Este lunes, alrededor de las 12:30 p. m., una avioneta procedente de Limón con destino al aeropuerto Juan Santamaría se estrelló entre los cerros Cedral y Rabo ‘e Mico, en las montañas de Escazú. Cinco de los seis ocupantes fallecieron, entre ellos el piloto limonense Mario Miranda Ramírez, de 40 años.
Su padre, Cleto Miranda Luna, de 40 años, falleció hace 24 años en otro accidente aéreo ocurrido en Pavas. En aquella ocasión, Cleto era el capitán de una aeronave bimotor de matrícula salvadoreña que se precipitó el 15 de enero del 2000 sobre una vivienda en Rohrmoser.
La aeronave involucrada en ese siniestro transportaba a 18 personas y se estrelló apenas tres minutos después de despegar del aeropuerto Tobías Bolaños, con destino a Tortuguero.
Esa tarde, al menos 20 ambulancias de la Cruz Roja, junto con unidades del Cuerpo de Bomberos y de la Fuerza Pública, se movilizaron al sitio para participar en las labores de rescate.
Al llegar las autoridades, confirmaron que en el lugar del accidente fallecieron cuatro pasajeros, mientras que otros fueron trasladados a centros de salud cercanos, uno de ellos fue Cleto Miranda.
De acuerdo a la información publicada por La Nación, Miranda fue llevado en estado crítico al Hospital San Juan de Dios, pero debido a las heridas que lo mantuvieron en condición delicada en la Unidad de Cuidados Intensivos, falleció el 30 de enero de ese mismo año, a las 4:15 de la tarde.
Cuatro días después del accidente, se dio a conocer que, al momento del siniestro, el capitán Miranda estaba acreditado por el Gobierno de El Salvador para pilotear la aeronave. No obstante, la Dirección General de Aviación Civil de Costa Rica aclaró que, en el país, solo tenía autorización para desempeñarse como copiloto.
El día del percance, Cleto Miranda acumulaba un total de 8.174 horas de vuelo. Ese año, se registraron 17 accidentes de aviación en el país, fallecieron 18 personas y 26 más resultaron heridas.
Dos años antes de ese incidente, Pavas fue escenario de otro percance similar. El 18 de setiembre de 1998, una aeronave Piper Navajo, se precipitó contra dos casas en Rohrmoser y dejó un saldo de dos personas fallecidas: los tripulantes Alejandro Arias López y Carlos Trejos Cadaval.
Mario Miranda ya había enfrentado accidente en el 2017
Mario Miranda Ramírez, fallecido este lunes en Escazú, ya había sufrido otra emergencia el 17 de marzo del 2017, cuando un zopilote se estrelló contra la avioneta Piper TI-AOJ a una milla náutica al noroeste de la cabecera 09 del aeropuerto internacional Tobías Bolaños Palma, cuando sobrevolaba la represa Electronia, en el río Virilla, La Uruca, San José. En aquella ocasión, Miranda viajaba como copiloto.
Según el informe de Aviación Civil, el piloto y su acompañante en vuelo comercial operado por Prestige Wings despegaron de la cabecera de pista 09 de Pavas y después del despegue, “ya nivelados a 4.000 pies, encontraron un grupo de tres aves (zopilotes), dos de ellas los evaden pero la tercera sigue directo hacia la aeronave”.
La avioneta sufrió daños en un ala y la cola, pero los pilotos pudieron aterrizar con normalidad y sin lesiones.
Este lunes, horas antes del accidente en Escazú, Miranda compartió en Instagram un video donde se ve una aproximación a una pista de aterrizaje, bajo condiciones de lluvia. Por la hora de publicación, pudo ser durante el vuelo matutino a Tortuguero.
Colaboraron los periodistas Yiren Altamirano y Vanessa Loaiza y el corresponsal Reiner Montero.