Una balacera al mediodía de este domingo dejó a Erick Ariel Granados Aguilar fallecido y a su hijo de diez años herido de bala en Lomas del Río, Pavas, San José. Los hechos ocurrieron a las 12:07 p. m. en la urbanización Óscar Felipe.
Al parecer, Granados caminaba en vía pública en las cercanías de una alameda junto a su hijo, cuando fue interceptado por un vehículo en movimiento desde el cual le dispararon en la cabeza y el tórax. Aún con vida fue trasladado al hospital, pero murió de camino al centro médico.
Producto del impacto, su hijo resultó herido en el muslo derecho y lo llevaron de emergencia al Hospital Nacional de Niños (HNN), donde lo reportan estable.
Agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) recolectaron evidencias en el sitio y el caso se mantiene en investigación para tratar de esclarecer lo sucedido.
Granados también era padre de una niña de ocho años y vivía en Rincón Grande de Pavas, según el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
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Caso similar
El 27 de febrero anterior, Samuel Arroyo Valverde de ocho años, murió mientras dormía en su casa en barrio La Gloria, Zapote. El infante fue alcanzado por un proyectil que se introdujo por el techo. La bala perdida le produjo lesiones serias a Samuel en la arteria femoral y en su corazón.
Un día después del incidente, el menor fue declarado en muerte neurológica en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Horas después, el centro médico confirmó su deceso.
El departamento de Medicatura Forense del OIJ registró, en los últimos ocho años, 117 autopsias a menores de edad agredidos con armas de fuego; las víctimas iban desde los dos hasta los 17 años. En ese periodo, el año más violento fue el 2016, con 25 decesos, seguido por el 2022, con 19.
La Policía Judicial no precisa las circunstancias en las que ocurrieron las muertes. Pudieron ser balas perdidas, accidentes domésticos, por ejemplo, o bien, ataques directos contra sus familiares.
En ese mismo periodo, el Hospital Nacional de Niños (HNN) atendió a 51 niños y niñas por heridas de bala.