Una mujer muy trabajadora, al punto que tenía dos empleos, humilde, educada y una madre ejemplar. Así es como describen sus allegados a Irinia del Carmen Díaz Gómez, una vecina de Palmar Sur de Osa, Puntarenas, que falleció en vísperas del Día de la Madre luego de ser arrollada por el conductor de un vehículo que, según la Policía Judicial, viajaba bajo los efectos del alcohol.
En este percance, además del exceso de licor, se cree que influyeron la lluvia, la oscuridad y lo angosto de este camino por el que muchos vecinos del barrio Once de Abril suelen transitar en bicicleta, tal y como lo hacía doña Irinia la noche del 14 de agosto anterior.
Casi que a diario, al salir de su trabajo en un supermercado del lugar, ella se movilizaba junto a su hijo mayor, de 33 años, en bici hasta una vivienda en la que cuidaba a un adulto mayor, y luego el muchacho regresaba a la casa. Sin embargo, el domingo anterior, todos los factores anteriormente mencionados se conjugaron y apagaron la vida de esta mujer en la carretera Costanera Sur.
El reporte del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) precisa que, al parecer, cerca de la entrada del barrio Once de Abril un vehículo impactó a doña Irinia y su hijo. Inicialmente, él fue atendido en el sitio por los paramédicos de la Cruz Roja y trasladado al Hospital Tomás Casas, donde ingresó con diversos golpes producto de la colisión. En tanto, su madre, fue localizada a cuatro kilómetros del sitio del percance, ya que, presuntamente, quedó sobre el techo del automotor y el conductor siguió avanzando hasta que el cuerpo cayó y quedó sobre vía pública.
“Posteriormente, funcionarios de la Policía administrativa abordaron al sospechoso, por lo que procedieron a solicitarle a la Policía de Tránsito que se le realizara la alcoholemia y esta arrojó un resultado de 0,38 de alcohol en sangre, por lo que el individuo quedó a las órdenes del Ministerio Público, para que determinara su situación jurídica”, indicó el OIJ.
Se consultó a la Fiscalía, por medio de la oficina de prensa, sobre la investigación, pero al cierre de edición de esta nota, a las 6 p. m. de este viernes 19 de agosto, no se obtuvo respuesta.
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Especial y atenta
Díaz tenía 54 años, un hijo y dos hijas, una de ellas menor de edad. En Palmar las personas la conocían porque laboraba en un supermercado de la zona y, de acuerdo con sus propios clientes, era sumamente atenta, especial y sociable, lo cual dio pie a que hiciera muchas amistades, entre ellas doña Maritza Gutiérrez Gómez.
“Era una buena amistad, ella trabajaba en un negocio acá en Palmar y ahí hicimos amistad, siempre nos saludábamos, era una muy especial, muy trabajadora, muy humilde, una mujer que nunca tuvo problemas con nadie”, afirmó Gutiérrez.
Esta adulta mayor aseguró que en la comunidad hay gran consternación por los hechos, ya que tanto la víctima como el sospechoso son vecinos del distrito oseño y eran conocidos por bastantes personas.
“La gente está bastante dolida porque fue en un momento en el que había mucha lluvia, demasiada lluvia y el señor sí iba tomado, eso es lo que más duele, que fue un conductor irresponsable. Ella iba para su otro trabajo, porque era muy trabajadora. El hijo que siempre la acompañaba y pasó lo que pasó, fue muy duro”, agregó doña Maritza, quien añadió que el hijo de Díaz ya está en la casa, aunque al igual que sus hermanas está “muy dolido” por lo sucedido.
Sin espaldón
Consultado sobre este accidente, el director de la Policía de Tránsito, Alexander Solano Quirós, confirmó que ese tramo de la carretera Costanera sur es muy oscuro y angosto y, además, no cuenta con espaldón, como para que por ahí circulen bicicletas, por ejemplo.
Solano fue el subjefe de la región Brunca desde el 2014 y hasta mayo anterior, cuando asumió la dirección del cuerpo policial de carreteras, por lo que conoce esa carretera a la perfección, incluso vivía muy cerca del restaurante Flacos, cercano al sitio del atropello.
Explicó que el accidente ocurrió en horas de la noche, cuando llovía copiosamente, y eso dificultó aún más la visibilidad en ese punto donde los vehículos deberían bajar la velocidad porque la escuela Once de Abril está muy cerca. Incluso manifestó que en el pasado colocaba conos en ese punto para alertar a los conductores sobre la presencia de niños, pero desafortunadamente personas inescrupulosas se los robaban.
Aseguró que sí tuvo conocimiento de la petición de los lugareños de que en la zona se construyeran aceras o ciclovías, pues luego de la calzada lo único que queda es un zacatal. Además, reconoció que en la región se dificulta la vigilancia, pues solo contaba con dos agentes por turno, uno en la radio y el otro para atender incidentes.
En un video que compartió un usuario de la ruta, grabado por la noche, se puede apreciar la oscuridad del sitio y la escasa o casi nula demarcación. La Dirección General de Ingeniería de Tránsito confirmó que se pueden construir ciclovías incluso en carreteras de alto tránsito, como la Costanera; no obstante, no se obtuvo respuesta del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) de si en la zona se podría financiar una obra semejante.