El alias de 23 es realmente particular. A simple vista no tiene mayor ciencia, lo cierto es que de esa forma llaman en el mundo delincuencial a un joven de 24 años, apellidado López Bolívar, quien según fuentes policiales, es un presunto sicario de la banda de Alejandro Arias Monge, conocido como Diablo.
A su corta edad, este muchacho oriundo de Cocal de Siquirres, Limón, acumula en sus registros datos sobre diversos ilícitos. Daniel Calderón Rodríguez, viceministro de Seguridad y director de la Fuerza Pública, manifestó que solo en el cuerpo policial que dirige le han hecho 18 informes por tenencia de droga en pequeñas cantidades, agresión y portación ilegal de arma de fuego permitida.
Además, tanto el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) como la Fiscalía confirmaron la existencia de un proceso penal en su contra por el presunto delito de robo agravado. Esa investigación se agrupa dentro del expediente 22–000151–0486–PE.
Inicialmente, López estuvo en prisión preventiva por este caso desde el 3 de marzo anterior; no obstante, el 26 de mayo quedó libre y, a pesar de las gestiones del Ministerio Público para extender su encarcelamiento temporal, el Juzgado Penal y el Tribunal, ambos en Pococí, se inclinaron por otras medidas cautelares, entre estas mantener un domicilio fijo en Siquirres, presentarse a firmar cada 15 días al despacho judicial y permanecer en Costa Rica.
La audiencia preliminar por esta causa está programada para el próximo 1.° de agosto, confirmó la Fiscalía Adjunta de Pococí, que presentó la acusación con la solicitud de apertura a juicio por el aparente ilícito de robo agravado.
Lo cierto es que el sábado anterior, este joven se encontraba incumpliendo una de sus medidas cautelares, pues estaba en Huacas de Tempate de Santa Cruz, Guanacaste, a 357 kilómetros de Siquirres.
Ese día, de acuerdo con las primeras diligencias de investigación, López participó junto con otros dos hombres en una masacre que cobró la vida de cinco personas de una misma familia, quienes, en su mayoría, apenas tenían ocho días en Costa Rica.
Se trata de Miguel Jarquín Cardoza, cuya edad no trascendió, Pedro Hernández Cardoza (42 años), Amparo Cardoza Orozco (55), Isidro Orozco Loáiciga (29) y Jonathan Cardoza Rivas (25).
Al parecer, su homicidio fue un error, pues los primeros indicios judiciales, obtenidos por medio de múltiples diligencias determinaron que el verdadero objetivo de López, otro sujeto de apellidos Rojas Valverde (21 años) y un tercer hombre que permanece en fuga, era unos presuntos vendedores de droga que hace pocos días se fueron de la casa que empezaron a alquilar las víctimas. Sin embargo, esa versión permanece en investigación.
Posterior al crimen, se desplegó un operativo que permitió ubicar en una vivienda a alias 23 y Rojas, quienes inmediatamente fueron detenidos. En el inmueble en que ellos estaban, los agentes judiciales encontraron debajo de una cama un fusil de asalto AK–47, una pistola calibre nueve milímetros y un subfusil Mini Uzi.
Justamente, este martes trascendió que tanto López como Rojas descontarán al menos seis meses de prisión preventiva, según determinó el Juzgado Penal de Santa Cruz.
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Poderío del Diablo
Aunque las pesquisas del homicidio múltiple siguen en desarrollo, se sabe que Arias Monge ha extendido su poderío a varias partes de Costa Rica y Guanacaste no es la excepción. El hecho de que esté detrás de esta masacre no se ha confirmado, pero tampoco descartado, ya que a pesar de una incesante cacería policial su paradero es desconocido.
Diablo salió de la cárcel La Leticia, hoy Centro de Atención Institucional (CAI) Carlos Luis Fallas, en Pococí, Limón, la tarde del viernes 28 de octubre del 2016, tras cumplir año y dos meses de prisión preventiva. Estaba preso como sospechoso de participar en dos asesinatos.
Esa fue la última vez que este individuo, en la actualidad de 37 años, y según el Registro Civil, vecino de Campo Cinco en Cariari, Pococí, estuvo bajo control de las autoridades.
Desde entonces, empezó una meteórica carrera delincuencial que lo llevó a ser señalado como un hombre violento, peligroso y a quien se busca para someterlo a la justicia, pues enfrenta cargos por homicidios, amenazas y narcotráfico, entre otros.
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A finales del 2021, la Policía Judicial reconoció que “la guerra narco” entre su banda y la de un hombre conocido como Pechuga, apellidado Moreno Borbón, había desatado una ola de violencia en Sarapiquí (Heredia), Pococí, Guácimo y Siquirres.
Desde entonces, la cantidad de víctimas mortales en el Caribe permanece en ascenso y, pese a la intervención policial constante y detención de cómplices de Arias se han registrado balaceras con varias víctimas. Los casos aún se indagan, para determinar en cuáles está involucrado el grupo de Diablo, quien recluta a su personal en diferentes cantones, sin importar su edad y género.
Precisamente, las autoridades creen que el sujeto se aprovecha de la vulnerabilidad social para introducir a los muchachos a su grupo, como es el caso de alias 23, un joven humilde que comenzó a delinquir a muy corta edad.
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