Casi quince días después de la desaparición de Daniela Escobar Salas, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) comunicó este martes que cerró el operativo de búsqueda, al concluir que la mujer habría sufrido un accidente acuático y descarta que haya sido víctima de homicidio.
Escobar Salas caminaba de un bar en Sámara hacia su casa, ubicada aproximadamente a dos kilómetros de distancia, pero no llegó. Fue vista por última vez el 15 de octubre alrededor de las 11 p. m., e incluso en videos analizados por el OIJ se le observa pasar por la ruta que solía tomar a través de la zona costera.
El director del OIJ, Randall Zúñiga, revela que en esos videos se le ve caminando antes de llegar a la bocana del río, vestida de blanco y bajo una fuerte lluvia. Debido a la luna llena, la marea alta y el caudal crecido del río Torito —que desemboca en el estero Mala Noche—, la hipótesis principal del OIJ concluye que la mujer, de 30 años, no pudo cruzar la bocana y fue arrastrada hacia el mar, donde desapareció.
Además del análisis de los videos, el OIJ entrevistó a un pescador que estaba en la bocana oscura esa noche, quien asegura haber escuchado gritos de auxilio de una mujer, coincidiendo con la hora en que Daniela habría pasado por el lugar. Esta declaración concuerda con un video en el que se le ve caminando descalza en la arena, con las sandalias en la mano.
“Se cree que intentó cruzar esa bocana, que es bastante caudalosa, pero no lo logró”, señaló Zúñiga. Añadió que el mar devolvió sus sandalias, que aparecieron a unos 75 metros de distancia una de la otra, así como una tarjeta de débito que ella portaba.
Hipótesis descartadas
El OIJ descartó que hubiera sido atacada por alguna persona en un hotel cercano o en algún punto entre el bar y la bocana, ya que en los videos se le observa siguiendo el rumbo establecido sin devolverse en ningún momento. En cuanto a una posible responsabilidad de su compañero sentimental, Zúñiga informó que se descarta, pues el hombre salió del bar después de las 2 a. m. y llegó a su casa sin contratiempos; además, las revisiones corporales a las que fue sometido no mostraron indicios comprometedores.
Zúñiga explicó que, además del personal del OIJ de Nicoya, se sumaron cuatro investigadores experimentados en desapariciones, junto con sus jefes, y que todos los indicios apuntan a un accidente acuático. Señaló que se realizaron operativos todos los días desde que se recibió la denuncia, y que se contó con el apoyo de la Cruz Roja, el Servicio de Vigilancia Aérea y Guardacostas. Hasta el momento, no se han encontrado restos, y unos huesos examinados por la antropóloga del OIJ resultaron no ser humanos.
El OIJ informó a la familia sobre los alcances de la investigación, explicando que no existen indicios de un hecho delictivo. La victimología de la familia tampoco sugiere riesgo de que algún familiar o amigo esté involucrado en la desaparición.
“La línea de investigación concluye que, lamentablemente, como ha sucedido en otros casos, la marea arrastra a la persona mar adentro y no se le vuelve a ubicar”, puntualizó el jefe policial.
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