La turista española Isabel González, quien ingresó en condición delicada el 25 de marzo al Hospital de Alajuela luego de sufrir un accidente mientras realizaba canyoning o barranquismo en las cercanías del volcán Turrialba, continúa en la sala de cuidados intensivos, pero su estado de salud evoluciona favorablemente, según informó Karen Rodríguez, directora de ese centro médico.
Según Rodríguez, la paciente muestra una recuperación satisfactoria y ya no está sedada; por el contrario, se encuentra alerta, está consciente y se alimenta por sus propios medios. Además, mantiene comunicación con su familia y amigos, y sigue rigurosamente el plan de tratamiento establecido por los médicos intensivistas, quienes están considerando trasladarla a la sala de cuidados intermedios, debido a su mejoría.
González, de 39 años, formaba parte de un grupo de seis españoles y un costarricense identificado como Johan Aguilar, todos ellos practicantes de deportes extremos.
Ellos vivieron momentos trágicos cuando González sufrió una caída el sábado 23 de marzo al mediodía, durante una práctica de canyoning en un cañón del río La Palma, donde sufrió fracturas y fisuras en el cráneo, tórax, cadera y un brazo, lo que le impedía moverse, además de un fuerte golpe en la cabeza. Al parecer, el anclaje de una de las cuerdas que utilizaba para descender unos 600 metros falló cuando se encontraba a 350 metros de altura, lo que resultó en una caída de aproximadamente 20 metros, siendo salvada por la cuerda de apoyo.
Isabel, quien es bombera y rescatista en España, forma parte del equipo andaluz del Club Elbruz de Sevilla, según el sitio web de la Federación Andaluza de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo (FADMES).
Según el sitio de esa Federación, los españoles presentaron un proyecto para viajar a Costa Rica y explorar el cañón del río La Palma en las faldas del volcán Turrialba. Fue así como, a través del plan de ayuda a exploraciones barranquistas, se les otorgó el aval y el financiamiento necesario.
Las primeras jornadas fueron destinadas a familiarizarse con el entorno, caracterizado por grandes descensos verticales. Posteriormente, procedieron con la prospección y preparación del primer barranco en la quebrada Paredes, ubicada a una altitud de 2.610 metros sobre el nivel del mar y que finaliza a 1.650 metros sobre el nivel del mar.
Durante cuatro días, llevaron a cabo la apertura de caminos a machete para facilitar el acceso y el retorno al barranco La Palma, así como la logística necesaria para pasar las noches previas y posteriores en ambos extremos del cañón.
Todos esos planes se vinieron abajo cuando ocurrió el accidente que implicó una gran movilización de cuerpos de socorro, así como de las embajadas de España y de Estados Unidos que se unieron a las labores de la Cruz Roja, Bomberos y practicantes locales de ese deporte extremo. La labor culminó con éxito cuando un helicóptero de los Estados Unidos logró el rescate de la europea y su traslado urgente al centro médico.
La noticia del accidente llegó a España rápidamente y se activaron de inmediato los seguros y protocolos para la atención de la deportista, quien aún deberá permanecer hospitalizada durante varias semanas más.
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