Tortuguero. Al llegar agosto del 2018, la turista española Arancha Gutiérrez López emprendió un viaje de 8.400 kilómetros para disfrutar de unas vacaciones en Tortuguero de Pococí, Limón.
Partió del municipio de San Fernando de Henares, a 15 kilómetros de Madrid, junto con familiares y amigos, y el 2 de agosto se instalaron en el hotel Laguna Lodge.
Luego de dos días en la zona, Gutiérrez madrugó para hacer ejercicio y en el camino fue interceptada por un sujeto de apellidos Díaz Hawking, quien según la acusación del Ministerio Público la tomó a la fuerza, la introdujo a un sendero con el objetivo de violarla y, como ella opuso resistencia, la asfixió.
Díaz, un nicaragüense indocumentado, de 34 años, quien trabajaba en otro hotel de la zona, descuenta prisión preventiva actualmente y, pese a que la acusación está finalizada, aún no hay fecha de juicio.
“La acusación por la muerte de la turista se encuentra finalizada desde febrero anterior; sin embargo, el Juzgado Penal de Pococí no la ha recibido, pues falta incluir una prueba que solicitó a España la defensa del imputado.
“Una vez que se recabe, se podrá remitir al Juzgado con la solicitud de apertura a juicio”, explicó la Fiscalía por medio de su oficina de prensa.
Esas pruebas son informes para conocer si la víctima, de 31 años, dejó algún testamento, si contaba con seguros de vida o bienes a su nombre.
Hoy, 365 días después de un crimen que puso a Costa Rica en la mira internacional, los pobladores de Tortuguero siguen clamando por más seguridad, a pesar de que el Ministerio de Seguridad Pública (MSP) aumentó la cantidad de policías en el pueblo y de que las denuncias por diversos delitos disminuyeron.
Esmeraldino Matarrita, quien trabaja como guía turístico en el lugar, alzó la voz y aseguró que los sucesos registrados durante el año pasado afectaron la imagen de la comunidad.
“Después de algunos hechos, como el crimen de la turista, hubo hoteles que invirtieron en seguridad, pero la Policía de aquí que va, a veces andan en cuadraciclo, pero no hacen nada”, reclamó.
Añadió que, en ocasiones, la Policía hace detenciones y en pocas horas las personas involucradas con situaciones ilícitas regresan al pueblo como si nada, por lo que para él el problema de inseguridad persiste.
Al reclamo de este hombre se suman las voces de Yeimy Hernández y Marlene Gago.
La primera, quien es cocinera en un hotel, reclamó que la delincuencia les perjudica en su vida diaria.
"El cajero, por ejemplo, se lo robaron (desde finales de febrero anterior) y desde entonces no hay, y no hay cómo sacar dinero en efectivo”, manifestó Hernández, quien es madre de cuatro menores de edad.
En tanto, Gago, quien hace labores de limpieza en las cabinas de la zona, transmite sus temores a los turistas y por eso les recomienda no portar objetos valiosos, como las cámaras, para no atraer a los delincuentes.
Día del crimen
4 de agosto del 2018
Arancha Gutiérrez salió con ropa deportiva hacia la playa.
Conversa con otra española de apellido Cuadrado en el camino.
Es interceptada por un hombre de apellidos Díaz Hawking, quien la introduce a un sendero.
Gutiérrez aparece sin vida en el sendero.
Díaz es detenido como sospechoso de los hechos.
FUENTE: OIJ E INVESTIGACIÓN PROPIA. || Eillyn Jiménez y Édgar Jiménez. / LA NACIÓN.
Números positivos
Nelson Barquero, director regional de la Fuerza Pública en el Caribe, considera que el sentir de la población obedece a una percepción de inseguridad que existe en todo el país y le apuesta a mejorar la comunicación entre vecinos y autoridades.
Precisó que la Fuerza Pública de Tortuguero cuenta en total con 30 oficiales, cinco más que hace un año, cuando eran 25, mientras que la Policía Turística tiene dos efectivos adicionales.
“Después del crimen se le dieron tres botes a la Policía y la cantidad de policías aumentó, cinco en Fuerza Pública y dos en Policía Turística.
“Además, nosotros contamos con un rol para patrullajes en la zona, donde los recorridos son constantes en la mañana, tarde y noche, tanto en botes, como en cuadraciclos”, manifestó el jefe policial.
Barquero detalló que en Tortuguero, donde los hurtos por descuido son los delitos más comunes, las cifras han bajado y eso obedece en buena parte a los operativos conjuntos con otros cuerpos policiales.
La versión del jerarca policial coincide con datos brindados por la Unidad de Análisis Criminal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que registra una disminución en las denuncias por hurtos y robos, así como pocos casos por otros delitos como asalto, agresión, homicidio, violación y otros.
En el caso de los hurtos se pasó de 23 en el 2017 a 19 el año pasado, mientras que hasta el 29 de julio de este año se registraban seis denuncias.
Los robos, en tanto, significaron la apertura de 22 casos en 2017, 13 en 2018 y seis hasta el lunes anterior.
Asimismo, el único crimen registrado desde el 1.° de enero del 2017 y el 29 de julio del año en curso fue el de Arancha Gutiérrez.
No obstante, los números parecen ser insuficientes para los lugareños. Steve Rojas, por ejemplo, tiene 30 años de laborar en turismo y asegura que hace falta seguridad.
“Al ser una zona aislada falta seguridad y, aunque hay policías, cuando se cambia de personal hay mucho detenido que regresa”, mencionó.
Pese a esta sensación de inseguridad, Rojas y Dennis Bermúdez, un botero de la zona, reconocen que el asesinato de la española no repercutió en el turismo y que son bastantes los extranjeros que llegan a la comunidad.
Consideran que la cantidad de trabajo es estable y que eso les permite llevar el sustento a su hogar.
Igual piensa Jossett Arias, recepcionista de Cabinas Tortuguero, quien considera que el flujo de turistas a la zona es regular y varia a lo largo del año.
Sin embargo, considera que debería haber más policías en la comunidad, especialmente en el mes de agosto, donde hay mucha visitación de extranjeros por ser época de desove de tortugas.
Turistas seguros
El Parque Nacional Tortuguero, una de las principales atracciones de esta zona del Caribe costarricense, recibe unos 83.000 extranjeros por año, según la última estadística publicada por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), con datos del 2017.
Para conocer su opinión sobre la seguridad, La Nación conversó con 10 turistas que se encontraban en la zona entre el 22 y 23 de julio.
Algunos brindaron su nombre, otros solo expresaron su sentir y dijeron caminar con tranquilidad por los senderos de la comunidad.
Joaquín Piña, un mexicano que tenía dos días en el lugar, expresó que al llegar a suelo tico y ver su itinerario solo le indicaron que en San José debía tener precaución. De Tortuguero no recibió advertencias.
“A lo largo del todo el día se puede apreciar que hay personal de seguridad a cargo y pendiente de lo que necesitamos como turistas mañana, tarde y noche”, afirmó.
Por su parte, Anahi Delgado, proveniente también de suelo mexicano, contó que al caminar observó policías en todo el camino.
Dos parejas de europeos también recalcaron que al transitar por el pueblo observaron policías y durante su estancia en la zona no observaron nada irregular.
Asimismo, coincidieron con Piña en que no fueron advertidos de riesgos de seguridad en Tortuguero.
En la acción civil resarcitoria plateada por los padres de Arancha Gutiérrez, cuyo nombre completo según los planteamientos legales es María Arantzazu, ellos reclaman que ni el hotel ni la agencia de viajes le hicieron advertencias a la fallecida sobre la inseguridad en la zona.
Por ello, los abogados de José Gutiérrez Marín y María del Pilar López Hernández estimaron los daños morales y emocionales en ¢250 millones y pidieron a un perito actuarial matemático calcular los perjuicios materiales, económicos y físicos.
En un recorrido de tres horas por un sendero paralelo a la playa, este medio observó la presencia de un equipo policial que se movilizaba en moto, el cual salió de la delegación, en el centro de la comunidad, y llegó hasta la pista de aterrizaje.
Además, en el centro de la comunidad hay varios oficiales de Policía Turística que velan por los turistas que llegan al atracadero.
Colaboró el periodista Carlos Arguedas.