Intervenciones telefónicas ordenadas por una Corte Federal de los Estados Unidos permitieron establecer un vínculo entre Alexi Meléndez León, uno de los 50 hombres más buscados por la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) y Leonardo Antonio Joseph Méndez, alias ‘Chombo’, un líder narco acribillado frente a los Tribunales de Justicia de Limón a inicios del 2024.
Meléndez León, de 55 años, operó en Costa Rica durante una década y era el cabecilla de una célula del peligroso Clan del Golfo. Era considerado uno de los Siete Tiburones del Pacífico, que controlan las rutas del narcotráfico desde Colombia, a través de las aguas del Pacífico.
Este sujeto colombiano, naturalizado costarricense desde el 2006, fue capturado en setiembre, cuando agentes judiciales allanaron su casa en Ciudad Colón de Mora, señalado por liderar una organización dedicada al narcotráfico, lavado de activos y robo agravado. Otros 10 sujetos fueron detenidos ese día en la causa conocida como caso Shark (tiburón en inglés).
Su nombre no solo figura en ese expediente, sino que también aparece en el legajo 21-000451-0472-PE, seguido contra Leonardo Antonio Joseph Méndez, alias Chombo. Allí se conocieron conversaciones telefónicas de Alexi, alias Volvo o Comando, con miembros de una banda dedicada al tráfico internacional de estupefacientes.
En dicho caso, según las indagaciones de la Policía Panameña, el 19 de octubre del 2017 se interceptó la lancha rápida La Bendición III en las cercanías de Bocas del Toro, la cual contenía 934 kilogramos de clorhidrato de cocaína, “siendo que producto de las intervenciones telefónicas ordenadas por una Corte Federal de los Estados Unidos (a solicitud de la DEA), vincularon una conversación entre los miembros del grupo criminal, entre ellos Alexis Meléndez León, agrega el expediente del caso Shark, del cual La Nación tiene copia.
Chombo, por su parte, también era un objetivo de la agencia antinarcóticos de los Estados Unidos (DEA) y posterior a su muerte, acaecida el 27 de febrero, se conoció en la prensa que colaboraba con la banda colombiana “La Organización”, donde se encargaba de la coordinación de cargamentos de cocaína desde Colombia a lo largo de la costa caribeña de Costa Rica, para su posterior transporte a Nicaragua y Honduras.
El día de su muerte, Chombo acudía a los Tribunales de Limón para cumplir con su obligación de firmar periódicamente. Lo acompañaban dos hombres identificados como Joseph y González, quienes aparentemente actuaban como sus guardaespaldas. Al descender de un vehículo todoterreno (4x4), fueron emboscados por al menos cuatro atacantes. Los agresores, que se desplazaban en otro vehículo de color blanco y portaban armas de grueso calibre, abrieron fuego, impactando tanto a las víctimas como a la estructura del edificio judicial.
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Alias Chombo
Chombo era un personaje conocido por las autoridades. En junio del 2023, agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) allanaron sus propiedades en Liverpool y Moín, donde decomisaron varios bienes utilizados presuntamente para lavar dinero del narcotráfico.
El inventario incautado incluía una draga valorada en ¢120 millones, dos cuatriciclos, una motocicleta, seis pantallas, una lavadora, una secadora, una cama de masajes, un dron y 17 cabezas de ganado, las cuales se vendieron inmediatamente por ¢12 millones.
En ese operativo, las autoridades también buscaban detener a Chombo, pero no lo lograron ubicar; no obstante, horas después el hombre se entregó voluntariamente. A pesar de la prisión preventiva impuesta en ese momento, un juez lo liberó días más tarde y le impuso utilizar el monitoreo electrónico como medida cautelar.
El 24 de noviembre del 2023, su hermano, Junior Alonso Joseph Méndez, de 36 años, también perdió la vida en un ataque armado mientras se encontraba en un taller mecánico en un sitio conocido como el Túnel, en Colina de Limón.
Después del asesinato de su hermano menor, Chombo, aparentemente llevaba armas consigo, ya sea para defenderse de posibles ataques o para vengar la muerte de Junior a manos de los presuntos responsables.
El tiburón detrás de las rutas del narco
Por su parte, los operativos del caso Shark se ejecutaron el 17 de setiembre de 2024, cuando agentes del OIJ y el Ministerio Público realizaron 23 allanamientos en Ciudad Colón, Agua Zarcas, Pital, Escazú, Alajuela y La Palmera. El objetivo era desarticular al grupo comandado por Alexi Meléndez.
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Meléndez llevaba una vida discreta en Ciudad Colón. Aunque sus vecinos lo describían como un empresario bien vestido, su nombre figuraba entre los más buscados por Estados Unidos, Costa Rica y Colombia debido a sus conexiones con el crimen organizado, especialmente el Clan del Golfo.
Este grupo es una de las organizaciones criminales más grandes de Colombia, centrada en el narcotráfico y la extorsión. Fundada en 2007 por Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, surgió tras la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). A pesar de las capturas de líderes como Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, la estructura sigue activa con aproximadamente 1.900 miembros y operaciones en 28 países.
En Costa Rica, Meléndez y su grupo facilitaban la recepción de cargamentos de cocaína desde Colombia y su reexportación a Europa. Según las autoridades, utilizaban contenedores de piña para camuflar la droga, aprovechando empacadoras en Pital de San Carlos.