Pasadas las 2 a. m. de este jueves, los vecinos de Tejarcillos de Alajuelita se despertaron por el sonido de disparos. En vía pública, frente al Ebáis de la comunidad, dos hombres que viajaban en un vehículo fueron asesinados a balazos.
Según la oficina de prensa de Cruz Roja, dos ambulancias acudieron al sitio tras el reporte de las 2:04 a. m. pero ambos hombres tenían múltiples disparos y fueron declarados fallecidos en la escena.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) los identificó como un costarricense de apellido Chinchilla, de 51 años y un extranjero de apellido Téllez, de edad desconocida. Al parecer, las víctimas fueron alcanzadas por gatilleros en moto que les dispararon en reiteradas ocasiones.
De acuerdo con los lugareños, el costarricense sería Rónald Chinchilla Ríos, un transportista informal, exmiembro del Grupo de Guías y Scouts 114 y muy querido en la comunidad. No se descarta que el señor sea víctima colateral de enfrentamientos entre grupos delincuenciales de la zona.
En el 2015, Chinchilla perdió a un hijo de apenas cuatro años, aquejado de una enfermedad. En sus redes sociales lo recordaba como su ratoncito. Ahora, conocida la noticia de su muerte, sus conocidos escribieron en algunas páginas de Facebook que ya se había reencontrado con su ratoncito.
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Los indicios balísticos en la escena fueron remitidos al Complejo de Ciencias Forenses, en San Joaquín de Flores, para tratar de esclarecer el caso e identificar a los homicidas.
Seguidilla de homicidios
Desafortunadamente, este cantón al sur de San José viene en una seguidilla de siete homicidios que empezó hace 25 días, el 10 de marzo, con la muerte de una mujer, al parecer en condición de indigencia, que fue asesinada a balazos en una casa abandonada.
Tres días después, en calle Lámparas, en una de las zonas más altas de Alajuelita, un vecino divisó el cuerpo de un hombre calcinado, desnudo y con un impacto de bala en la cabeza. Esa es una zona colindante con el cantón de Aserrí donde ya han ocurrido otros homicidios o los delincuentes llegan allí a dejar cadáveres.
El martes 19 de marzo, a eso de las 8 p.m. un hombre de apellido Corrales murió de varios disparos y otro resultó herido en San Josecito de Alajuelita, San José, luego de ser interceptados por gatilleros a bordo de una motocicleta.
El pasado 24 de marzo, un adolescente de 15 años estaba en un taller mecánico de ese cantón, cuando fue sorprendido por dos sujetos que le dispararon desde una motocicleta. Ese día el menor fue trasladado al Hospital San Juan de Dios, en San José, con varias heridas, allí permaneció delicado hasta que falleció el martes 26.
El último episodio violento, antes de los hechos reportados este jueves, ocurrió el Domingo de Resurrección. Ese día murió Mauricio Alonso Porras Montero, de 34 años, víctima colateral de una balacera en San Josecito.
Esa madrugada, el muchacho, papá de tres niños y empleado de Aseo en la Municipalidad de San José, estaba en un cuarto con una de sus hijas, cuando varios gatilleros pasaron disparando e impactaron cinco viviendas. Él se levantó para proteger a una de las menores y en ese momento recibió varios balazos en la espalda que lo dejaron fallecido en el sitio.
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Hasta este 4 de abril, Costa Rica suma 237 homicidios, 12 más con respecto al mismo periodo del año pasado. La provincia más golpeada con la ola de criminalidad es San José, que registra 61 asesinatos, cinco más que en la misma fecha del 2023.
En promedio, cada 10 horas ocurre un asesinato en el país. De mantenerse la tendencia, el año cerrará con más de 1.000 víctimas.
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