El 2023 se convirtió ya en el peor año en cuanto a cifras de homicidios en el país. El jueves, a las 9:34 p. m., Fabricio Valverde Cerdas fue baleado mientras conducía un carro en Cartago y falleció más tarde en el Hospital Max Peralta. El hombre de 27 años es la víctima número 655 de asesinato, y con ese caso se superó el total registrado en los 12 meses del 2022.
El 2022 era, hasta el jueves, el año más fatídico en homicidios desde que se tienen registros, pero el 2023, cuando aún le quedan 100 días para terminar, lo superará con creces. Si la tendencia actual persiste, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) prevé que cierre con 938 casos.
Según el Departamento de Planes y Operaciones del OIJ, inicialmente se hablaba de que el año pasado sumó 656 fallecidos en homicidios. Sin embargo, el resultado de dos autopsias reveló que no se trataba de homicidios, sino que las muertes ocurrieron por otras circunstancias, por lo que el total de homicidios fue de 654.
Nueve de cada 10 víctimas son hombres, la mayoría de ellos con edades comprendidas entre los 18 y los 49 años, y suelen ser ultimados principalmente mediante el uso de un arma de fuego.
Cada uno de los nueve meses de este año cerró con un mayor número de muertes por homicidios en comparación con el mismo mes del año pasado. El más dramático hasta ahora fue abril, que registró 87 crímenes, prácticamente tres por día, lo cual supera significativamente los 50 contabilizados en el mismo mes del 2022.
Los ajustes de cuentas o venganzas, muchos de ellos derivados de luchas entre organizaciones de crimen organizado y narcotráfico, son las principales causas de esta violenta ola criminal (66%). Muy por detrás en la estadística le siguen las riñas (14%), las muertes derivadas de la comisión de otro delito, como un asalto, por ejemplo (9%), y la violencia doméstica, entre otras causas.
¿Qué dicen OIJ y ministro?
El director del OIJ, Rándall Zúñiga López, atribuye lo que ocurre en San José a las luchas entre bandas. Una de estas bandas, encabezada por dos hermanos de apellidos Lara Villanea, controla desde prisión a aquellos que heredaron el negocio ilícito en Sagrada Familia y sus alrededores, y se les atribuyen al menos 25 homicidios.
Mientras tanto, en Puntarenas y Guanacaste, el incremento en la criminalidad se debe a la lucha generada entre bandas de Limón que llegan a esas provincias en busca de nuevos mercados y disputan a muerte los territorios con las bandas que ya estaban establecidas allí. En los últimos 15 días, tres personas han aparecido mutiladas y quemadas, y su identidad no ha trascendido.
Limón tiene la particularidad de tener organizaciones muy fuertes dedicadas al trasiego de cocaína hacia Europa por los muelles locales, así como a la venta de marihuana procedente de Colombia y de Jamaica.
Mario Zamora Cordero, ministro de Seguridad, expresó que Costa Rica viene rompiendo su récord de homicidios año tras año y este 2023 no será la excepción. Añadió que no hay respuestas “mágicas” de corto plazo que puedan revertir esta tendencia.
Considera que las respuestas realistas parten de la reorganización y otorgamiento de recursos policiales, el uso de escáneres y de alta tecnología en video protección.
Considera necesaria una actualización y modernización de la normativa penal, el reforzamiento de la infraestructura penitenciaria y muy especialmente en profundizar la prevención del delito dentro del tejido social.
Encuesta dice que empeora inseguridad
Este deshonroso récord ocurre a pocos días de que se divulgara la más reciente encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), de la Universidad de Costa Rica (UCR), la cual indica que el 27,8% de los costarricenses considera que la inseguridad y la delincuencia son el principal problema del país.
San José concentra hasta hoy la cuarta parte de los homicidios del país y constituye el principal detonante de la nueva cifra récord del país. Lo anterior da al traste con los logros en esta provincia a lo largo de cinco años de un riguroso control en los barrios del sur, el casco central y otros lugares como Goicoechea, Desamparados, Alajuelita y Escazú.
Aunque San José es la provincia con más muertes en la actualidad (163), superando a Limón (159), el hecho de que en la provincia caribeña la población sea apenas de 470.000 habitantes, comparada con los 1,6 millones de San José, hace que la tasa de homicidios de Limón esté por encima de 33 por cada 100.000 habitantes y en San José sea de 12,6 por cada 100.000 habitantes, similar a la tasa nacional.
Las muertes que cuentan en este Gobierno
El 14 de diciembre del 2022, cuando el país ya sumaba más de 600 muertos en homicidios, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, afirmó que a su gobierno lo debían medir por lo que sucediese a partir del 1.° de enero del 2023 y que así lo haría él con su ministro de Seguridad, Jorge Luis Torres Carillo.
Torres, quien estuvo a la cabeza de Seguridad apenas un año, había prometido bajar la tasa de homicidios. Para ello, el Gobierno convocó una conferencia de prensa multitudinaria desde el Parque de la Democracia y allí expuso la fallida propuesta de quitarle días libres a los policías, sin compensación económica, a cambio de que estuvieran más tiempo en las calles. Este componente del plan Costa Rica Segura se cayó en apenas dos días, luego de reiteradas protestas policiales.
Tras la salida de Torres, asumió Mario Zamora, ministro de Seguridad para el periodo 2011-2014, durante el gobierno de Laura Chinchilla Miranda. Entre sus primeras acciones, anunció un trabajo conjunto con la Fiscalía, el OIJ y la Fuerza Pública para sacar de las calles a delincuentes y asesinos en la provincia de Limón; sin embargo, la estrategia no ha rendido frutos.
El trabajo incluye un reforzamiento policial en el Caribe desde el 25 de mayo para tratar de bajar la tendencia nacional. A partir de ese día y hasta hoy han ocurrido 301 asesinatos, es decir 148 casos más con respecto a igual periodo del 2022, lo que demuestra que el objetivo no se cumplió.
Con excepción de Alajuela, que tiene 74 homicidios, siete menos que en igual periodo del año pasado, el resto de provincias supera con creces la cantidad. Después de San José y Limón, Puntarenas es la tercera provincia con más casos (106), luego está Guanacaste (67), Cartago (50) y Heredia (36).
Entre los homicidios registrados en Puntarenas, la mitad de ellos han ocurrido en la cabecera de la provincia, siendo los distritos de Chacarita, Barranca y El Roble los más afectados. Estas áreas se enfrentan a problemas persistentes relacionados con la venta de drogas, la pobreza y el desempleo, factores que contribuyen a la compleja situación de seguridad que se vive en la región.
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