En enero, cada 13 horas una persona perdió la vida en un accidente de tránsito en las carreteras del país. Se trata de 56 víctimas in situ, una marca histórica que no se había repetido desde octubre del 2016, hace 74 meses, según los registros de la Policía de Tránsito y del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT).
De ese fatídico total, casi la mitad eran motociclistas o sus acompañantes: 23 personas. Otros 8 eran conductores de vehículos generales, 11 acompañantes, 11 peatones y 3 ciclistas. La cifra podría ser aún más grave si se considera que por cada muerte en las vías hay otra persona más que fallece horas o días después en centros médicos, dice el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi).
Desde que la Policía de Tránsito tiene registros (año 1994), el otro mes con cifras tan altas fue diciembre del 2019, con 55 fallecidos. Además, desde el 2001 no se encadenaban dos meses consecutivos con 50 o más muertes, pues en diciembre del 2021 se registraron 50 decesos. En el 2001, hubo 54 muertos en enero y 52 en febrero.
Los números marcaron tendencia desde los primeros días de este 2022 y las autoridades lo advirtieron. “Lo dijimos a principios de año, como un llamado de atención, procurando revertir la tendencia que se estaba marcando de dos o más muertos por día, cerramos con 1,8 decesos, muy cerca a la cifra que temíamos (66 en total)”, reconoció el subdirector de la Policía de Tránsito, Alberto Barquero.
“Desde la Policía de Tránsito, acompañamos esa alerta con trabajo en carretera, con controles constantes, con labores preventivas, pero claramente no fue suficiente, pues hay otra parte de la tarea que le corresponde al peatón, al conductor, al pasajero, al ciclista y es el de la autocrítica, la prudencia, la responsabilidad y, en algunos casos, es evidente que no se obtuvo”, indicó Barquero.
Juan Rodríguez, subjefe de operaciones policiales de la Policía de Tránsito, instó a los peatones a hacerse visibles en horas nocturnas y descartó que la flexibilización de la restricción vehicular por la pandemia haya influido en que murieran 56 personas en carretera, pues “la cantidad de accidentes ha sido muy parecida, la gravedad del accidente es lo que ha crecido en este mes”.
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“El Estado es el responsable de diseñar carreteras seguras”
Roy Rojas, director de proyectos del Consejo de Seguridad Vial, le puso mayor peso a la pobre infraestructura vial del país y a la falta de policías de Tránsito. Contrario al subjefe de operaciones policiales, consideró que el levantamiento gradual de la restricción vehicular por la pandemia también ha influido en la alta cifra de muertes.
“Las carreteras en este país no son carreteras diseñadas para perdonar el error humano. Tenemos altas velocidades en carreteras de dos carriles, o de dos y dos, no hay barrera en el centro, no hay algo que desestimule el choque de frente o que evite los adelantamientos indebidos”, declaró Rojas. Asimismo, aseveró que “nosotros somos los responsables, el Estado es el responsable de diseñar y construir carreteras seguras”.
En cuanto a los policías, señaló que la Policía de Tránsito cuenta con 750 policías para tres turnos, lo que no da abasto para cubrir una red vial cada vez más extensa y una flotilla vehicular cada vez más grande, que es de aproximadamente 1,6 millones, según las estadísticas del Instituto Nacional de Seguros.
Rojas añadió que “al empezar a abrirse la restricción, entonces ocurren varias cosas. Número uno, los desplazamientos empiezan a incrementarse en espacios donde hay menos carros. Eso promueve el aumento de la velocidad promedio en los desplazamientos de carros y motos, entonces la posibilidad de que haya lesionados y muertos es mayor”.
Además, afirmó que durante la pandemia muchas personas han recurrido a la motocicleta como medio de trabajo, frente al aumento en la demanda de entregas de comida y mensajería, lo que ha incidido en que este medio de transporte se coloque como el más peligroso en carretera.
“La pandemia generó un tema de recesión económica, la gente tiene más problemas, la economía se pone más lenta, pero llega en un momento en que la gente se tira a la calle porque necesita comer. La moto aparece, no solo como un medio de transporte, sino como una herramienta de trabajo, y como aquí es más fácil comprar una moto que una olla arrocera, entonces la gente opta por la moto. Antes era un tema rural, ahora también es un tema urbano”.
“Tenemos derrapes, choques con árboles, con piedras, se salen de la vía, adelantamientos indebidos, motos que chocan carros. Yo no digo que la moto es la culpable, lo que digo es que la gente que maneja la moto no sabe manejarla”, afirmó Rojas.
Instó a las autoridades a declarar una emergencia sanitaria por la alta siniestralidad en carretera, pues el comportamiento histórico es que se duplique la cantidad de personas que mueren después en centro médicos. Sumado a los heridos graves, todo genera una ocupación mayor en las unidades de cuidados intensivos, que como se demostró durante la pandemia, se pueden saturar más pronto de lo que parece.
Agregó que la grave situación podría llevar, incluso, a que Costa Rica sea vista a nivel internacional como un destino peligroso para el turismo. Parte de la alta siniestralidad de enero se debió a dos accidentes múltiples en zonas turísticas: cuatro muertos (un costarricense, dos estadounidenses y un suizo) en un choque el 7 de enero en Miramar de Montes de Oro, Puntarenas, sobre la carretera Interamericana Norte; y tres estadounidenses muertos en un accidente el 24 de enero en Hatillo de Savegre de Quepos, Puntarenas.
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