Con dos homicidios motivados por el robo, ocurridos entre la tarde y noche del lunes, en Pococí, Costa Rica llegó a 606 asesinatos este año. Significa, para estupor de la ciudadanía y las autoridades, un nuevo récord histórico en este tipo de criminalidad, pues el año con más casos había sido el 2017, que cerró con 603.
En una finca de Anita Grande, distrito de Jiménez, ultimaron este lunes a José Joaquín Montero, de 74 años, en cuya casa violentaron la caja fuerte y se robaron dinero y herramienta para ebanistería. Pocas horas después, en La Rita de Pococí, mataron a Jordy Viales Juárez, de 29 años, para despojarlo de la moto que conducía.
El joven salió de su casa hacia la pulpería a las 6:55 p. m. De repente los familiares escucharon varias detonaciones. Al ver que Viales no regresaba, lo salieron a buscar y hallaron las sandalias tiradas en la vía pública, por lo que rastrearon la zona y lo encontraron fallecido en un charral cercano. La moto no apareció.
Daniel Calderón, viceministro de Seguridad Pública, reconoció estar muy preocupado por el incremento en el número de muertes, aunque afirma que la forma correcta de medir los homicidios es por tasas, es decir la cantidad de decesos por cada 100.000 habitantes. Aunque la misma subirá, posiblemente de 11,5 a 12, todavía es baja en relación con otras naciones del istmo, estimó.
Calderón dijo que pese al decomiso de 1.962 armas de fuego y 7.500 armas blancas por parte de la Fuerza Pública en operativos en todo el país, no se pudo quebrar la tendencia al alza en homicidios de los últimos cinco años.
Entre las características particulares de este 2022, está el hecho de que octubre sumó 69 homicidios, más de dos por día y esa también es la marca mensual más alta desde que se tienen registros. Ese mes hubo asesinatos en las siete provincias y en cinco escenas la Policía encontró dos víctimas.
Con la actual tendencia y con base en los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la tasa de homicidios sí podría llegar a 12 muertes por cada 100.000 habitantes, valor que solo se había alcanzado en el 2017. Lo ideal es que la tasa no pase de 10.
En promedio, cada 14 horas se registra la muerte de una persona por causa homicida y el arma más usada es la pistola calibre 9 milímetros.
¿ Medidas menos blandas ?
Calderón afirmó que desde el ámbito judicial esperaría medidas más severas contra las personas detenidas, pues una y otra vez los policías administrativos capturan a sujetos que tienen procesos penales pendientes por crimen organizado, homicidios, robo agravado y tentativas de homicidio, los cuales andan libres por las calles.
“¿Qué sentido tiene dejar con monitoreo electrónico a estas personas, si no se les limita el área geográfica y pueden movilizarse por todo el país?”, cuestionó.
El exministro de Seguridad Pública, Mario Zamora, llamó a fortalecer los tribunales de flagrancia ante el aumento exponencial de los homicidios y otros delitos. Dijo que constituyen una respuesta y urge retrotraerlos.
Michael Soto, exministro de Seguridad y subdirector del OIJ, estimó que probablemente el año cierre con 625 homicidios y más del 56% serían por casos de drogas. Le preocupa lo que ocurre en Limón, donde se triplica la tasa nacional de homicidios y el auge de violencia en Puntarenas.
Consideró que no es fácil revertir la criminalidad y que el fenómeno es similar en otras naciones. “Latinoamérica es la región más violenta del planeta, sin que exista un conflicto bélico - militar”, puntualizó.
Golpes múltiples
En lo que va de este año hay 34 escenas delictivas con homicidios múltiples, de ellos 28 con dos víctimas, dos de homicidio triple, dos cuádruple, una de cinco muertes y otro de ocho, en Matama de Limón.
Este último es el más grave del que se tenga registros, superando las masacres de siete mujeres en Alajuelita ocurrido el 6 de abril de 1986, o la del 17 de octubre del año pasado en Llano Bonito, distrito de Brunka, Buenos Aires, donde murieron seis.
La Finca Los Pintos, carretera a La Bomba, Matama, fue escenario el 2 de marzo de un tiroteo que cobró la vida de Danny Alexánder Hernández Fernández, alias Ratón, un reconocido narcotraficante de Limón, a quien mataron a balazos junto con otras siete personas con edades entre 21 y 51 años. Por ese caso se detuvo a cuatro sospechosos, tres de ellos venezolanos.
De mantenerse la actual tendencia, este sería el segundo año consecutivo en que Limón supera en asesinatos a San José. Lo anterior debido a un crecimiento de casos en el Caribe, mientras que San José es la única provincia que ha mantenido, desde el 2015, una baja sostenida de homicidios al pasar de 258 en ese año a 130 en el 2021 y 110 en lo que va de este año.
Por el contrario, esta es la primera vez que los registros históricos de Alajuela sobrepasan el centenar de homicidios. Otra provincia con números rojos nunca vistos es Guanacaste, que lleva 54 casos, cuando su tope más alto era del 2017, con 48.
Hasta el momento Alajuela, Puntarenas, Limón y San José ya tienen más de 100 casos cada una y en ellas se concentra el 76% del total de asesinatos ocurridos.
Ajustes de cuentas disparan las cifras
Cuatro provincias concentran 76% de muertes
FUENTE: OIJ y MSP || Infografía / LA NACIÓN.
Multicausalidad
Las facetas de este tipo de criminalidad son variadas, pero prevalecen los ajustes de cuentas y venganzas, mayoritariamente relacionadas con la disputa de territorios para la venta de drogas. Según cifras del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) el 56% de los casos se deben a esa causa, seguida por riñas o discusiones (15%), donde han muerto 99 personas.
Por asaltos, robos y otros delitos, la cifra hasta el momento es de 54 víctimas, lo que constituye un 7% del total. Entre los casos con más repercusión está el de Marco Calzada, de 19 años, quien murió al ser apuñalado el 2 de julio, en la entrada del barrio chino en San José.
En un caso parecido, dos delincuentes mataron a Luis Enrique Méndez Ovares, de 17 años, quien recibió un disparo el 25 de noviembre, al defender a una compañera de colegio en Gravilias de Desamparados, a quien le iban a robar el celular.
Por violencia doméstica, donde se cuentan los feminicidios y otros casos en en que las víctimas son parientes entre sí, se contabilizan hasta el momento 20 muertes. Son parte de los hechos más difíciles de prevenir por parte de la Policía, pues suelen ocurrir a lo interno de las viviendas.
La lucha contra el hampa a veces lleva a enfrentamientos donde generalmente mueren delincuentes. Este año hay 18 víctimas en esa categoría, mientras que el año pasado cerró con 15. Por último, hay unos 74 homicidios cuyo motivo todavía se desconoce y se clasifican como muertes indeterminadas, el año pasado fueron 56.