El tiroteo registrado este domingo en Limón, en el que resultaron heridos un agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y un oficial de la Policía de Fronteras, remite a un hecho violento similar ocurrido hace casi una década en la misma provincia.
El 2 de octubre de 2016, también un domingo, un ataque armado en la playa de Cieneguita cobró la vida de cinco personas. En el ataque murieron un niño de 11 años y una quinceañera; así como Eloísa Hoy Pinnock, de 33; Corina Mc Kenzie Pennicott, de 38, y Francisco Miralles Montoya, de 21. Este último era uno de los blancos del ataque, confirmó en aquel momento la Policía Judicial.
El ataque ocurrió alrededor de las 4:30 p. m., cuando dos sujetos en motocicleta, armados con un rifle AK-47, persiguieron a un conductor de un vehículo amarillo y lo interceptaron frente al bar Sunset Beach Club. Tras disparar contra él, los agresores huyeron, pero al percatarse de que el hombre seguía con vida, regresaron y comenzaron a disparar indiscriminadamente, hiriendo a varias personas en los alrededores.
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Según informes policiales, la balacera respondió a un ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico. Durante el tiroteo resultó herido Tony Alexánder Peña Russel, un hombre con antecedentes policiales, quien en ese momento tenía 28 años.
Como resultado del mortal tiroteo ocurrido en Cieneguita en el 2016, Peña Russell sufrió una herida en una pierna y fue trasladado al Hospital Tony Facio. Aunque fue interrogado por el OIJ, no fue detenido, ya que, a pesar de sus posibles vínculos con la delincuencia, en el caso de la balacera era considerado una víctima. Tras cuatro días de internamiento, escapó del hospital.
Posteriormente, se descubrió que el ataque en la playa Cieneguita fue planificado por Dinier Estrada, alias Ojos Bellos, quien contrató pistoleros para asesinar a Francisco Miralles y a Peña Russell.
Por medio de mensajes, Ojos Bellos, actualmente en prisión, ofreció pagar un millón y medio de colones por el doble asesinato; sin embargo, como los sicarios solo lograron matar a uno, les abonó ¢750.000.