Poás de Alajuela. Un total de 12 casas muy dañadas, así como otras 15 que están en peligro de colapsar, fue el saldo que dejó ayer una cabeza de agua que sorprendió a los vecinos de Poasito de Sabanilla de Alajuela.
La avalancha de lodo descendió por el cauce del río Colorado y la quebrada Avendaño, a las 4:30 p. m., en el momento en que caía un aguacero poco visto en el lugar.
Los principales daños se registraron en 12 viviendas ubicadas en el centro de Poasito, a la par del supermercado Coopepoás R. L., donde el barro generó cuantiosos daños en algunos pasillos y una bodega. Otros restaurantes y negocios cercanos también fueron afectados por la correntada de lodo.
Debido a las fuertes lluvias que imperaron en la zona, el puente bailey que había sobre la catarata de La Paz, entre Varablanca y Cinchona (Heredia), cedió ante las fuertes lluvias y deslizamientos.
En el sitio, anoche había una gran cantidad de troncos y material que descendió de uno de los paredones, como lo constató un equipo de La Nación que visitó la zona.
También permanece cerrado, por un deslizamiento, el paso entre Varablanca y Los Cartagos, confirmó el Cuerpo de Bomberos local.
Jason Murillo Ulloa, socorrista de la Cruz Roja de San Pedro de Poás, aseguró que las 15 familias que corren riesgo en sus casas habitan en las cercanías al volcán Poás, por lo que ayer, a las 9 p. m., discutían si habilitaban un albergue en el gimnasio de la Escuela de Poasito de Sabanilla de Alajuela.
“Se atendió a seis pacientes por crisis nerviosa y dos por problemas respiratorios. Se están por valorar los daños en la alcantarilla de la quebrada Avendaño. Se estudiará con expertos si en la parte alta se está formando una represa que pueda bajar”, afirmó Murillo.
La Cruz Roja confirmó que un señor de 70 años y una mujer de 58, cuyas identidades no trascendieron, fueron arrastrados por el cauce del río Colorado cuando vigilaban un estanque de tilapias. La adulta presentaba una posible fractura de fémur, mientras que el adulto no quiso ser atendido.
Vivió drama con su hija. Sandra Alvarado Oviedo fue una de las afectadas que observó en segundos cómo la avalancha de barro inundaba su vivienda sin poder salir.
Aunque al inicio pensó que se trataba de una lluvia normal; todo cambio cuando el lodo arrasó con una ventana plástica.
“La correntada era superfuerte, solo estaba con mi hija de 23 años, que empezó a gritar. Es la segunda vez que pasamos por algo tan fuerte; hace cuatro años fue la primera. El televisor, la refrigeradora y hasta el celular se lo llevó el agua. El corredor y la cocina son nuevos, ya que con el terremoto de Cinchona lo perdimos” dijo Alvarado.
El colegial Keilor Picado fue sorprendido por la cabeza de agua cuando intentaba sacar dinero de un cajero automático, por lo que hasta la tarjeta dejó adentro del aparato.
“Pensé que estaba temblando y vi que se levantó todo. En eso, un muro de cemento bajó, y vi cuando golpeó a un vehículo Hyundai que estaba estacionado. El dinero era para llevar a mi perro de tres meses al veterinario”, aseguró Picado.