencia, la cantidad de heridos de bala será similar al año anterior, cuando se registraron 239.
Ese dato trasciende poco después de que el informe (In)seguridad ciudadana y desarrollo humano en Costa Rica, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), hecho público en julio pasado, reveló que la cantidad de personas heridas de bala viene subiendo desde el año 1997, cuando apenas hubo 171 víctimas.
El documento detalla que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) invirtió, en aquel año, ¢39 millones para atender a esos heridos durante los 1.600 días que permanecieron en las camas de los hospitales del país.
El estudio recalca el impacto que eso ejerce en el sistema de salud, pues señala que, durante el año 2001, cuando hubo 237 heridos de bala, esas personas pasaron hospitalizadas cerca de 3.000 días.
Ese período de atención significó una erogación de ¢146 millones, precisó el documento.
En el año 2003, la atención de las 233 personas heridas de armas de fuego tuvo un costo para el Seguro Social de ¢201 millones.
Los afectados permanecieron durante 2.900 días ocupando los servicios de los diversos hospitales del país.
En delitos. Una de las preocupaciones del PNUD es que, cuando se incrementa la cantidad de armas de fuego en un país, ello repercute paulatinamente en la cantidad de delitos.
Precisamente en el último estudio del organismo de las Naciones Unidas, el 52% de los homicidios dolosos del trienio 2001-2003 se cometió utilizando un arma de fuego.
El PNUD, con fundamento en estadísticas del Organismo de Investigación Judicial, mencionó que, entre los años 1990 y el 2004, mientras el uso de arma blanca en los homicidios disminuyó, el empleo de arma de fuego creció de manera considerable.
Tomando la información del año 2000, se extrajo que en el 42,5% de los 261 homicidios dolosos se utilizó revólver de calibre 38, en un 16,4% pistola de calibre 3.80, y en un 7,5% pistola de calibre 9 milímetros.
Todas esas armas están permitidas por la Ley de armas y explosivos.