Doña Ligia Muñoz Ramos se preparaba, la tarde de este martes, para oficiar como la rezadora del novenario de su nieta. “Es muy doloroso, es indescriptible, yo sé que Dios me va a ayudar a salir de esto, porque ella era muy feliz y ahora no volveremos a escuchar sus risas”, manifestó durante una breve conversación telefónica.
La fisioterapeuta Melissa Álvarez Lizano, de 41 años, falleció el pasado sábado luego de que un vehículo asociado a una plataforma digital de transporte colisionara con el tren en Mercedes Sur de Heredia. Ella viajaba en esa unidad como pasajera. La conductora del auto, de 31 años, sobrevivió al accidente, pero sufrió heridas importantes y fue trasladada a un centro médico.
Entre lagrimas y risas, doña Ligia recordó a su nieta como una persona muy alegre. Cuando tenía la oportunidad de visitarla, Melissa le bailaba para sacarle una sonrisa, generalmente los domingos, día en que la familia se reunía para compartir. De hecho, el pasado domingo tenían planeado celebrar el cumpleaños de una prima, pero en su lugar debieron realizar la vela de Melissa.
La mujer comenta que la noche antes del accidente, la fisioterapeuta llegó a su casa y se puso un vestido, que usaría en la fiesta, para lucírselo a su abuela. “Ella vino y me dijo ‘¿abuela me veo divina?’ y le digo yo ‘¡Sí, mi amor, te ves divina!’ y se movía y me hacía pasos de baile y era una alegría”, relató.
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La muerte de Melissa fue sorpresiva y trágica para la familia, pues es la segunda pérdida que afrontan en menos de un año. Recientemente, el esposo de doña Ligia también falleció; él, aparte de ser abuelo, fue la figura paterna de su nieta.
En medio de tanto dolor doña Ligia tiene la satisfacción de que su nieta y su esposo se encuentran ahora en el cielo. Incluso, cree que Melissa está aprovechando sus conocimientos como fisioterapeuta “porque a ella le gustaba hacerle masajes al abuelo y allá está, seguramente chineándolo”.
“Pero para mí esto es un golpe, la gente no tiene idea. Es que como le decía ahora que nos reunamos, no vamos a escuchar las carcajadas ni las ocurrencias de Melissa. Ella cuando estábamos todos se desgalillaba cantando; de hecho, cantaba muy lindo. Una vez le dije: ‘Meli, cambia de profesión, porque cantas muy lindo’”, rememoró.
Un amigo también la recordó.
En una entrevista con La Nación, Jorge Villarreal, un amigo de la fallecida, afirmó que “Melissa era un ser de luz, apasionada de la fisioterapia”.
“Le gustaba viajar y estar con sus mascotas”, dijo el hombre, quien conoció a Álvarez hace 10 años, ya que él le suministraba el equipo para su consultorio. “Justo estaba a punto de comprarme un equipo de alta gama”, añadió.
Álvarez era divorciada y no tenía hijos. En las redes sociales, solía compartir fotografías de sus viajes y excursiones en la naturaleza. El 3 de marzo anterior, compartió un video en el que mostraba parte de un paseo por la montaña. “Un hermoso día para empezar de nuevo”, escribió.
Según Villarreal, Melissa Álvarez amaba su profesión y la tomaba muy en serio. Cursó una maestría en España. “La recordaré como una gran mujer, una excelente profesional, que tenía su propia clínica y era una de las mejores de la zona de Heredia”, destacó.