Tres asaltantes en pantaloneta y con el rostro descubierto se llevaron ayer ¢6 millones en efectivo de la agencia del Banco de Costa Rica (BCR) en San Rafael Abajo de Desamparados, San José.
Los sujetos aprovecharon que un cliente salía de la agencia, hacia las 3 p. m., para ingresar, intimidar al guarda de seguridad, despojarlo de su arma de fuego y luego tomar el dinero de las cuatro cajas. Entre lo robado iban $3.500 (¢1,8 millones).
Las cámaras de seguridad externas e internas grabaron el ataque de los delincuentes, que estuvieron por dos minutos dentro del Banco y luego salieron corriendo.
En ese momento, en el primer piso de la agencia había unos 15 clientes y cuatro empleados. Ninguno resultó herido.
Carlos Pérez, un cliente del BCR que estaba dentro realizando trámites en la Plataforma de Servicio, comentó: “Yo solo oí que dijeron: ‘Esto es un asalto’, pero no les pude ver las caras”.
Carlos León, jefe de la Fuerza Pública de Desamparados, indicó que la alerta ingresó tras una llamada al sistema 911, y en menos de dos minutos llegó una patrulla al sitio, pero los asaltantes ya habían huido en un auto.
Las autoridades desconocían ayer las características del carro, pero realizaron varios retenes e, incluso, hicieron revisiones en algunos autobuses.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ya tenía identificados ayer a los sospechosos, pues sus rostros se observaban en las imágenes del video de seguridad. Preliminarmente, la Policía informó de que eran conocidos de la zona.
Carlos Astorga, gerente de Seguridad del BCR, explicó que el ingreso a la agencia se llevó a cabo por una puerta administrada por un guarda de la empresa de seguridad Wackenhut, a quien le robaron una pistola de calibre nueve milímetros.
El otro guarda de la misma empresa se encontraba en el segundo piso del Banco cuando ingresaron los asaltantes.
Astorga manifestó que la prioridad fue la integridad de los clientes, ya que a ninguno de ellos le robaron sus pertenencias ni lo golpearon.
Los agentes judiciales recogieron evidencias en el sitio, entre ellas huellas dactilares en la puerta de vidrio por donde entraron los asaltantes.