Agosto del 2023 fue el mes con más homicidios desde que se tienen registros en Costa Rica: sumó 90 asesinatos en 31 días, prácticamente tres muertos por día. Le siguieron abril, con 86, y noviembre con 83. Estos tres meses contabilizaron el 28% de los 907 homicidios registrados en el año que recién concluye.
Así, agosto se convirtió en el mes más violento en 25 años, desde 1998, cuando el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) empezó a llevar este tipo de estadísticas.
La Policía Judicial informó que en el 2022 se producía un asesinato cada 13 horas, pero este promedio se redujo en el 2023. En promedio, ocurrió un homicidio cada 9 horas y la media de fallecidos por día aumentó de 1,8 a 2,5.
Otros meses con cifras elevadas de muertes en el 2023 fueron enero, mayo y setiembre, cada uno con 77 homicidios. Aunque la mayoría de asesinatos del año fueron resultado de ajustes de cuentas (634, es decir, un 69%) y riñas (117, es decir, 13%), es evidente que hombres, mujeres y niños fueron víctimas colaterales de numerosas balaceras. Esto resultó en 52 víctimas colaterales, un aumento del 188% en comparación con el año anterior, cuando hubo 12.
Un caso mediático de muerte colateral ocurrió el 1.° de marzo del 2023, cuando falleció en el Hospital Nacional de Niños, Samuel Arroyo, un niño de ocho años. El menor fue alcanzado por una bala perdida mientras dormía en su casa en Zapote la noche del 26 de febrero. Al parecer todo ocurrió a raíz de una balacera entre bandas del narcotráfico que se disputan barrios cercanos.
En varios homicidios del 2023, los agresores no esperaron a que sus víctimas salieran a las calles, sino que ingresaron hasta la sala o los cuartos de las viviendas o a los lugares de trabajo y asesinaron a la persona buscada frente a sus familiares, amigos o allegados, sin importar que estos últimos resultaran heridos o muertos.
El 21 de agosto, en La Guácima, Alajuela, pistoleros con pasamontañas llegaron al mediodía a una casa, donde asesinaron a Pamela Dixon y a su hijo Darren, ambos jamaiquinos, frente a varios niños. También hirieron en el tórax y la cara a una mujer de apellidos Jiménez Jiménez.
El 13 de abril cinco encapuchados entraron a un bar en Carrandí de Matina donde mataron a Adonis Vargas Cabezas, de 29 años, a Jordany Carmona, de 24 y a José Manuel Quesada, de 38. Este último fue una víctima colateral que intentó huir, pero falleció a la entrada de la cantina. Otra persona resultó herida y trasladada a un centro médico.
A lo largo de la última década, no hay meses específicos en los que ocurran más homicidios, ya que esto varía de un año a otro. Sin embargo, hay una tendencia a que aumenten al finalizar el año.
Más muertes entre viernes y domingo
Según Randall Zúñiga, director del OIJ, los viernes, sábados y domingos tienen la tendencia a registrar más homicidios, ya que el 57% de ellos ocurrieron en esos días, entre las 6 p. m. y la medianoche, así como en horas de la madrugada. Aunque ocurren menos casos durante las mañanas, el 2023 experimentó un aumento en los homicidios en ese periodo del día.
La proliferación de ventas de drogas en las calles y en búnkeres o construcciones desvencijadas, incide en el aumento de la criminalidad. Cada búnker genera aproximadamente ¢1 millón diario para la red criminal que domina la zona, y las bandas defienden a muerte esos sitios.
Dejan las aulas
Zúñiga hizo un llamado a combatir la creciente deserción escolar, argumentando que los niños y jóvenes que abandonan el ciclo educativo no pueden insertarse posteriormente en el ámbito laboral y caen en empleos informales, donde son tentados por organizaciones criminales que los reclutan primero como “campanas”, es decir, para informar sobre la presencia policial cerca de los puntos de venta y luego van escalando hasta llegar a labores de sicariato.
El director del OIJ destacó que análisis recientes revelan que la vida útil de un sicario local es de aproximadamente un año. Después de ese tiempo, son capturados por la policía o asesinados por miembros de la misma estructura o de grupos rivales.
Cada organización criminal requiere de estos jóvenes como mano de obra barata para mantener la hegemonía en su territorio y perpetrar sus delitos.
Otro impacto que, según el director del OIJ, repercute en la actualidad, es el boom de la creciente maternidad infantil que hubo en los años 2000, 2001 y 2002, cuando hubo un crecimiento de adolescentes madres solteras. En muchos casos, los niños crecieron sin una figura de control en el núcleo familiar. Este tema se desarrollará más a fondo en mayo próximo al presentar el Reporte de Situación que elaboran cada cinco años, donde se realizará un análisis exhaustivo de por qué se llegó este año a los 907 homicidios, dijo Zúñiga.
LEA MÁS: Tasa de homicidios sube de 12,5 a 17,2 por cada 100.000 habitantes