Un grupo armado conformado por cuatro sujetos ingresó a calle Los Mangos, en Bajo Los Anonos, en San Rafael de Escazú, para matar a un presunto rival narco; sin embargo, el ataque también cobró la vida de un adolescente de 13 años y el empleado de una pizzería.
Los hechos ocurrieron a las 10:25 p. m. de este miércoles frente a la pizzería The Monchis, en una calle angosta y sin salida. El vehículo con los atacantes ingresó por esa vía e inició la balacera contra un grupo de siete personas que estaban en las afueras del local comercial.
Entre ellos estaría el presunto blanco de los gatilleros. Se presume que sería un joven de 21 años identificado como Orión Josué Quesada Calvo, quien murió en el Hospital San Juan de Dios a consecuencia de balazos en cabeza, dorso, piernas y glúteos.
Según la Policía Judicial, el muchacho portaba un revólver calibre 38 que estaba reportado como robado. En los bolsillos también llevaba dosis de marihuana, cocaína, crack y dinero en efectivo.
De las aparentes víctimas colaterales, el menor murió en el Hospital Nacional de Niños con heridas en mandíbula y pecho, mientras que el pizzero Joffer Gerardo Guerrero Santamaría, de 30 años, falleció en el sitio. Su cuerpo presentaba disparos en cabeza, cuello, hombros y extremidades.
Además de las tres decesos, el hecho dejó cuatro heridos, quienes fueron hospitalizados, pero se encuentran en condición estable. Entre ellos, hay otros dos menores, ambos de 17 años, y dos adultos de apellidos Madrigal Vargas y Sánchez Bermúdez, detalló la Policía Judicial.
Los cuatro gatilleros, por su parte, viajaban en un vehículo oscuro y portaban pistolas calibre nueve milímetros. En el sitio los agentes judiciales recolectaron 57 casquillos de ese calibre, informó Ernesto Durán, jefe de Investigaciones Oculares y Recolección de Indicios (Siori).
Por la dinámica de los hechos, expresó Durán, todo indica que se trató de un ataque en la lucha entre bandas dedicadas a la venta de drogas por adueñarse de territorios.
No obstante, según el jefe judicial, ninguna de las víctimas contaba con antecedentes criminales.
Cigarro mortal
Joffer Gerardo Guerrero Santamaría era el cocinero de pizzas en The Monchis y de acuerdo con la versión de una pariente, él salió del negocio justo cuando sobrevino la lluvia de balas.
"Él salió a fumar y en ese momento pasó todo. Trató de cubrirse, pero no pudo", comentó.
Según la mujer, Guerrero vivía con sus padres, tenía tres hijos y trabajaba como ayudante de cocina y salonero.
Lo describió como una persona colaboradora en el barrio, amable con los vecinos y trabajador. Era conocido como Golo y en su tiempo libre le gustaba jugar fútbol.
Hasta avanzada la tarde de este jueves su familia desconocía cuándo podría darle santa sepultura.
Amante de las bicicletas
El ataque en Bajo Los Mangos también segó la vida de un amante de las bicicletas, como describió su abuelo al adolescente de 13 años.
Según el hombre, era un muchacho tranquilo que aún asistía a la escuela.
"Su bicicleta estaba desinflada y pidió otra prestada. Él era el mayor de cuatro hijos y siempre salía en las noches", recordó Mario Loáciga Rodríguez.
Como el abuelo estaba a unos 600 metros del lugar del ataque, casi no escuchó nada, pero con el ingreso de ambulancias y policías al sitio se dieron cuenta de la noticia.
Según Loáciga, su nieto fue trasladado en condición delicada y falleció poco después de ingresar al Hospital Nacional de Niños.
Durante el 2017, el OIJ contabilizó 15 víctimas colaterales en ataques registrados en diferentes partes del país.
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Información actualizada a las 512 p. m. del jueves 3 de mayo.