Las niñas sobrevivientes a la masacre de Matapalo no podrán quedarse con la familia de su mamá. Así lo determinó el Patronato Nacional de Infancia (PANI) luego de investigar a los parientes que tienen para ver si alguno reunía las condiciones adecuadas para quedarse con la custodia de ellas.
"Lo primero que se hace cuando un niño debe ser ubicado es buscar familiares cercanos; sin embargo, las personas que se ofrecieron como recurso no tenían las condiciones que, para dos niñas que vivieron una situación tan traumática, se ocupan", indicó Elizabeth Ballestero, gerente técnica de dicha institución en una entrevista con este diario.
(Documental): Matapalo, a un año de la masacre
Esa situación ha generado que la familia de Yeimmy Jessica Durán Guerra, madre de las niñas, estén en una disputa contra el Patronato porque no les permiten ver a las menores.Primero, Ana Rosa Guerra, abuela de las pequeñas, interpuso un recurso de amparo ante la Sala Constitucional contra el PANI porque no la dejaban ver a las niñas el cual fue declarado sin lugar en la sentencia 2016005318, del 22 de abril del año anterior.
"Del estudio del expediente y del informe rendido bajo juramento se extrae que no son de recibo las afirmaciones y reclamos, planteados por los recurrentes. Por el contrario, resulta evidente que el Patronato Nacional de la Infancia, desde el inicio de su intervención en el presente asunto, ha priorizado el interés superior de las menores de edad involucrados en el proceso y ha adoptado las medidas necesarias para salvaguardar su integridad física, emocional y psicológica", dice el voto redactado por la magistrada Nancy Hernández.
Por su lado, el 2 de marzo del año anterior, el PANI entabló una demanda por violencia doméstica en contra de la abuela ante el Juzgado de Violencia Doméstica de Santa Cruz, por "haber tomado la decisión arbitraria de sacar del hogar de las niñas todos los bienes".
En una resolución de ese mismo día, el juzgado prohibió a Ana Rosa Guerra acercarse o entrar a la casa de sus nietas y ordenó hacer un inventario de los bienes sacados y también prohibió su venta o alquiler.
Por su parte, Gabriel Durán, hijo de Ana Rosa Guerra, conversó con La Nación, y comentó que en la familia quieren que las niñas queden con ellas.
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"El PANI no permite, aunque sea verlas por una ventana para ver que están bien. A nosotros nos gustaría que las niñas queden en la familia. Yo prefiero que con un hermano menor que vive en Quepos, él tiene capacidad. Pero no nos dejan ni verlas, como si nosotros fuéramos los asesinos", expresó.
Casa de la masacre quedó en abandono
La vivienda que el 16 de febrero del 2016 acaparó la atención nacional al ser el escenario de un atroz crimen en Matapalo, Santa Cruz de Guanacaste, quedó en abandono.
En la parte trasera, donde había gran cantidad de juguetes que utilizaban los niños, lo único que queda es un “play” en mal estado, rodeado de maleza, a la par de un rancho de cinc en el que vivía el asesino, Michael Adrián Salmerón.
Es una casa grande, situada en un terreno de 1.200 metros cuadrados. Tiene tres cuartos y un amplio corredor. La malla que cerca la casa tiene un hueco, aspecto que permite acercarse hasta el corredor de la casa.
Sin embargo, la puerta y las ventanas se mantienen bien reforzadas por verjas, eso evita que sea víctima de vandalismo. Esas ventanas quedaron tapadas por sábanas o pedazos de periódico, lo que hace que se pueda observar hacia adentro.
Asimismo, la puerta trasera, por donde entró la policía aquel 16 de febrero, fue cambiada y ahora hay una puerta metálica.
Futuro de la casa
Los únicos muebles que quedaron en la casa de la familia Beauchamp son las camas. Los demás, aparentemente se los llevó la abuela de las niñas, Ana Rosa Guerra, razón por la cual el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) interpuso una demanda.El inmueble está a nombre de Dirk Beauchamp, padre de las niñas sobrevivientes.
El 16 de marzo del 2016, el PANI tramitó la apertura de un proceso sucesorio ante del Juzgado Civil de Santa Cruz, pidiendo, entre otras cosas, que se declaren a las niñas como herederas universales y que se nombre a un representante del PANI como albacea provisional.
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“Pensamos en alquilar la casa que y que el dinero sea guardado para las niñas en un futuro (cuando cumplan 18 años). Es una idea que manejamos, pero estamos en un proceso para ver si eso se puede hacer. Esa casa es de ellas, no es de nadie más”, explicó Elizabeth Ballestero, gerente técnica del PANI.
La funcionaria agregó que esperan poder alquilarla a corto plazo, ya que ellos no pueden darle mantenimiento al no ser un bien del Estado.