Clientes de Viajes Colón y su subsidiaria Clubes Colón, reclaman que la agencia los limita a realizar solamente viajes nacionales y a destinos seleccionados por la organización.
Así lo denuncian José Edgardo Espinoza, Ana Julieta Escobar, Sira Monge y Yanick Lescouflair. En el caso de Espinoza, quien fue “cliente triple A” de la empresa por 23 años, tiene $10.000 a su favor para canjear por viajes; no obstante, reclama que las trabas han sido la tónica en su deseo de viajar a Francia.
Espinoza aseguró que, cuando decidió viajar a París para el bautizo de una nieta, se topó con problemas para agendar las fechas, incluyendo la imposibilidad de viajar por aire a Europa. Al sentirse víctima de una injusticia, Espinoza decidió plantear una denuncia ante el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), pero hasta hoy no tiene respuesta.
“Cuando fui a facturar los boletos me dijeron que no estaban facturando boletos aéreos, que lo iban a hacer hasta 2023, pero sólo por la vía terrestre. ¿Pero qué? ¿Voy a ir a Francia en bus o en carro? Es ridículo. Yo tenía cierta relación con los dueños, incluso coincidimos en algunos viajes, pero ahora no aparecen por ninguna parte, ellos no dan la cara. A los pobres empleados los ponen a mentir. Ya no contestan los teléfonos, pero siguen vendiendo clubes”, reclamó en entrevista con La Nación.
Al respecto, la empresa rechaza este tipo de reclamos y asegura que, por la pandemia, la atención a los clientes es más lenta, pero se siguen honrando los compromisos.
Al 16 de enero, en el sitio web de la Caja Costarricense de Seguro Social, la sociedad anónima “Agencia de Viajes Colón S. A.”, con cédula jurídica 3101032032, registra una deuda de ¢273 millones en cobro administrativo, mientras que la subsidiaria “Clubes Colón Sociedad Anónima”, cédula jurídica 3101081048, reporta una deuda de ¢675 millones en cobro judicial.
Aunado a lo anterior, según datos suministrados por el MEIC, “Agencia de Viajes Colón” cuenta con 60 denuncias en su contra ante esa institución, que sumadas con las 76 denuncias de “Clubes Colón Sociedad Anónima”, acumulan 136 denuncias planteadas, todas ellas por el rubro de incumplimiento contractual. El Ministerio aseguró que 24 de las denuncias se encuentran activas, no obstante, 112 de ellas ya fueron archivadas, aunque no especificaron el motivo.
“Nunca tuve ningún problema, fui un cliente excelente. Ellos no están dando servicio a los clientes. Yo hice una denuncia ante el MEIC, pero no he recibido ninguna información. En la denuncia que planteé puse un aproximado de $10.000, pero podría ser más, porque incluso fui a la agencia y pedí un histórico de todos los clubes que les he comprado y los que tengo pagos.
“Hubo una reunión el martes (23 de noviembre) frente a las instalaciones de la agencia y nos echaron la policía, tenían unos matones de guardia privada. Yo estoy recién operado de los ojos y casi me quitan los anteojos porque era prohibido pasar con anteojos oscuros. Era una cuestión pacífica de 15 personas con pancartas”, reclamó el entrevistado a finales del año pasado.
“Yo dejé de pagar por consejo de alguien que trabajaba en la agencia”
Sira Monge también es clienta de la agencia Viajes Colón, ella planeaba desde 2019 canjear sus ahorros para viajar por España, Francia y Turquía. No obstante, cuando se acercó a la compañía, le dijeron que tenía que esperar, “porque en ese momento estaban en unos arreglos administrativos y que solamente podían cubrirnos el hotel, no el pasaje aéreo”.
Ella, de manera comprensiva, decidió aplazar su viaje para dar tiempo a la agencia en la que confiaba. “En eso se vino la pandemia y tuvimos que dejar todo en pausa, pero cuando volví a retomar la iniciativa, ya me salen con que sólo se iba a poder reservar en hoteles de Costa Rica y en los que ellos dijeran, pero yo no firmé el contrato así”, reclamó la jubilada.
Además añadió: “Tengo dos clubes pagados y uno muy adelantado. Yo dejé de pagar el club que tenía a medias por consejo de alguien que trabajaba en la agencia, que me dijo que las cosas andaban mal, que la administración había hecho mucho desorden, obviamente no voy a decir qué empleada me lo dijo. Ellos tienen que asumir sus responsabilidades, si yo firmé un contrato tengo derecho a decir dónde y cuándo voy. A mí me adeudan un poco más de ¢3 millones, y para mí es un montón, porque soy una persona pensionada”.
En el caso de Ana Julieta Escobar, ella asegura que le deben alrededor de $800 que sobraron de un club que ya había pagado. Tras mucha insistencia, sus llamadas telefónicas fueron contestadas, momento en el que fue asignada a una lista de espera, pues “no es como antes que uno escogía”, sino que su elección se ve limitada por la oferta de la compañía. Sin embargo, hasta ahora no la han llamado.
“Antes si uno tenía dinero acumulado de un club podía comprar artículos en la tienda de la agencia, pero ya esa tienda no existe tampoco. Me he enterado que mucha gente que trabajaba ahí, que uno conocía y que sabía que eran buenos agentes, ya no está”, lamentó la entrevistada.
Por su parte, Yanick Lescouflair, detalló en entrevista con La Nación que logró solventar el canjeo de su dinero por un viaje nacional, no obstante, la situación que vive su madre no es tan afortunada.
“Yo quería gastar el dinero en un tiempo récord porque veía venir el asunto que estaba medio espeso. Ellos me llegaron a ofrecer y yo fui una de las que acepté las condiciones de ellos, pero mi mamá está peor. Lo mío eran sólo $2.000 y lo gasté en Costa Rica, pero mi mamá pagó $4.000 para ir fuera del país, pero ahora le dicen que no se puede, que escoja un lugar dentro del país”, declaró Lescouflair, que también sostiene ser clienta “AAA” tras años de ser usuaria de la agencia.
La entrevistada aseguró que su madre no está dispuesta a renunciar a su meta de viajar fuera de nuestras fronteras.
“Mi madre quiere salir del país y se lo tienen que dar porque ese fue el contrato inicial. Ella lo tiene que seguir pagando, le dicen que siga pagando, pero no puede ir. Mi mamá tiene 70 años, no le pueden decir que hasta dentro de dos años, porque uno no sabe si va a estar viva o si no va a tener la movilidad para irse. Es una falta de respeto”, analizó la mujer.
En su caso, asegura que la limitaron a utilizar el dinero en tractos, a menos que brindara un fiador, a pesar de que por años viajó sin necesidad de dicho requisito gracias a su excelente récord crediticio con la agencia. Lescouflair reconoció que su inconveniente con la compañía se logró resolver “a pesar de los colerones” por llamadas no atendidas y lo que considera pretextos para no atenderla, pues “no hay nadie cara a cara”.
La Nación contactó con Sara Valverde, una de las dueñas de la compañía, quien aseguró que “los clientes son de Clubes Colón S. A., no de Agencia de Viajes Colón, y que se trata de dos empresas diferentes. El contrato del cliente es con Clubes Colón, Agencia de Viajes Colón es quien brinda el servicio cuando Clubes Colón lo autoriza.
“Con la pandemia hemos tenido cero ingresos, efectivamente tuvimos que hacer ajustes de política diferentes de los que veníamos haciendo antes de la pandemia, nosotros redujimos la planilla un 70% y el 30% que tengo aún trabajando está a media jornada. Sí hemos hecho utilizaciones, lo que pasa es que el tiempo y la forma en que el cliente estaba acostumbrado, para nosotros ahorita es un poco más complicado. Pero hemos atendido una gran cantidad de personas”, aseguró la propietaria. Valverde también negó que se haya limitado a ningún cliente a viajar sólo por tierra.