Keilyn Barquero Acuña, joven de 30 años que permanece delicada en el Hospital México, es la quinta de ocho hermanos y desde que salió de secundaria se dedicó a trabajar para ayudar a sus padres y a su familia. La noche del sábado su vida cambió luego de un accidente con un cilindro de gas para hacer crema chantilly en la POPS de San Isidro, Alajuela.
Estaba muy ilusionada porque hace dos semanas la habían ascendido al cargo de administradora de la POPS de La Ceiba, situada unos 700 metros al norte de los Tribunales de Alajuela.
Así lo narró su hermana Rebeca, quien vía telefónica nos detalló que horas después de la explosión los médicos del Hospital San Rafael les comunicaron la necesidad de amputarle la pierna y mano del lado izquierdo, pues ella recibió por ese costado el impacto más fuerte de la deflagración.
Keilyn, quien es soltera y sin hijos, tiene siete años de laborar en esa empresa que, según Rebeca, desde el primer momento se solidarizó con la familia y les ha ofrecido toda la ayuda, hospedaje y transporte para las visitas.
“A ella la trasladaron grave. Fue la más afectada porque estaba al lado de la máquina. Claramente ella es un milagro. Un bombero me explicó que esos cilindros (de óxido nitroso) son mucho más potentes que uno de gas licuado”, dijo Rebeca.
Algo impresionante
La familia no se explica lo ocurrido. Afirman que nunca habían visto algo así en una heladería y lo califican como una bomba impresionante.
“Gracias a Dios está viva y aunque está en un coma inducido en cuidados intensivos, la esperanza es que recupere su conciencia, su salud y vuelva a la casa”, agregó.
Dice que Keilyn siempre ha sido el pilar de la familia, siempre dispuesta a ayudar tanto dentro como fuera de la casa, muy pendiente de todos y siempre anuente. Ella ama a Dios, asiste a la Iglesia católica de San Isidro de Alajuela. “No terminaría de comentarle todos los valores que la caracterizan como persona”, agregó.
En cuanto al trabajo, Rebeca solía decirle a Keilyn que dejara de trabajar tanto, pues los horarios la absorbían y ella siempre daba más de lo que podía, por eso fue que la ascendieron. Algo que le gustaba de su trabajo es lo cerca que le quedaba de la casa, pues vive en San Isidro.
Después de estudiar en la escuela y el colegio de Río Cuarto, Alajuela, se trasladó a San Isidro, con la meta de trabajar y estudiar, sin embargo no había podido seguir en estudios superiores, por lo poco flexible de los horarios. Antes de laborar en la POPS estuvo un tiempo en el Almacén El Rey. En los últimos siete años había entrenado a muchas otras compañeras de la heladería.
Rebeca dice que no conoce a Karina Alvarado, la otra empleada que resultó con quemaduras en la mitad del cuerpo y que está en la Unidad de Quemados del San Juan de Dios. “Posiblemente era nueva y Keilyn la estaba entrenando”, afirmó.
La gran incógnita que tienen es qué pasó esa noche. “Yo jamás pensé que tenían una bomba de tiempo ahí. La familia está devastada”, agregó Rebeca
Los papás están muy dolidos, pero con la esperanza de que Keilyn pueda evolucionar bien. Ambos trabajan en una empacadora de piña de Río Cuarto, Alajuela, él es guarda y ella miscelánea.
Los hechos
A las 7:03 p. m. del sábado en la heladería POPS del centro comercial La Ceiba, en San Isidro de Alajuela, sobrevino una explosión cuando clientes y dependientes estaban en el sitio.
Por lo grave del caso, todavia los agentes judiciales de Alajuela y personal de Investigación de Bomberos seguían en el sitio este lunes para precisar la dinámica del suceso.
Según los investigadores, el informe definitivo podría durar varios días o incluso semanas, pues los restos del cilindro que explotó serán llevados a laboratorios especializados, posiblemente en el Instituto Tecnológico de Costa Rica.
De acuerdo con Miguel Araya Álvarez, jefe de Investigación de Incendios de Bomberos, se realizó una reconstrucción del sitio como parte de un análisis forense en el que los bomberos ayudan al OIJ. El objetivo es determinar el punto exacto de la explosión del recipiente y tratar de determinar las causas de lo ocurrido.
Estruendo y fatalidad
Recipiente voló en pedazos e hirió a 10 personas
FUENTE: Miguel Araya Alvarez/ Bomberos. || Infografía / LA NACIÓN.
Se busca identificar la falla, pues existen tres maneras en que un cilindro pueda explotar: una sobrepresión; un daño mecánico que haya provocado una fisura o deformación que con el tiempo genere un punto de fallo, o también que por el uso el recipiente sufra un desgaste de sus capas metálicas internas.
“Hasta que no tengamos el cilindro armado y llevado a un laboratorio no podemos determinar las causas”, dijo Araya.
Explicó que se trata de un recipiente pequeño, de 45 centímetros de largo y 15 de diámetro, que concentra una presión de 800 libras. A manera de ejemplo, un cilindro de gas licuado de los que se usan para cocinar guarda una presión de 25 libras, mientras que los otros más altos o portátiles son de unos 90 libras. De igual forma, la presión de la llanta de un vehículo liviano ronda las 30 libras.
“Ese gas internamente está en forma líquida, pero al darse la explosión se liberó toda la presión y generó daños principalmente en la parte frontal de local y otros dos aledaños”, afirmó Araya. Las paredes construidas con un material liviano cedieron.
Detalló que se trató de un cilindro de gas de óxido nitroso, muy usado en la industria alimentaria para convertir la crema en espuma.
Delicadas
El sábado, dos mujeres y un varón fueron llevados en condición muy delicada a hospitales de Alajuela, Heredia y San José, a raíz de la conflagración ocurrida. Otras siete personas fueron trasladadas en condición menos grave.
Dos de las personas graves son empleadas de la heladería alcanzadas por la onda y un tercer paciente fue un distribuidor de productos, identificado como Freddy Suárez, alcanzado por partículas del metal que le dieron en la cabeza.
En el Hospital México solamente se encuentra hospitalizada Keilyn Barquero Acuña, reportada en condición delicada pero estable. De acuerdo con Edward Guevara Espinoza, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos, ella sigue sedada y con ventilación asistida.
“Se está a la espera de ir disminuyendo dosis de sedaciones para evaluar su respuesta neurológica. Sin duda la gravedad de las lesiones justifica dar tiempo todavía, pero su condición general es aceptablemente buena”, indicó.
Ahora deben evaluar si tuvo otras lesiones a nivel cerebral, pues de lo observado luego de la evaluación realizada al mediodía de este lunes, en lo pulmonar, cardiovascular, renal y en la sangre todo se mantiene bien, sin embargo el riesgo sigue, pues está conectada al ventilador artificial.
En redes sociales familiares de la joven piden oración por su salud. “Señor tu tienes el control. Padre te pido por ella. Señor tu eres el médico por excelencia y sabemos que tú la levantas y dará testimonio de tu grandeza. Padre celestial en tus manos está”, dice Sonia Pérez.
La otra paciente, compañera de Barquero, fue identificada como Karina Alvarado Morales, de 23 años, madre de una niña de dos años. Ella está en el Hospital San Juan de Dios, adonde fue trasladada con quemaduras desde el hospital San Vicente de Paúl, Heredia.
Mientras tanto, el resto de pacientes que estaba en el Hospital de Alajuela ya fue egresado.