Fabio Ríos Garro, el sospechoso de asesinar a su pareja, Fernanda Sánchez, y a su hija de 12 años, Raisha Ríos, reaccionó con tranquilidad cuando los policías le dijeron que Fernanda había muerto, aseguró este martes Marcos Cárdenas Solano, el vecino que primero llegó a la casa en llamas donde poco antes ocurrió el doble homicidio, el 30 de julio del 2020, en San Pablo de León Cortés.
Cárdenas relató al Tribunal Penal de Cartago que ese día le llegó un olor a humo muy fuerte y notó que desde la casa de Ríos salía humo negro.
“La puerta del frente estaba cerrada, yo llamaba a Fernanda, a Raisha, me dirigí a un lado donde estaba la galera en la que guardaban el carro y logré ver que la puerta estaba abierta, ya la casa tenía mucho fuego. En esa puerta que estaba abierta, vi un manchón de sangre como que ya lo había absorbido la tierra”.
“Agarré el teléfono y lo llamé (a Ríos), me contestó y le dije que la casa se estaba quemando. Él decía que se la apagara, pero le dije que no porque era mucho y que llamara a los Bomberos”, contó.
LEA MÁS: Joven relató cómo sospechoso habría asesinado a Fernanda y Raisha en León Cortés
Cárdenas luego se dirigió a la puerta del frente, que estaba cerrada, y la abrió a patadas, pero adentro había muchas llamas y retrocedió. Agregó que al llegar Ríos, su reacción fue preguntar por “mi chiquita, ¿adónde está mi chiquita?”, y su vecino le respondió que en la casa no había nadie.
Luego, llegó el hijo de Ríos con un bombero en un vehículo particular. Poco después, encontraron los cuerpos de Fernanda y Raisha en un guindo, a unos 200 metros de la casa.
“Yo estaba cuando encontraron el cuerpo de Fernanda. Él se preocupaba, pero por la niña. La reacción de él cuando le dijeron que estaba muerta (Fernanda) fue que siempre se mantuvo tranquilo, solo se preocupaba por la niña”, contó.
Ríos, de 55 años, habría comentado que el incendio lo provocó Fernanda y que “lo había dejado sin nada”.
Declaraciones coincidentes
Los días 4 y 5 de diciembre había testificado Randy Ramírez Coto, agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) encargado del caso, quien aseguró que Ríos guio a los policías hasta donde estaban los cuerpos, y les dijo que Fernanda “seguramente, se jaló una torta, le mató a su hija y se pudo haber suicidado”.
Similar a lo dicho por Cárdenas, Ramírez recordó que el imputado estaba tranquilo el día del crimen y “no mostró ningún dolor” cuando los cuerpos pasaron al frente suyo.
Este martes declaró, además, Noel Ureña Zúñiga, jefe de la Estación de Bomberos de San Marcos de Tarrazú, encargada de atender el incendio en San Pablo.
Ureña detalló que el siniestro ocurrió pasadas las 2 p. m. de aquel 30 de julio del 2020, y que él estaba en su casa, por lo que llegó en su vehículo antes que el camión de bomberos.
“En apagar el incendio, se tardó una hora y media. La escena se nos convirtió en dos: el incendio y el rescate de los cuerpos. En el incendio decidimos hacer un control defensivo sin exponer al personal, y en relación con la recuperación de los cuerpos, llevamos cuerdas y se bajaron tres personas: mi compañero, uno de Cruz Roja y uno de Rescate Urbano Costa Rica”, explicó el bombero.
Según el Ministerio Público, Ríos asesinó a Fernanda, de 31 años, al agredirla en la cabeza con un objeto contundente, y luego hizo lo mismo con Raisha, al descubrir que la niña había visto el crimen de su madre. En apariencia, tiró los cuerpos por el precipicio y luego incendió la casa.
Este martes también declararon los peritos del Cuerpo de Bomberos, Priscilla Marín Moreno y John Steven Picado, quienes descartaron que el incendio haya sido consecuencia de una falla eléctrica.
Marín aseguró a los jueces que los indicios en la zona del incendio no permiten identificar qué causó específicamente las llamas, aunque en su inspección en la casa encontró pedazos de tela en la cocina, así como botellas con thinner, pintura y aguarrás.
El juicio continuará este miércoles. Están programados para declarar dos oficiales de Fuerza Pública y dos vecinas de la zona.