En medio de su profundo dolor, Yesenia Ávalos Castro no encuentra una explicación para lo ocurrido a sus hijos. Ella los vio salir alegres, el pasado sábado, y al día siguiente recibió la terrible noticia de que Cristopher y Jennifer fueron hallados muertos junto con otros dos jóvenes en unas cabinas en Batán, Matina.
Al parecer, dos adolescentes y dos jóvenes se habrían asfixiado con el monóxido de carbono emitido por el automóvil del vehículo en que llegaron al establecimiento. Lo paradójico es que tanto Cristopher Gutiérrez Ávalos, de 23 años, como el otro adulto fallecido en el sitio, Kevin Andrey Wing Mora, eran mecánicos.
Doña Yesenia relató a “La Nación” que su hijo mayor llegó, la noche del pasado sábado, desde Limón a visitarla a su casa en Matina. También fue a recoger a su hermana Jennifer, quien había cumplido 17 años el pasado 28 de abril y quería llevarla a celebrar la ocasión con algunos amigos.
Los muchachos le dijeron que iban a salir a comer y a tomarse algo. Para la mujer resulta muy difícil de asimilar que ese día sería la última vez que los vería con vida.
Horas después, Carlos Alfaro, dueño de la cabina, alertó a las autoridades sobre cuatro personas que no habían abandonado una habitación a la hora acordada. Al amanecer del domingo, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) encontró sin vida a Cristopher, Jennifer, Kevin y una adolescente de 16 años.
Mecánicos y amigos
Kevin Andrey Wing Mora era el jefe de Cristopher y muy buen amigo. Ambos eran mecánicos automotrices y laboraban en un taller en Limón. El OIJ investiga si los jóvenes se encontraban en condiciones para medir el peligro que representaba el humo emitido por el vehículo.
Según la Policía Judicial, ninguno de los fallecidos presentaba heridas ni signos de violencia. Uno de los cuerpos estaba dentro del automóvil, otro en el piso de la cochera, otro en el piso de la habitación y el último en una cama.
Por razones que se investigan, el vehículo quedó con el motor encendido en la cochera de la cabina, la cual está ubicada muy cerca de la habitación. El portón de la cochera quedó cerrado, y todo indica que una concentración de monóxido de carbono acabó con la vida de los cuatro.
Cristopher y Jennifer, según contó doña Yesenia, salieron esa noche a bordo del vehículo de Kevin, como lo habían hecho en ocasiones anteriores. Su hijo mayor aprendió el oficio de mecánica por medios propios, ya que desde pequeño le gustaba mucho ese campo.
Entre sus metas estaba profundizar sus conocimientos en el área automotriz. Era padre de una niña de dos años, que ahora quedó al cuidado de su madre.
Doña Yesennia también contó a este diario que Jennifer estaba en quinto año del Liceo de Matina y que aún no sabía qué carrera le gustaría estudiar, pero le había comentado que estaba entre ser enfermera o profesora de inglés.
De la otra joven fallecida, de 16 años, afirmó que no la conocía y que solo sabía que era amiga de Jennifer y estudiante en el Centro Integrado de Educación de Adultos (Cindea) de Estrada. Descarta que les hayan hecho daño, ya que dice que no tenían enemigos y que ambos eran muy queridos en Matina.
“Espero que las autoridades judiciales investiguen las condiciones del lugar en el que murieron las cuatro personas”, aseveró. Doña Yesenia se mostró muy agradecida con la gente de Matina y de otros lugares por el apoyo brindado para hacerle frente al dolor, así como a los gastos de las honras fúnebres de sus hijos.
Practicaba el Karate
La Asociación de Karate Limón lamentó este lunes en redes sociales la muerte de Kevin Wing Mora, de 25 años, quien fue integrante de esa academia.
En redes sociales, una prima de Kevin, identificada como Hei Badilla, calificó lo ocurrido como una tragedia. “Es una herida que se extiende y toca nuestros corazones, nos llena de profunda tristeza la partida de nuestro Kevin”, dijo, Recordó que hace unos meses conversó con él y le habló de su taller en el que tenía puesta su energía y entusiasmo.
En cuanto a la joven de 16 años, su abuelo, Pedro Santana, dijo a Noticias Repretel que la adolescente les pidió permiso para ir a una fiesta. Al ver que no llegaba, a las 11 p. m. del sábado, le mandaron un mensaje al que ella contestó que pronto llegaría, pero al despertar del domingo, a las 4 a. m,. fueron al cuarto y vieron que no había llegado.