Johnny Enrique Jiménez Solís, un experimentado trailero de 52 años, estaba feliz porque uno de sus hijos lo iba a convertir en abuelo y estaba estrenando trabajo. Justo el miércoles en la madrugada, cuando lo atropelló una motocicleta frente a Recope, en Ochomogo de Cartago, estaba intentando cruzar la calle para recoger su camión.
Como si previera su muerte, don Johnny, vecino de La Lima, en San Nicolás de Cartago, le grabó un video a su expareja sentimental y se lo había enviado a principios de mes, para que le quedara de recuerdo a los hijos.
“Siempre que le pasaba algo me llamaba para contarme, ‘Liz me pasó esto’... El domingo antepasado compartimos una comida con él y como que presentía (que algo malo podía pasar), porque días antes me mandó un video para que se lo enviara a mi hijo para cuando él no estuviera.
“Decía que el chiquito era el orgullo de él y que las hijas también, que él siempre nos iba a cuidar y que cuando él muriera no quería vernos tristes, siempre tuve una bonita comunicación con él. Desde que se dio cuenta que íbamos a ser abuelos llamaba más, preguntaba por su hija embarazada y que cómo estábamos todos”, relató Lizeth Martínez Navarro, su expareja y mamá de cuatro de sus siete hijos.
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El accidente en el que falleció don Johnny ocurrió a las 4:31 a. m. frente a la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), a dos kilómetros de su casa, en una zona con iluminación deficiente y donde los vehículos circulan a altísima velocidad. El puente peatonal más cercano está a tres kilómetros, frente a Pequeño Mundo, en La Lima.
Precisamente Kimberly Jiménez, hija mayor de don Johnny, lamentó la falta de infraestructura segura en la zona. “¿Cuántas empresas hay por ahí? Siempre las personas se cruzan por donde pueden para llegar a su lugar de trabajo como el caso de mi padre. Hasta tenemos ahorita creo más puentes colgantes para la fauna que peatonales.
“Le pido a las autoridades que por favor hagan lo posible para que otra familia no pierda parte de ella por cosas como estas. Leí que la gente escribía que a tres kilómetros estaba el puente peatonal que se podía usar, imagínese el atraso para dar esa vuelta, que se coloquen semáforos, reductores de velocidad, avisos de peatones en la vía aunque sé que por ahí no se debe cruzar, era la única ruta que él utilizó para llegar a su lugar de trabajo. ¡Que no digan que ‘iba dormido” y que por ahí no se debe cruzar!, eso ya se sabe, pero alas no tenía y necesitaba llegar a su trabajo”, lamentó la mujer.
Kimberly sostiene que se necesita muchísimo más alumbrado público en esa zona, y que quizá es falta de iluminación impidió que el conductor que lo atropelló lo viera y evitara la tragedia.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, hasta este 20 de marzo se contabilizan 145 fallecidas in situ en accidentes de tránsito, 45 de ellos en marzo.

Un trabajador sobre 18 ruedas
Don Johnny, experimentado trailero, estaba estrenando trabajo con una empresa con la que hacía viajes en Cartago. Sin embargo, según recuerdan sus familiares, estaba muchas veces fuera de la Gran Área Metropolitana, pues en el pasado trabajó para compañías que brindaban servicios en Limón y Puntarenas.
Según recuerda su hija Kimberly, Jiménez era un excelente papá, con quien se comunicaba por mensajes de texto en la mañana y en la noche, para saber cada uno cómo estaban. ”Era amable, charlatán, trabajador, una persona que ayudaba a quien lo ocupará, muy servicial, le encantaba tener el camión por dentro impecable porque decía que era su casa, hasta manejaba en sandalias para no subir tierra cuando ya limpiaba”.
El miércoles era una de las primeras veces que don Johnny cruzaba la calle frente a Recope, pues en esa zona estaba el camión que conducía. Ese día nadie se enteró temprano de su fallecimiento, hasta que la falta de comunicación les extrañó a todos, incluido su patrón, a quien identificaron como Juan Pablo.
Como don Johnny no respondía, doña Lizeth se fue para el hospital, pero ahí, un cruzrojista le recomendó que mejor lo buscara en el Organismo de Investigación Judicial.
“Él nos hacía video llamada y decía que ahí era muy oscuro (...) Ayer (miércoles) cuando estaba en el OIJ, yo sabía que era él y recé y dije tu voluntad Dios yo no la voy a cuestionar, solo dame fuerzas para enfrentar esto con mis hijos y gracias a Dios, las muestras de cariño de mi familia, la familia de él y muchas amistades con sus mensajes nos apoyan. El patrón de él, desde el momento que supo del accidente ha estado llamándome y apoyándonos en todo este proceso y gastos.
“Él era un gran ser humano como esposo, padre, hijo y compañero, con un gran carisma, amor al prójimo, siempre estaba ahí para todo mundo. Por su forma de ser logró ganarse el cariño de muchos compañeros de trabajo y sé que muchos lloran su partida”, rememoró la señora.
Si usted desea colaborar con los gastos del funeral de don Johnny, la familia puso a disposición los números de Lizeth (6415 8229) y Kimberly (6218 1376) para cualquier contribución vía Sinpe.
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